ESCAMPAVIA.
El voto puede ser de corazón, aquel que se deposita por afecto; o por la razón, el que resulta del análisis cuidadoso de quien es el candidato, de lo que ofrece y de la viabilidad de hacer realidad sus compromisos con el elector; el amarrado aquel del cual el elector no puede desprenderse so pena de perder algo; el pagado, mismo que no requiere definición; el de castigo para protestar o condenar; el útil aquel que se deposita para no botar el sufragio, en fin se vota o no se vota por razones tan diversas, como diferentes somos los electores, nuestros intereses, prejuicios, afectos o desamores.
No existen los delitos de sangre, ellos son injustos e ilegales puesto que, si el hijo de tigre sale rayado y el dime con quien andas y te diré quién eres son indicios reales, esas no son pruebas irrefutables; el perverso Caín era hermano de su víctima Abel y Esaú y su padre fueron timados por su hermano Jacob y su madre y esposa Rebeca; los ejemplos de familias intachables con parientes delincuentes abundan, como también otras que son lacras sociales entre las cuales es posible encontrar algunos de sus entrañas que se apartan de las malas mañas y son modelos de virtud.
Las campañas han mutado, ya no prima el análisis de los programas, ni se tiene en cuenta la experiencia de los candidatos como gerentes y administradores posibles de empresas que afectan tan directamente al ciudadano como son las gobernaciones, las alcaldías y sus juntas directivas, sino por el hincapié que se hace de los defectos, delitos o falencias de sus parientes cercanos o de su entorno, todo ello como resultado de las pasiones, los apetitos y las estrategias diseñadas por expertos y candidatos para dañar al contrario; que fulano es más corrupto que zutano, en la vana esperanza que el elector cambie y entregue su voto a quien más acuse y reciba menos cargos.
Para gobernadores y alcaldes, tanto nos afecta la corrupción, que solo una minoría, que no me atrevo a cuantificar, se informa sobre las propuestas y de su viabilidad, dado que los recursos disponibles y las limitaciones legales, ambientales o morales podrían hacer de las ofertas, promesas y derechos reconocidos sin justa causa, tan lejanas como las estrellas en el firmamento.
Como es la corrupción una variable que muchos piensan define, me temo que están equivocados, recuerden el “ladrona o no ladrona queremos a la patrona”, es tal el deterioro de las costumbres que, por mucho que se demuestre la incapacidad o la corruptela, eso no logra modificar la mayoría de los votos.
La corrupción no se encarna solo en la cabeza del gobernante, en mi concepto este mal perverso ha permeado las instituciones públicas y muchas pseudo privadas de tal manera que si corruptas son sus cabezas, eso estimula la de sus ejecutivos y cargos menores; como también hay delincuentes que actúan a espaldas de sus jefes pulcros, desgraciadamente somos una sociedad que convive con el poderoso, no es raro terminar siendo parte de la calamidad.
Como hablan de la corrupción del otro y no nos dicen cómo garantizarán su compromiso con la honestidad y del qué harán para combatirla al interior de sus administraciones y por ello vale preferir a quien proponga una estrategia posible para que su administración sea trasparente y honesta y ellos, los gobernantes, no resulten millonarios, como ha ocurrido en nuestro terruño.
En síntesis, antes de condenar por parentescos, miren bien quién va a votar por quién, ese es quizás un mejor indicador de lo que nos espera de ese gobernante; ojalá optemos por el mejor de los que están en la palestra, quien para tener éxito debe rodearse de gente capaz y honesta; amanecerá y veremos.