PADRE PACHO
La pandemia del Covid-19 ha generado una crisis sin precedentes, ante la cual las personas se sienten sin control. Es indudable que el Covid-19 repercute negativamente sobre la salud mental de las personas de la población en general y en particular. La incertidumbre asociada con esta enfermedad, más el efecto del distanciamiento social, el aislamiento y la cuarentena, pueden agravar la salud mental de la población; dicha situación también puede afectar al personal de la salud.
El Coronavirus ha tenido la capacidad de afectar a personas de todas las condiciones, no siendo exclusivamente sus síntomas físicos, sino que los trastornos emocionales se han exacerbado o han aparecido en casi toda la población, sin importar el rango de edad, estatus social o región.
Esta pandemia en especial y a diferencia de las anteriores, ha generado una sensación de percepción de temor y desasosiego más global, a causa de las comunicaciones que permiten vivenciar la experiencia de cada región del mundo en tiempo real, es decir: “On line”.
Rodrigo Córdoba, profesor de la Universidad del Rosario afirma que es un monstruo grande que está impactando la salud mental de las personas y que, una experiencia tan profunda como esta debe ayudarnos a ser mejores, más solidarios y, de esta forma estar más centrados en los otros; una oportunidad para estar más juntos, y de hacer un contrato social para protegernos como especie.
Una investigación reciente de los departamentos de Psiquiatría y Salud Mental y de Epidemiología Clínica y Bioestadística de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana, dio las primeras bases sólidas sobre el impacto de la pandemia en la salud mental de los colombianos.
El estudio ‘Salud mental y resiliencia en adultos jóvenes (18 a 24 años) de Suramérica durante el aislamiento por la pandemia’, que se llevó a cabo en Perú, Argentina y Colombia, encuestó a 1.000 jóvenes en Bogotá y reveló que el 68,1 % presentó diferentes niveles de depresión según la Escala PHQ 8 con un puntaje mayor de 10. El 29 % tenía niveles leves, 22 % moderados y 17 % severos. Igualmente se evidenció que un 70,3 % de las mujeres y un 63,4% de los hombres presentaban depresión y que el 53,4 % reportó diferentes niveles de ansiedad de acuerdo con la escala GAD 7.
El 49,8 % de los jóvenes respondieron que la pandemia ha afectado mucho sus vidas y 42,2 % que de una u otra forma. La mitad de ellos expresó dificultades para estudiar virtualmente; el 39,9 % no ha podido practicar su deporte o su práctica artística habitual; y el 27,1 % ha visto afectada negativamente su relación de pareja. Uno de cada tres dijo que alguna persona de su hogar ha perdido su trabajo o ha dejado de trabajar. Igualmente, uno de cada cinco que han tenido dificultades para comprar sus alimentos y el 4,8 % relata haber tenido un familiar con covid-19.
El decano de la Facultad de Medicina de la Javeriana, Carlos Gómez Restrepo, afirma que es claro que la mayoría sienten que esta pandemia ha afectado sus vidas, su diario transcurrir y evidencian dificultades en el mediano plazo describiendo que la cuarentena tendrá más consecuencias negativas que positivas. Esos datos coinciden con lo reportado por el Ministerio de Salud en cuanto a las poblaciones que más acudieron a la línea de orientación psicológica 192, que entre abril y julio de 2020 recibió casi 10.000 llamadas de personas en busca de apoyo.
Un estudio publicado hace poco en Brain, Behaviour and Inmunity confirmó que la perturbación del sistema inmune provocada por el Sars-CoV-2 podría inducir psicopatologías al punto que se observaron secuelas psiquiátricas concomitantes con los brotes de este virus.
El estudio concluye después de analizar 402 adultos que sobrevivieron al covid-19, que 265 de ellos presentaron una proporción significativa de alteraciones mentales y emocionales que sobrepasan los índices esperados. En concreto, el 42% tuvo cuadros severos de ansiedad, el 40 por ciento insomnios, el 31 por ciento depresiones, el 28 por ciento trastornos vinculados con el estrés postraumático y el 20 por ciento síntomas obsesivos compulsivos.
Según Sandra Herrera, psicóloga clínica, el estudio es altamente relevante porque el 56 por ciento de todos los analizados tuvo una puntuación que les daba un nivel de franca enfermedad. Las mujeres sufrieron más por ansiedad y depresión y todos aquellos que tenían un diagnóstico psiquiátrico aumentaron los parámetros psicopatológicos evaluados. La Dra. Herrera explica que el estrés postraumático, la depresión mayor y la ansiedad tienen una elevada carga relacionada con los años de vida saludable perdida, por lo que estos elementos empiezan a tener un impacto importante en este indicador de salud pública; es decir, se puede leer como un retroceso en la cantidad de años de vida saludable esperados para la población.
Padre Pacho