Ferley Henao Ospina
El día internacional de la paz (septiembre 21) en Colombia ha sido muy triste porque los demás días precedentes se han caracterizado por el retorno de la guerra, la barbarie, la crueldad y la sevicia, acompañados de total impunidad. 246 personas han sido asesinadas en 61 masacres durante los 264 días transcurridos este año, de acuerdo con la organización no gubernamental, Indepaz. Septiembre ha sido el mes en el que más masacres han ocurrido en el territorio nacional: 12 masacres en 20 días.
Son MASACRES, así con su propio nombre y con letras MAYÚSCULAS y MUY NEGRAS.
La revista Dinero 21/9/2020 lo registra así: ‘El total de masacres en lo que va de 2020 representaría el 32,2% de las reportadas entre (los 8 años) 2010 y 2018’. En días pasados, el presidente de la República, Iván Duque, dijo que, en este periodo, “se presentaron 189 ‘asesinatos colectivos‘ en el territorio nacional”. “No obstante, afirmó también que 2019 cerró con una de las tasas de homicidio más bajas de los últimos 40 años”.
Solo entre 11 y 15 de agosto, en Cali masacraron cinco niños entre 14 y 16 años, niños afro, estudiantes de bachillerato, hijos de recicladores, vendedores ambulantes, obreros de construcción y empleadas domésticas, y en Samaniego, Nariño masacraron ocho jóvenes entre 17 y 25, muchachos de clase media, hijos de profesores, médicos, pensionados, campesinos y comerciantes.
En estos dos últimos años, a los crímenes los convirtieron en la constante, en algo perfectamente normal y totalmente aceptado, primero líderes sociales, ambientales, comunitarios, políticos e indígenas caían constantemente abatidos de manera sistemática y después jóvenes y niños se convirtieron en las víctimas de esto que presentimos minuciosamente planificado.
Un Pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla y ese es el caso colombiano. Los que presumen que esta es la democracia más antigua de Latinoamérica, lo hacen solo para engañar ingenuos. Lo que queda de democracia aquí es solo lo que escribió Jorge Zalamea Borda en “El Sueño de las Escalinatas”: “Democracia de Papel”.
No hay que ir muy lejos para contar la historia, en 1946 Laureano Gómez, aprovechando la división liberal, postuló de títere presidencial a Ospina Pérez, con la misión de controlar todo el andamiaje del estado incluida la registraduría, por supuesto, para conseguir que él (Laureano) ganara las elecciones de 1950 a sabiendas de que era repudiado por las mayorías.
El 9 de abril de 1948 cae asesinado Gaitán, quien 2 meses y 3 días antes, el 6 de febrero, había hecho una demostración de poderío popular, con “la Marcha del Silencio” convertida en “la Marcha de las Antorchas” que culminó con la “Oración por la Paz, en la que imploraba al presidente Ospina Pérez: “Ya no maten más”.
Nunca se supo quiénes fueron los autores intelectuales del crimen de Gaitán, pero el gobierno continuó su incalificable horda: Mientras los campesinos caían vilmente asesinados, el gobierno en actitud cómplice, miraba para otro lado como si nada estuviera sucediendo.
En 1949, Ospina clausuró el Congreso, ordenó cerrar las asambleas departamentales, declaró el Estado de sitio y decretó la censura de prensa y de las comunicaciones, entorno previo a las elecciones presidenciales que finalmente, como era obvio, con todas los obstáculos superados, termina “ganando” el candidato conservador Laureano Gómez.
Laureano obtuvo la presidencia en unas elecciones en las que “hasta los muertos votaron” (frase popularmente acuñada), con el dominio total de gobernaciones y alcaldías (que eran entonces de libre nombramiento y remoción del Presidente), presionando de todos los modos posibles para conseguir los votos.
¿Estaremos los colombianos presenciando la repetición de esa triste y dolorosa historia? Pues EL TIEMPO titula a 8 columnas “El país que sigue matando a sus jóvenes”.
Estos hechos han generado mucha indignación entre los colombianos y desde hace un buen tiempo se viene repitiendo insistentemente: “Nos están matando”.
Es triste lo q pasa en nuestro país, es hora de despertar y tomar acción, no es posible q esto siga sucediendo y no pase nada. Tenemos un gobierno falto de autoridad y conocimiento, esto lo aprovechan las organizaciones delictivas. NOS ESTAN MATANDO.
El columnista nos expone claramente: » En estos dos últimos años, a los crímenes los volvieron en una constante»
Gracias por centrarnos históricamente , en sucesos que como bien usted expone son los hechos de barbarie que no desaparecen.
El panorama es desolador : un sistema que con hechos de horror , somete a un pueblo inerme, y con ello legitima su dictadura.
Un sistema al que no le duele el dolor y sufrimiento .