Por JJ ARIAS HENAO
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Aunque las coincidencias son muy comunes.
Loida, así se llamará nuestra protagonista, (está en las lecturas bíblicas), ha vivido una historia de telenovela, claro está, tirando más a realidad colombiana que a fantasía mexicana.
Su pasado tiene tanto de pasión y juventud como de romanticismo y realidades de la joven que se enamora perdidamente y acepta su primer compromiso, hijos y separación; regresa a su normalidad de madre soltera y después de varios años sola, llega a su vida otra relación, un nuevo hijo y su valentía de madre y mujer la convierten en una luchadora, midiéndose a todo trabajo que resulte, aunque el final de esa relación, también concluye con más pena que gloria.
Loida, decide entonces quedarse sola, buscar horizontes y apoyada siempre por sus hijos, se radica en estas tierras, llena de coraje y valentía, y con sus tres hijos, empieza a capotear el sustento diario, con una misión, sacarlos adelante a como dé lugar.
La vida de una mujer sola, joven, bonita y simpática, siendo una fortaleza, pues no lo es, llega una nueva relación y luego de varios meses, que ya suman 4 años, otro ser humano llega al mundo y es su felicidad, pero también su desgracia, pues quién funge como padre, es todo lo contrario a un Padre y un hombre, que la llena de amenazas, ultrajes y humillaciones.
Su tarea de madre y de mujer, es acudir a unas autoridades que ampliamente conocen su caso, que la pasan de cita en cita, de oficina en oficina, y las amenazas continúan, la impotencia ante el ultraje y violencia de un hombre, los gritos y golpes aún con el nuevo ser en brazos, las intimidaciones para sus demás hijos son continuas, pero no le resuelven absolutamente nada, salvo una orden de distanciamiento que nunca se ha cumplido.
La historia de Loida, es la misma de miles y miles de mujeres en nuestro País, es la noticia del día a día que solo despierta jornadas de solidaridad unos días, pero que luego pasa a las estadísticas de los feminicidios en Colombia y que en nuestra región son alarmantes.
Yo, finalmente me preguntó ¿y esta mujer y otras tantas, a dónde más acuden?.
Dios no lo permita, pero si llega una tragedia personal o familiar en casa de Loida, estaban advertidos y que Dios la ampare, porque hoy solo tiene la valentía y el coraje de MADRE, dispuesta a todo, incluso a arriesgar su propia vida, defendiendo a sus cuatro hijos.
JJ Arias Henao