En estas navidades, Trump, ha solicitado un regalo: el canal de panamá. Como ya lo tiene en la mira, no le importa la forma de obtenerlo: lo quiere sí o sí. Argumenta que como hay tantos barcos chinos que utilizan el canal para el comercio internacional, le parece que esto no es justo ni equivalente para Estados Unidos: dice Trump, “el canal ni puede caer en malas manos (chinas). Parece que al presidente Trump, haber ganado las anteriores elecciones en Estados Unidos, y haberse convertido en uno de los hombres más poderosos del mundo, no le es suficiente.
Ahora, como si hubiera adquirido una patente de corso (corsario), quiere incidir y decidir en todos los negocios importantes del planeta, pero a bajo costo: simplemente incluirlos en los activos de Estados Unidos, a través de decretos fantasiosos. El canal de panamá, dice Trump: “es un activo de Estados Unidos” ya no habla del canal de Panamá sino, de Estados Unidos.
Sin embargo, todo indica que el niño Dios no va a cumplirle a Trump con su regalito. Este ya tenía dueño: Panamá. Dijo el presidente de Panamá Mulino: “cada metro cuadrado del canal de Panamá seguirá siendo nuestro; la soberanía y la independencia no son negociables”. Es que no son solamente los US $2400 Millones que producen de ingreso a Panamá por el uso del canal, sino que se trata de la dignidad, la autodeterminación de los panameños y su soberanía. De tal suerte que el señor Trump no va a poder obtener su más anhelado regalo de navidad: el canal de Panamá. Varios países y mandatarios han manifestado un respaldo efectivo hacia el gobierno y el pueblo de Panamá, China, México, Colombia, Venezuela, han enviado mensajes de respaldo a Panamá, en consecuencia, parece que por ahora el presidente Trump tendrá que renunciar a este capricho y buscar en otra parte su regalo de navidad y de reyes.
Aún no se ha posesionado y ya quiere intervenir y expropiar los activos más importantes del mundo; tal vez, pensando en que puede entrar a cualquier país del mundo y coger sin autorización lo que le agrade sin que haya ninguna resistencia de sus reales dueños, como, por ejemplo, decir que quiere el canal de Panamá y que ya es de los Estados Unidos. Nunca se imaginó que el presidente de Panamá y el pueblo panameño, se le atravesarían en su sueño de navidad. Menos pensó Trump, en que muchos países importantes se solidarizarían con Panamá, como China, que también usa a discreción el canal.
Ser presidente de Estados Unidos es muy importante, pero la dignidad y la soberanía de panamá, lo es aún más, el canal de Panamá es del pueblo de Panamá y así seguirá siendo desde la firma del tratado Carter – Torrijos en 1977. Lo demás son solo quimeras
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Diciembre 2024