OJO CON EL CINE
Luego de ese experimento que hice al hablar de lo que está pasando y puede suceder con la crítica de cine en nuestro medio, en el país y en todas partes, gracias al desprecio que los dueños de los grandes medios de comunicación le han mostrado desde hace años a tan vital ejercicio (la han relegado a un segundo plano, más abajo que los hechos sociales y los chismes de moda y la farándula de pacotilla, que se han encargado de volver una pelea de un matrimonio como el de Shakira con Piqué en la noticia del año en el año que se divorciaron), donde hasta puse a grandes personajes de la industria cinematográfica, como actores, directores y gente de mucha valía en esta industria, a opinar sobre tan hermosa tarea, quiero contarles que a cada rato, me encuentro con uno y otro lector de mis columnas que me regalan de manera solidaria, opiniones que conmueven, alientan, animan y nos llenan de deseos de seguir insistiendo en creer que la crítica puede sobrevivir y hasta volverse muy y más importante con los días, así el cine se esmere más por contar historias bobas y más torpes en infinidad de películas, que historias importantes, significativas, inteligentes y/o formadoras de personas nuevas, gracias a la necesidad de recuperar el billete que se invierte en este negocio que crece en el medio cultural como la maleza en el campo donde el cultivo principal ha de crecer con rabia.
“Geross, entonces qué hago con esas más de mil películas que tengo en mi videoteca allá en mi casa?”, me dice uno, por ejemplo, un día; otro me comenta: “Germán y qué se puede hacer para convencer al director de este o aquel Diario, para que las recomendaciones de los grandes analistas de las películas, los géneros, los estilos, la historia del séptimo arte, etc., etc., ocupen grandes espacios, se muestren bien ambientados y se acompañen de hermosas y convincentes fotografías y testimonios de algunos de sus protagonistas?”, me dicen otros en una Cafetería o algunos más oportunos, se animan a buscarme en mi sede permanente, allí en la Galería de Arte que tenemos los pereiranos en Torre Central, y me proponen cosas como la siguiente: “Ossa, y no podemos entre varios, inventarnos una Revista o un folleto o un plegable, o un Tabloide en papel periódico, en el que ustedes, los que hacen esa difícil tarea de analizar los contenidos de las películas, puedan intentar orientar a los desprevenidos espectadores de nuestro medio y enseñarnos a muchos de los que somos bien ignorantes en la materia, a no perder el tiempo viendo tanta cosa mala que enriquece de manera violenta a los ricos que producen decenas, centenas y miles de películas que no le aportan nada a la inteligencia de nuestros coterráneos?”, a lo cual contestamos con la triste respuesta que si no recibimos un reconocimiento económico siquiera por lo que hemos hecho en tanto tiempo en tantos medios, no tenemos el dinero necesario para garantizar una publicación cualquiera, por económica que sea, para acometer tan mágica tarea.
Y así sucesivamente, muchos más, aparecerán y seguirán a pareciendo, para compartir infinidad de opiniones que le apuntan a fortalecer el respeto al cine de calidad, a la crítica de calidad, a la búsqueda de productos no solamente cinematográficos sino artísticos en todas las ramas ricos en poesía, conocimiento, inteligencia, sensatez, magia, encanto y dignidad, que permitan encontrar con sus propuestas, mundos mejores que es lo que todos necesitamos.
No sobra decir que este columnista, obsesionado con el buen cine, con la buena poesía y el bello arte, agradece a todos los que han manifestado su solidaridad con esta disciplina que se resiste a creer que los “youtuber” despelucados y escandalosos, de todo el mundo, serán los encargados en el futuro de la orientación cinematográfica y cultural en general.
No sobra decirlo, pensarlo, creerlo y manifestarlo.


