Por: Carlos Alberto Cardona Montoya
El propósito de este escrito está lejos de estimular la fobia colectiva surgida por una amenaza tan microscópica como la popularidad del que hace los mandados en la Casa de Nariño; pero sí, nos vamos a morir. Esa es la naturaleza humana: “Nacer, crecer, pagar impuestos y Morir” y eso no lo va a cambiar el enorme flujo de papel higiénico que están sacando por cargamentos de los supermercados para atender los mocos de una gripa fuerte que es, en últimas, la manifestación del SARS (Síndrome respiratorio Agudo) también apodado COVID 19 o Coronavirus.
Entonces, la muerte nos llegará inevitablemente. No sabemos ni cómo ni cuándo. Algunas personas escogen con qué abrirle la puerta a “La muelona”, con alcohol, con tabaco, con drogas, otros escogen morir de angustia, para eso toman un crédito hipotecario a 15 años o chicanean con dos o tres tarjetas de crédito. Otros prefieren morir de frustración y tristeza, para lo cual se hacen amigos de políticos, votan por ellos para alcaldía o gobernación y se la pasan el resto de la vida esperando la ayuda que no llegará. También hay como 10 millones que escogieron morir de la piedra y en la ignorancia al elegir en el gobierno a la secta del mal. Por mi parte, preferiría morir en alta mar o en arena movediza, es que mi suegra juró bailar en mi tumba.
La pandemia viral tocó campana en China en donde un estricto control social obligó a la población a resguardarse, medida que con la parálisis total del sistema productivo permitió, en menos de cuatro meses de crisis, promulgar el control al travieso bicho que allá dejó como 5 mil muertos, sacrificando la cochina producción capitalista en privilegio de la vida de los pueblos.
Mientras Rusia cerró fronteras con China, en Europa se hicieron los “caregallinas”, como si no fuera con ellos, hasta que los muertos se empezaron a multiplicar en Italia y España en donde tardaron mucho en tomar las medidas que había que tomar con lo que la “muelona” hizo su descomunal orgía, recogiendo 200 y 300 muertos diarios.
En nuestro caso, el ilustre inquilino del Palacio de Gobierno no hizo caso al ejemplo del “mono” amo del norte, que hace diez días cerró todo tipo de arribo aéreo, marítimo, subterráneo y toda forma de llegada a USA de humanos provenientes de Europa, China, cochinchina y otras fuentes de contaminación.
Como decía el famoso “Peraloca”: “Se le dijo, se le advirtió, se le recomendó que, como en Chile, Perú y Ecuador, cerrara las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, especialmente la aéreas para atajar el Corona Virus a tiempo. No quiso hacer caso, se pasó la advertencia por la faja, no quiso arreglar las cosas con Venezuela, no cerró los aeropuertos internacionales y pasó lo que tenía que pasar.- ¿Usted ha visto cómo queda una fiesta cuando los felices enfiestados hacen voleo con huevitos y bolsas plásticas con estiércol?…Bueno, vamos a quedar igual, pero sin huevitos, sin fiesta, sin personas felices, pero eso sí, con mucho estiércol, pero estiércol político perfumado con la feria mediática y de redes sociales que de la noche a la mañana se volvieron virólogos.-
Si, Nos vamos a morir, de esto o de otras cositas; pero ojo, porque por cuenta de la multiplicación de neumonías que tendremos, que será exponencial, nos daremos cuenta que no tenemos capacidad de respuesta intensiva porque la plata de la salud, de los hospitales y la promoción se la robaron los políticos y porque la otra medida protectora, el confinamiento obligatorio de la población y el cierre de fronteras, no se hizo a tiempo, porque el mensajero de la Casa de Nariño privilegió el negocio aeronáutico de sus amigos por encima de la vida de la población, Así es que nos vamos a morir, no por el virus, sino por cuenta de otro virus, más cochino y traicionero, el que nos gobierna.
Tan acertado como siempre (casi siempre ) que bueno haber leído algo que no pone a reflexionar ya que aveces muchos nos. Damos cuenta de todo lo qué pasa a nuestro alrededor y no hacemos nada , aunque pregunto con qué garantía uno puede hacer críticas , si cuando lo hacemos nos toca dejar nuestro lindo país por que unos descabezados que no tienen corazón les da por amenazar oh atentar con lo poco que se ha construido con tanto esfuerzo y trabajo . Un abrazo mi gran amigo
Oportuna reflexión,,, cruda y apropiadamente humorística
Muy divertido a la vez que ilustrativo de una cruda realidad que padecemos en este país sin gobierno y con mucha payasada.