Tengo prisa por vivir, por darle a mi alma lo que necesita, no es una lucha contra el tiempo, es la premura de saber que debo alimentarla, de lo contrario, se debilita. Tengo prisa para ir a ningún lado, para alcanzar ninguna meta, la prisa que llevo no carga maleta, no tiene fecha de partida, ni tiquete de vuelta. No hay que llegar a una hora para partir a tiempo, hay que partir y en el camino ir descubriendo. Hoy la prisa que tengo se trata de vivir lo que no pude en otros tiempos, no es porque vaya a morir o porque me esté haciendo viejo, es porque antes estaba dormido y ahora estoy despierto.
Ya que salí de ese sueño, en el que estuve dormido por tanto tiempo, que no aprecié las noches ni los atardeceres de ensueño, quiero darle comidita a mi alma para que engorde de tanto contento, para que se ponga fuerte y rosada, y a mi cuerpo cansado le dé aliento.
Tengo prisa, porque ya estuvo bueno de vivir a media marcha, de nunca tener tiempo para hacer aquello que mi espíritu dicta. Pasaron muchos años haciendo lo que el mundo me exigía, ahora llevo otra bandera que siempre me guía. En este tiempo, dejé de ser ajena, me siento completamente mía, desde los deditos de mis pies, hasta la coronilla. Con todo lo que peso, con lo que rezo y mi alma predica, lo menos que puedo hacer es guardar coherencia y hacer de mi vida un testimonio de lo que mis letras recitan; por eso ya no me detengo, aunque no voy corriendo.
Tengo prisa, como el niño que sabe que en la tienda queda la última gomita, como cuando la lluvia cae de a gotitas, como quien se levanta casi al medio día y tiene mil cosas por hacer antes que la noche llegue de visita. Sí, llegará el ocaso de mi vida y mientras eso ocurre, me prepararé para la venida. Andaré por los caminos con mas amor que prisa, porque el afán que llevo no es de velocidad sino de vida.
Tengo prisa por vivir, amar, soñar, reír, prisa por ser y por dejar ir; prisa por sanar, por aprender, por seguir; prisa olvidar y recordarme a mí.
Mi alma tiene prisa, por recuperar las noches que no contó las estrellitas, por no sentir agua en mi rostro cuando caminaba y llovía, por no disfrutar del calor en las tardes de sequía. Prisa porque tengo cuerpo de mujer, pero alma de niña, por disfrutar con asombro lo que me trae el día, por ver la vida con ojos que no se marchitan; por entender que somos magia y no la carne descompuesta cuando se nos agote la vida.
Respetada Columnista:
Con prisa……..enciende la vivencia apasionada de quién vibra con la existencia y sus complejidades.
La calma de un buen vivir nos lleva a disfrutar cada momento que nos pasa raudo como el viento, el mundo hace caso omiso a lo bello que nos hace reír, gozar y disfrutar al sabernos vivos, el tiempo pasa inexorable y no perdona, por ello vivir es dar y recibir lo mejor de quienes nos aman y rodean.