La Visagrafía®, una solución.
A mi madre, cuando tenía aproximadamente 30 años de edad, le diagnosticaron diabetes. Se le recetaron varios medicamentos para controlarla, pero fue perdiendo su audición paulatinamente. Llegó un momento en que ya su comunicación verbal se hizo bien difícil. Poco a poco se volvía más callada mientras el resto de la familia se hacía más impaciente con ella y la quería tratar como una igual, por desconocer esta inmensa diferencia. Ya no podía participar de las conversaciones grupales, de los regaños privados o en público, de cantar que tanto le gustaba, porque no escuchaba lo que sonara en la radio, el panorama para Lilia era de silencio y aislamiento.
Sus hijas, o sea mis hermanas, se comenzaron a casar y a agrandar la familia con nietos que entendían desde pequeños que su abuelita tenía una situación especial y que debían hablarle de frente, vocalizando muy bien para que ella pudiera leer los labios.
Pero para leer los labios, debía ver muy bien. Su visión, por la misma diabetes, se redujo bastante. Fue cuando uno de los nietos, David Ricardo, en sus primeros años de escuela, aprendió a escribirle en los brazos con sus deditos diminutos lo que le quería contar. Fue una dulce manera de incluir a su “abue” en su vida, forma de comunicación que aprendieron tanto el hermanito menor como los otros primos, todos contemporáneos. Era una traducción personalizada y cargada de amor.
Esta mujer había escuchado el canto de las aves, las canciones, los poemas que tanto le gustaban y las telenovelas que disfrutaba, mientras pudiera leer los labios de los actores y disfrutar del close-caption. Ya tenía a sus nietos e hijos que sabíamos que, si le escribíamos las palabras en los brazos, ella podía participar de las conversaciones y respondernos con sus acertados consejos, profundos y serios.
Para entonces no existía la Visagrafía, que es la grafía para cualquier lengua visual.
Fue tan solo hace 25 años que en Pereira, Jaime Hernández Gutiérrez y un grupo de personas sordas, del Instituto Integral de Audiología, bajo el mando de Bolivia Chica Ríos, emprendieron la dura tarea de crear una lengua escrita que fuera inclusiva, que permitiera a personas que no conocían los sonidos de los fonemas y que, por lo tanto, no podrían aprender a leer las letras, se pudieran integrar a la sociedad de una forma eficiente.
La Visagrafía nació la como la representación gráfica de la lengua de señas colombiana, diseñada con el objeto de ser un vehículo ágil de comunicación a distancia y de preservación de la memoria dentro de la comunidad señante. La base de esta lengua son las señas y por lo tanto la Visagrafía no tiene ningún contenido o referencia a contenidos fonéticos.
En Visagrafía, las señas, las palabras o los pensamientos, están representados por medio de ideogramas que pretenden acercarse, en forma lo más aproximada posible, a las señas que utilizan los sordos. Estos ideogramas, a su vez, están compuestos de grafemas que no tienen un significado por sí solos, aunque normalmente sí poseen algún sentido como partes del cuerpo o como indicadores de movimiento, y ése es el papel que juegan dentro de la construcción de cada ideograma.
Con la Visagrafía se puede traducir a señas en el papel cualquier idioma, para que sea leído por las personas que conozcan sus 15 símbolos, que se escriben con pocos trazos, y sus escasas reglas.
Hubo un taller en el marco de la feria del libro de Pereira, dirigido a un grupo de estudiantes por Jaime Hernández, físico – matemático, su hija Juliana Hernández Henao, profesional de ingeniería de sistemas y dos jóvenes sordos coautores de la Visagrafía. Ellos lograron jugar con todos los asistentes y enseñarnos cómo podíamos tener una comunicación clara, sencilla, fluida e inclusiva. Estas personas encontraron su razón de vivir al incluir en su proyecto a esta parte de la población, que por tradición eran condenadas a vivir en el silencio y en el analfabetismo, sin permitirles conocer el mundo exterior, la fantasía, la ficción y la realidad que se logra a través de la lectura.
La lengua es una propiedad de cada comunidad humana. El lenguaje es la capacidad de entendernos entre todos.
Terminó el taller, todos salimos sensibilizados y con la alegría de poder conocer algunas frases cortas como: buenos días, buenas noches, gracias, papá, mamá… entre otras.
Cómo hubiera disfrutado mi madre sus clases de Visagrafía. Era una mujer a quien nada le quedaba grande. Mi total agradecimiento a Jaime, Juliana, Bolivia y a esos chicos, por ser los mejores alfabetizadores en medio del silencio de ellos mismos y de una sociedad que sigue sin tenerlos en cuenta.
La invitación está abierta a quienes deseen conocer más sobre este innovador proyecto de inclusión. Los lectores pueden unirse a la comunidad de la Visagrafía, interactuar, descubrir materiales, videos y noticias a través de las redes sociales en https://linktr.ee/visagrafia
@Visagrafia



Querida Olga Cecilia, gracias por acompañarnos en el taller de la Feria del Libro y por dedicar tu columna a la Visagrafía 🌿. Tu mirada nos ayuda a visibilizar una herramienta que transforma la vida de las personas sordas y que nos recuerda algo esencial: la escritura ha sido el motor de toda cultura, y la Visagrafía es la puerta para que la comunidad sorda también pueda escribir su historia.
Si soñamos con un mundo realmente incluyente, no basta con que las personas sordas conozcan la lengua de señas y la Visagrafía — también los oyentes debemos aprenderlas 🤝.
Invitamos a los lectores a seguirnos en redes sociales, correr la voz y participar en nuestras actividades y talleres. Cada nuevo aprendiz ayuda a construir un puente más fuerte entre el silencio y la palabra. 💙
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Excelente iniciativa que permite el entendimiento con aquellos que, desafortunadamente, tienen la limitación de comunicarse oralmente y una forma generosa de acercarse a ellos brindandoles la oportunidad de hacerlos sentir útiles y amados.