Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadTiempos viejos: días de radio, cine, chivas y  yips.

Tiempos viejos: días de radio, cine, chivas y  yips.

Por un mensaje, alertando sobre cierres de vías en  Pereira y sus alrededores durante algunos días, supe que la semana pasada se llevó a cabo  una competencia ciclística  por estos lares y,  por  casualidad  pasando  canales vi  que la competencia  era la actual “Vuelta a Colombia” donde ya  Miguel Ángel López había ganado 8 de las 9 etapas disputadas.

Las vueltas a Colombia de antaño, congregaban muchedumbres a salida y llegada,  miles de aficionados  ovacionaban a sus  ciclistas favoritos en el recorrido; aquellas eran  transmisiones radiales, se hacían  desde  camionetas  que acompañaban la carrera; los móviles  se turnaban la transmisión  con un vigoroso grito de  “haga el cambio”, contestado por el locutor que narraría por los minutos siguientes, con otro  grito a todo pulmón: “ya lo hice, con Rimula” (un aceite  para automotores de moda en esos tiempos). Una constelación de locutores de melodiosas voces, transmitió  durante décadas, día a día  las incidencias de  cada etapa de la carrera  y,  al final de la transmisión daban la clasificación general; entre los más  conocidos  locutores  estuvieron  el inolvidable Carlos Arturo Rueda, famoso  por colocarle apodos a los ciclistas y deportistas colombianos en general, costarricense hijo de padre santandereano  que con potente voz narraba la carrera,  en  los comentarios estaba  Julio Arrastía Brica (a quien llamaban “viejo macanudo”); entre las voces  que transmitieron  las  posteriores  vueltas a Colombia  estuvieron  las  de Alberto Piedrahita,  Pastor Londoño, Eucario Bermúdez, Joaquín Marino López  y Jorge Antonio Vega;  la vuelta fue el mayor espectáculo de masas y de la radio de mi niñez,  era emocionante  escuchar que se había escapado del lote un ciclista. Las primeras vueltas las transmitió  Todelar  y luego RCN  continuó con la exclusividad; la exclusividad de las vueltas  internacionales la tiene Caracol. (Gracias al Dr. Maurier Valencia por compartirme sus recuerdo para este escrito).

La salida o  llegada  de la vuelta a cualquier ciudad  era un privilegio,  porque así  se daba a conocer  al resto del país; el día  que la vuelta  terminaba en  Pereira nos “ soltaban”  temprano del colegio para ir a ver los ciclistas;  en una ocasión la etapa terminó en el Parque Olaya, al frente de mi querido colegio  Técnico Superior; aprovechando el maremágnum algunos de mis compañeros de clase se robaron la clasificación general y  dieron  lora con ella  toda esa semana. Cuando la vuelta iba para Armenia o Ibagué,  nosotros y  otros muchachos,  vecinos del Barrio Boston trotábamos hasta la subida del rio Consota vía  Armenia,  sector donde se construyó el primer motel  de Pereira,  amoblados el Caracol.  Como es una pequeña loma, los ciclistas subían más lentamente, en una de esas ocasiones estando ovacionándolos,  Cochise  tiró una carmañola que recogió mi hermano  Gustavo,  siendo  por muchos años  una de sus reliquias preferidas.

No hay comparación entre las carreteras  de antaño,  destapadas, sin señalizaciones y  las actuales bien  demarcadas y  asfaltadas;  las  bicicletas de esas primeras  épocas,  eran rústicas y pesadas,  las actuales  de carbono y otros materiales livianos  permiten diseñar  una  bicicleta  especial  para cada  etapa: contra reloj o de alta montaña;  aunque ahora  las transmisiones son  televisadas  vía satélite,  no  hay  la misma  emoción de antes,  cuando teníamos que  imaginarnos  los gestos del esfuerzo, el sudor, las caídas, y  las  lágrimas de dolor o alegrías de  los ciclistas. En  la primera vuelta a Colombia  participaron  35 ciclistas que  salieron de  Bogotá el 5 de Enero de 1951,  Efraín Forero ganador de 7 de las 10 etapas fue  campeón; para 1952 la vuelta fue internacional,  en ella participaron un argentino y el francés  José Beyaert quien la ganó; para 1953 apareció Ramón Hoyos Vallejo quien la ganó en ese año e impuso el record de ganar  cinco vueltas a  Colombia,  en  una  vuelta ganó 12 de las 18 etapas;   en  1957 a Ramón Hoyos le dio “ la pálida” y al montarse de nuevo a la bicicleta  recibió  un pequeño empujón, siendo sancionado, el director del equipo antioqueño el argentino Julio Arrastía (luego, famoso comentarista de ciclismo), retiró al equipo de la vuelta, por lo que el español José Gómez del Moral fue  el segundo extranjero en ganar la competencia. El récord de ganador de vueltas a  Colombia  lo tiene lucho Herrera con 6, Cochise ganó cuatro y,  nuestro ídolo local Rubén Darío Gómez, “el tigrillo de Pereira”  dos,  en 1959 y 1961.

Rubén Darío ganó su primer clásico RCN en 1959, enfrentándose a la licuadora antioqueña:” Fue una doble a Jericó en dos etapas, con salida y llegada a Medellín. Recuerdo que Cochise fue segundo y Hernán Medina Calderón tercero. Esa fue una  satisfacción muy grande, ganarle allá y además corriendo solo sin equipo” (semillerosdeportivos.com), dicha  actuación  causó sensación a nivel nacional,  Gómez ganó su segundo clásico en 1962;  en  esos años  Pereira tuvo  un equipo  para competir de tú a tú, en la Vuelta a Colombia contra  los fuertes ciclistas antioqueños, cundinamarqueses y boyacenses,  la cuarteta  pereirana estaba  integrada por el tigrillo Gómez, Ariel Betancur, Pablo Hernández y Alfonso Galvis. Así  el ciclismo  comenzó a  hacerle contrapeso  al protagonismo  del Deportivo  Pereira.

La radio era el medio de comunicación y entretenimiento de uso cotidiano (además de ella, estaban  las  cartas para comunicaciones más extensas, y  telegramas para las cosas urgentes); en la vereda el Zurrumbo de Marsella,  mis abuelos tenían un radio Phillips de pilas, y  con  la llegada del transistor (radios de tamaño más pequeño), todos los campesinos los llevaban encima  para escuchar noticias y música mientras hacían labores agrícolas  como coger café, y era preferible comprar menos panela que  menos pilas,  muy caras, comparados los precios de esa época y  los actuales;  las pocas emisoras de  esos años  eran A.M. y eran famosas por sus servicios sociales: avisos de  velorios, bautizos etc. : “Se avisa a don Luciano, en  punta brava, vereda San Andresito de Santa Rosa,  que su mamá va a subir a visitarlo el jueves  de ésta semana con otras dos persona, que aliste tres bestias”.  

En los primeros tiempos del  cine,  pocas ciudades tenían teatros, por esa razón, inicialmente no  era un   medio masivo  de diversión,  por allá  a finales de los 60 e inicios de los 70 nos llevaban al teatro Pereira, Centenario,  Karká y otros a ver películas de cómicos mejicanos como resortes, viruta y capulina (imitación de los personajes gringos “el gordo y el flaco”), y luego ya adolescentes llevábamos a nuestras novias a cine, época maravillosa de “chupar piña” y “hacer manitos”.

Imagen tomada de Fotos Antiguas de Pereira, Facebook.

Aunque  la  televisión llegó  al país en  la década del 50,   en mi vecindario la tv   comenzó a popularizarse a  finales de los años 60; había dos  televisores en mi barrio,  uno en la casa de Alfredo Herrera, compañero de estudios,  y otro  frente a mi casa  donde doña Chava, los golpes de Batman a sus enemigos se escuchaban y  veían  escritos en la pantalla “cras”, “pum”,  y aunque a ratos nos echaban  para nuestras casas,  justo es reconocer que eran muy amables, porque cuando nos dejaban entrar a ver  televisión, nosotros nos volvíamos pesados, queríamos estar allá todo el día;  por allá  en 1968 papá  encargó  a mi tío  Rubier  nuestro televisor propio; el día de la inauguración solo se  veían rayas  en la pantalla y se oían ruidos, mi papá se sofocó pensando que al tío lo habían estafado y el tío  estaba  incómodo pues había hecho  el favor  con todo cariño y responsabilidad, estando en ese incómodo ambiente llegó un vecino y preguntó por la antena  ¡ahí se aclaró el misterio!   Entramos a la onda de subir  al techo, a  mover la antena  descuadrada  por el viento  a los gritos de: ¿ahí? -,no, un poquito a la izquierda; ¿ahí? –no, otro poquito más, ¡Ahí!  , ¡Ahí!  

¿Y los medios de transporte en  esos años? Los jeep Willis y los buses escalera, popularizados  ahora como chivas rumberas. Aún se usan los jeeps en estas vías terciarias, ¡imagínense como serían de necesarios estos vehículos en los pantaneros de hace 50 o 60 años atrás!  En esos tiempos había  menos carros que en la actualidad y  las relaciones con  los  conductores y ayudantes  eran más personales, los conductores eran amigos de sus comunidades de usuarios (como puede suceder hoy por hoy con usuarios y clientes de Uber,  por ejemplo), y a veces se  acudía a  ellos para  hacer compras, favores  o  mandados, que  hacían  cumplidamente y con agrado;  cuando yo  quería pasear donde mis  abuelos y no tenía pasaje,  le  decía al ayudante del bus, quién me hacía esperar fuera de la oficina,  porque sin comprar tiquete no podía abordar el vehículo; cuando  el bus escalera regresaba a Pereira por la  tarde, mi abuelo pagaba el pasaje en efectivo o con plátanos y yucas; no era raro que a los conductores  les encargaran concentrados o medicinas para los animales de la finca y,  hasta el chofer de la tierra fría,  cuando mi esposa y mis cuñadas eran menores de edad  les  traía ropa   interior por encargo de mi suegra,  como  tenía hijas de esas  mismas edades,  el chofer sabía comprar esos artículos.

¿Y el tren?  Eran  los  finales de los años  60,  cuando no teníamos clases los lunes en la tarde,  montábamos en el tren de  4 p.m. con destino a Armenia hasta la Estación Nacederos;  desde 1959  no había tren entre Pereira y Manizales.

En esa época Pereira era un villorrio, según  una propaganda radial: “Pereira la ciudad de las 250,000 sonrisas”, como el dueño de la empresa Líneas Pereiranas que viajaba  Pereira –  Marsella y viceversa era Dionisio Rincón, un  prostático corredor de automovilismo, famoso por su mal genio,  jocosamente,  algunos  que  oían la  frase, la terminaban diciendo: “menos la de Dionisio Rincón”.     

6 COMENTARIOS

  1. Me hizo recordar mis años de juventud,disfrutaba mucho ver pasar la vuelta a Colombia,un excelente artículo ,con los nombres de los protagonistas de la época que ya había olvidado,de los cuales aprendí el amor por la bici que practique muchos años.

  2. Mil gracias por su generoso comentario, fuimos un territorio de fútbol y ciclismo, ¿Dónde quedaron los dirigentes deportivos!, Algo especial tiene Cúcuta , de allá salen tenistas y gimnastas olimpicos de altos kilates. ¿ Será que no hay talentos de esos por aquí?, Faltan dirigentes y entrenadores amantes del deporte y la juventud, no del billete y de la notoriedad fugaz.mil bendiciones.

  3. Maravillosa crónica de los tiempos heróicos del ciclismo con tintes de nostalgia en su recorrido histórico por la segunda mitad del siglo que nos vio nacer.

  4. Germán: Mil gracias por sus gentiles palabras, me alegra y agradezco que lea mis escritos, mil saludos y bendiciones.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos