«Si no te matan las armas, te mata el dinero»

Editorial.

El Día Mundial de la Libertad de Prensa se celebró el pasado 3 de mayo, por declaratoria de la Unesco y las Naciones Unidas

“Esta fecha brinda la oportunidad de evaluar la libertad de prensa a nivel mundial, de defender los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia, así como de rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión”, señala la convocatoria de la Unesco.

En ese contexto, en el año 2020 le correspondió el máximo galardón, distinguido con el nombre del asesinado periodista colombiano y director de El Espectador Guillermo Cano, por el cumplimiento de su deber como investigadora, a la colega Jineth Bedoya, víctima de secuestro y violación en dos ocasiones.    

La ceremonia de entrega del Premio de este año y la conferencia principal sobre la libertad de prensa cuya celebración estaba prevista en La Haya, en cooperación con el Gobierno de los Países Bajos, se aplazarán debido a la crisis de la COVID-19.

Sin embargo, alrededor de dicha celebración se llevaron a cabo otra serie de actividades promovidas por la ONU y la Unesco, entre ellas el seminario web Independencia de los medios en tiempos de crisis, que reunió a unos 90 participantes de todo el mundo en un debate centrado en un anticipo del próximo estudio de la UNESCO Reportando los Hechos: Libres de Temores o Favores. 

El evento fue inaugurado por el autor del estudio, Marius Dragomir, Director del Centro de Medios, Datos y Sociedad, quien identificó los mayores desafíos para la independencia de los medios:

• «La captura de los medios: una forma de control de los medios lograda sistemáticamente a través de la toma del control regulador, las operaciones de los medios de propiedad estatal, la publicidad pública y la propiedad políticamente vinculada de los medios privados».(Dragomir, Marius)
• «El incumplimiento por parte de los periodistas de las normas y estándares profesionales, que a veces se deriva de la falta de seguridad laboral y de una compensación adecuada.«, (Dragomir, Marius)

Allí, la Directora Regional para México y América Central de ARTÍCULO 19, Ana Cristina Ruela, dijo abiertamente que en su país, “Si no te matan las armas, te mata el dinero».  La señora Ruela también señaló que la publicidad del gobierno y las decisiones de concesión de licencias de medios pueden hacer o deshacer las organizaciones de medios independientes.

Si bien lo denunciado por Ruela nos remonta a los tiempos aciagos vividos por nuestro país en los años ochenta y noventa, cuando el poder del narcotráfico hizo inviable la nación y la amenaza de “plomo o plata” del Cartel de Medellìn cobró cientos de vidas inocentes e hirió gravemente la libertad de prensa, no menos cierto es que muchos de nuestros colegas colombianos son víctimas de sofisticadas coacciones que van desde el estrangulamiento económico del medio hasta la difamación por cuenta de costosos abogados de los sujetos involucrados en los hechos denunciado, quienes para evitar la sanción social contraatacan tildando al periodista de “sicario moral” y lo llenan de demandas buscando destruir su credibilidad, su prestigio y su reputación, que constituyen sus valores principales.

No debe entonces la sociedad olvidar que la libertad de prensa nos hace ciudadanos bien informados; ésta nos cobija a todos por igual, prohíbe expresamente la censura previa y se constituye en herramienta fundamental para garantizar un mundo donde todos podamos dar a conocer los hechos con independencia, es decir desde nuestro particular punto de vista. 

Y que si la prensa es silenciada, pierde la sociedad, pierde el gobierno, pierden las instituciones y pierde el mundo libre, pero ante todo pierde el ciudadano de a pie, que no volverá a tener una voz para denunciar sus sufrimientos y temores.

Finalmente, permítanme recordar que durante el pasado año, 57 periodistas fueron asesinados en todo el mundo, según lo afirmado por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, citando el recuento realizado por la UNESCO. 

Así mismo, la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, en el mismo escenario, señaló cómo “Con el nuevo desafío de la pandemia de COVID-19, vemos un peligroso brote de desinformación, desde consejos de salud perjudiciales hasta teorías de conspiración. El antídoto se encuentra en las noticias y análisis verificados, de carácter científico y basados en hechos, reside en la libertad de los medios de comunicación y en la información independiente, en el periodismo sin miedo ni favoritismo. Esto es mucho más que un eslogan, es una cuestión de vida o muerte.”