Por JULIO BAYONA
El carrusel de las cesantías en la Alcaldía de Pereira al rojo vivo con funcionarios de alto nivel investigados, sin política de ciencia tecnología e investigación, programas bandera del propio alcalde como el bilingüismo sin recursos, pero habrá fiestas de la Cosecha y se gastarán 5 mil 600 millones de pesos.
Faltando menos de 60 días para que se realicen con bombos y platillos se activa nuevamente el reconocido y famoso pan y circo. A quién le importa el bilingüismo si los Diablitos no cantan en inglés y lo que tiene el municipio como capital Semilla, 120 millones, se lo gana Jhony Rivera en dos conciertos o tal vez uno y medio.
El pasado 23 de junio el secretario de Desarrollo Económico y Competitividad Mario León Ossa, en su informe de actividades al Concejo de Pereira del primer semestre de 2002 revueltico con logros en maratones de empleo, caravanas, y un proceso comunitario en 7 corredores rurales, anunció entre líneas la inversión de la administración en las próximas fiestas de la Cosecha: La medio bobadita de 5 mil 600 millones de pesos en una semana.
La reacción de los concejales no se hizo esperar. Daniel Zuluaga cuestionó que la ciudad se rajó en bilingüismo ya que no hay acciones reales y puntuales en este tema. “Se necesitan hechos de alto impacto ya que el bilingüismo es un tema transversal para toda la ciudad y se requiere la inversión de más recursos para fortalecer este aspecto”. Se unió a su voz La concejal Jacqueline Fernández, dijo que hay que priorizar los recursos porque para las fiestas de la cosecha se invertirán 5.600 millones de pesos, para Pereira bilingüe solo 300 millones y para capital semilla 120 millones de pesos. “Las fiestas aniversarias deberían ser más austeras y destinar más recursos para el emprendimiento y para el bilingüismo”.
El presidente del Concejo, Carlos Hernán Muñoz, demandó fecha concreta para la presentación de la política pública de ciencia tecnología e innovación, la cual lleva varios meses en espera.
Mauricio Salazar, Concejal de la oposición, califica de derroche y exageración la inversión de la administración y más aún cuando se atraviesan tiempos tan difíciles, concepto al que se une la concejal del partido Verde Nancy Henao.
Sus reparos coinciden con la eterna batalla por la contratación de grandes artistas nacionales que llenan plazas y sus arcas para luego tomar el avión de regreso a sus ciudades natales mientras los representantes de las artes en Pereira, los que se baten todo el año en la ciudad y luchan por la cultura, son tratados con migajas del presupuesto oficial.
Entre las pocas voces de apoyo está la del concejal Rodolfo Martínez del Centro Democrático, único ausente en la votación para la ampliación del plazo para el pago del impuesto Predial, quien pidió apoyo para “hacer realidad la iniciativa de la calle del café y el concurso taza de café en Pereira”.
La discusión apenas comienza: la administración alegará que las fiestas en gran parte se realizan con patrocinadores privados, pero esa inversión es diferente a los 5 mil 600 millones de presupuesto oficial, con seguridad dirá el alcalde que las fiestas dinamizan la economía y los cientos de vendedores informales que tiene la ciudad ocupando el espacio público se benefician en la temporada. Mucha agua ha de correr todavía y no se pierde la ilusión de realizar unas festividades austeras acordes con los difíciles momentos que atraviesa la ciudad y el país.
Desafortunadamente una cosa piensa el burro y otra el que lo está enjalmando. Es un secreto a voces el festín de contratos en las fiestas de la Cosecha para asesores de todos los colores, sabores y tamaños y que fácilmente hacen entender porque en los corrillos muchos dicen que el candidato que apoya el alcalde para sucederlo en el cargo es muy “carefiesta”.
Esto no es más que una radiografía de lo que está sucediendo en el país. Además, es una cuestión histórica.
Pero además, demuestra que tenemos niveles altos para la tolerancia y el dolor, y seguimos soportando tanta maldad e injusticia. Sin embargo, mi abuela me decía, «mijo, no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista».
Respetado Columnista:
Un punto álgido e hecho de que los mandatarios regionales, ( Caldas, Quindío, Risaralda) y sus respectivas capitales, invierten en fiestas un desproporcionado presupuesto
La constante que rige a los mandatarios es: pan, circo, ( campeonatos sin terminar sedes, fiestas desde la panela, el arroz, y demás).
Con estas celebraciones, desvían los cuestionamientos que tenemos que hacer legalmente los ciudadanos, sobre el despilfarro de los impuestos que cancelamos y que no se ven reflejados en inversiones culturales, ambientales.
Que sigan las fiestas ………