El primer paso relacionado con algo en lo que nos empeñemos debe ser dado con decisión, ya que todo en la vida tiene un comienzo. De ahí que planear y planear sin poner en ejecución lo que hemos proyectado será como querer comer unos huevos sin disponer de la cacerola o la sartén para freírlos, como tampoco la olla para pasarlos por agua..
Entonces en la vida necesitamos la decisión y el valor para emprender algo, pues de lo contrario estaremos navegando sin la determinación ni el norte de ir por determinada ruta. La acción es a veces estancada por el miedo al fracaso o al riesgo en sí de emprender algo y entonces convendrá recordar aquello de que «quien no arriesga un huevo no saca un pollo «.
Empecemos algo y lo cual previo a ser analizado con madurez e inteligencia implica que lo hagamos ya para evitar así que el postergar o procrastinar nos prive del avance que la acción representa.. En consecuencia, escojamos, para el desarrollo de nuestros diversos emprendimientos y tareas, una palabra bien clave: ¡¡¡acción!!!