Los años noventa fueron históricos con la llegada del Internet, desde allí hasta inicios de 2023, no han ocurrido sino avances con el propio internet, con la digitalización y todo el amplio tema de la virtualidad. Pero el Coronavirus sigue haciendo historia, no solo en la salud y en los nefastos temas para la economía mundial, sino que dicho bicho disparó de manera brutal el mundo de las tecnologías, desde las oficinas en casa, hasta los usuarios en casa. Hace poco alguien desde Portugal envió el día de la madre un regalo, lo compró desde allá a un proveedor de acá, lo pagó desde allá y acá lo entregaron cumplidamente; a los días igual situación pero para enviar desde la distancia un desayuno a domicilio de pandebonos y almojábanas; luego desde el mismo sitio en Europa esa persona envió un scrable comprado en un supermercado en Colombia; todo por internet a través de un banco, un intermediario comercial y un transportador, solo era necesario como herramienta, tener un celular o un computador. Quién se iba a imaginar que volviéramos como nuestras abuelas y mamás, a pedir el mercado con lista en mano, por el teléfono; grandes y pequeñas superficies envían después de revisar la lista, el mercado a las casas. Los graneros ajenos a las tecnologías, volvieron los celulares su herramienta para enviar a domicilio los granos, frutas, verduras y hortalizas. Las grandes cadenas de medicamentos, a las que había que hacerles cola, como dispensadores de EPS, envían a casa los medicamentos. Médicos generales y especialistas de EPS, lo llaman a uno después de solicitar la cita por teléfono, para atender al paciente cuando no es necesaria la presencia física. Las empresas de servicios públicos envían una persona con datáfono, para pagar la cuenta de los servicios, cuándo se había visto eso. Los mariachis hacen serenatas grupales a edificios, con las mismas canciones y todos tiran por el balcón su aporte. Una columnista de El Tiempo, enseña cómo hacer el sexo virtual y evitar la abstinencia. Estos y muchísimos más casos están sucediendo sin salir de la casa. La innovación es impresionante, la virtualidad permitió a muchos sobrevivir prestando excelentes servicios. Hay ahorros en transporte, gasolina y tiempo en largas colas. El teletrabajo sin lugar dudas, debe implementarse, las empresas y gobiernos ahorrarán muchos gastos de oficina, tiempo y transporte. El marketing digital y las redes sociales se potencializaron y los estudios académicos virtuales llegarán a más personas.