Martha Elena Bedoya Rendón
Hemos seguido atentamente las primeras informaciones del Plan de Desarrollo “Gobierno para la Gente”, que será la hoja de ruta a seguir en los próximos tres años de la actual administración.
Una de sus tres líneas que lo estructuran y el cual lleva el mayor porcentaje de asignación de recursos dentro del plan financiero es la Educación, y que corresponde a la Línea Estratégica: “Pereira para la Gente”, que de un total aproximado de dos billones trescientos mil pesos, se le asigna al sector educativo el mayor peso de los recursos dentro del programa “Más educación para hacer de Pereira una nueva historia” en la suma de un billón cuatrocientos mil pesos. Un billón correspondiente al sistema General de participaciones, ochenta y siete mil millones a recursos propios y el resto de rentas de destinación específica.
Continuamos en un somero análisis y nos detenemos en dos de los subprogramas: “Implementación del Acceso, la Cobertura y la Inclusión Educativa en el Municipio de Pereira” con una asignación de recursos de una cifra aproximada de un billón de pesos y para mejoramiento e incremento de infraestructura dos mil trecientos millones.
Consideramos que acierta el señor alcalde de la ciudad, en fijar su atención al sector educativo, que no pasa por su mejor momento, cuando su administración parte de preocupantes cifras en deserción escolar en donde la tasa correspondiente al Área Metropolitana, fue del 5,22 %, mucho más alta que la media a nivel nacional que está en el 3,7 % y cuando al trabajo infantil, factor que incide directamente en la deserción escolar, la tasa o la relación porcentual de los niños y adolescentes de 5 a 17 años que trabajan con respecto a la población total, el Área Metropolitana de Pereira, se ubicó como la segunda ciudad del país detrás de Sincelejo, con un porcentaje del 4,6 %, en donde cerca de 10.600 niños explotados laboralmente reportaron trabajar y no asistir a una institución de preescolar, escuela, colegio o universidad.
Así mismo en consecuencia, esperamos que se avance en disminuir la brecha educativa existente entre los colegios privados y los colegios públicos en la atención a la educación en la primera infancia desde los tres años como lo señala la Ley115 de 1994 y los decretos que la reglamentan, poniéndonos a paz y salvo por lo menos en la Transición o Preescolar desde los cinco años.
La inversión de más impacto para reducir la pobreza y la desigualdad, en las condiciones de vida de las familias, es la que se haga en los niños.