Por JERSON LEDESMA
En medio de una travesía al Cerro Batero en el municipio de Quinchía, uno de los viajeros expresó la formación de un plural que hasta la fecha sigue generando ciertas reflexiones personales. Esta fue su secuencia discursiva: -Estos yises uno los encuentra en todas partes. Entonces, una primera idea es que el término empleado yises está fuera de toda comunión con los manuales de gramática moderna. Si se hace la búsqueda de la palabra en el Diccionario de la Real Academia (RAE) aparece Jeep como voz inglesa, aludiendo a un vehículo todo terreno; de igual forma, aparece yip como adaptación del anglicismo al sistema fonológico y gráfico del español. Para muchos, esta denotación es extraña y hasta mal vista, pues creen que se debe imponer el modelo ofrecido por otra lengua de prestigio. Ahora, independiente de estas posturas, sí debe aclararse que las formaciones de los plurales en la lengua española se realizan con morfemas flexivos –s, -es; por lo tanto, al pronunciar yises la construcción ha sido adecuada, incluso, tomando posición, es preferible esta elaboración a otra que corresponda más al estilo académico como por ejemplo: yipses. Asimismo, la comunicación resulta efectiva para los intereses del hablante, aún lejos de los estándares o convencionalismos que intentan rodear los sistemas formales a los cuales se supeditan muchos de los análisis. A lo largo del camino, el usuario de la lengua insistía en que los yises estaban ya parqueados a la espera de recoger a los andariegos, esto evocó algunos otros lexemas procedentes de lenguas extranjeras como: panty, cuya flexión podría ser pantis, no obstante, aún en las vitrinas de los centros comerciales se observa pantyes o pantys, dejando en evidencia un problema de aplicación y conocimiento en la formación de los plurales. Pero hay algo más, piénsese en la preposición a, las conjunciones y, o; en los adverbios sí y no, ¿cuáles serían sus plurales? Haga el ejercicio sin mirar todavía las respuestas.
A = aes
O = oes
Y = íes
No = noes
Sí = síes
Parece difícil de asimilar, pero equivale a una gramática normativa necesaria también para sistematizar la lengua, unificar contenidos. Por último, el número tres equivales a treses, por favor, no cambiar la –s por la –c, pues sería una falla ortográfica; lo mismo con el número dos, únicamente es agregar el morfema –es y listo. Se ha dicho por ahí que el idioma español es bello y profundo, no solo reposa en agendas y libros, sino también en la exposición creativa de sus hablantes.