Por LUIS ALBERTO MARTÍNEZ
Es una de las obras más emblemáticas de las ciudades, ubicada en el corazón de cada una de ellas, donde convergen las gentes a compartir ratos de amistad, aunque aquí en la Perla del Otún, algunos asisten a la plaza a ver caer mangos, a tomarse emocionantes fotografías junto a la estatua del Bolívar desnudo, a contar palomas y algunas damiselas de cero en conducta van a merodear a los alrededores buscando “quien las inyecte, porque el virus no para “.
La plaza de Bolívar de Pereira realmente es un símbolo, allí toman posesión ante la comunidad los nuevos gobernantes del Área Metropolitana, y los actos de la alta trascendencia para la ciudad también tienen su espacio en el atractivo lugar. Pero la máxima expresión de vida la vemos cada fin de año, cuando la alcaldía planta el árbol navideño y da inicio al alumbrado en la más emotiva explosión de alegría cristiana.
El Bolívar desnudo que luce esplendoroso en la plaza pereirana, es una obra del maestro Rodrigo Arenas Betancourt, inaugurado el 23 de agosto de 1.963. El Prócer de la Independencia, aparece despojado de su traje guerrero y de toda armadura, volando alto, como muestra de triunfo en la conquista libertadora.
A la Plaza de Bolívar la circundan grandes edificaciones; los principales bancos, centros comerciales, la Alcaldía municipal y la altiva y soberana Catedral Nuestra Señora de la Pobreza.
Según el profesor Beimar Alexis Espitia Palomino, docente del departamento de Bellas Artes y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Pereira, de los 1.122 municipios del país, dos no tienen Plaza de Bolívar; Dosquebradas y Nariño.
Cabe anotar que el alcalde dosquebradense Diego Ramos ya tiene los diseños de lo que va a ser este proyecto y para ello continúa buscando los recursos que por cierto son millonarios, pero con el empuje arrollador que caracteriza al mandatario seguramente finalizando su gobierno es posible que Dosquebradas luzca la gran Plaza de Bolívar con el Libertador izando su brazo en señal de victoria.
Cuidémonos, el virus está vivo, listo para inyectarnos su mortal veneno. Utilicemos responsablemente las medidas de protección, el uso permanente del tapabocas, el aislamiento social, y el lavado de manos, para que algún día, al igual que el Precursor alcemos los brazos y nos abracemos con alegria y sin distancias.
He dicho.
Luis Alberto Martínez. LAM