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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadBILLY, MAGIA MÍA

BILLY, MAGIA MÍA

 

Hay una trampa en ufanarse. Cuando estamos felices nos creemos eternos. Cuando nos sentimos más seguros, el camino se bifurca, Edipo se cruza con Layo, y lo asesina, sin saber que es su padre; luego se enamora de Yocasta sin saber que es su madre, y otra vez estamos perdidos.

 

Perdida sí. Tú, querido Billy, correteabas, vino un domador y logró por fin tranquilizarte. Yo tenía la ilusión que me acompañarías, que envejeceríamos juntos, que todo mejoraría, que era cuestión de tiempo, de paciencia, de amor.

 

Tus ojos abiertos, desconcertados, incomprensibles ante si mismo. Venías de la barbarie maltrecha de un déspota, que aún después de muerto te perseguía. Eso fue lo que dijo la vidente cuando desconsolada busqué su ayuda. Aseguró que venías de un lugar donde la comida se arrebata a jirones. Aunque eso si era evidente. Afirmó, que te utilizaban para peleas callejeras y que cuando me atacaste viste en mí a tu verdugo y en tu aturdimiento tus mandíbulas hincaron  mi piel y mis  músculos.

 

El suelo se tiñó de rojo. Magia lamió la sangre que salía a borbotones, y Mía me acompañó toda la noche. Yo, infeliz mortal, sumida en la desesperación y las heridas abiertas. En un parpadeo súbito el cuerpo de Mía se desvanece. “Fue un acto sacrificial. Ofrendó su vida para protegerla” También de eso habló la pitonisa.

 

Lloré, grité hacia dentro para no llamar la atención. Llevé su cuerpo petrificado al pequeño patio trasero, cavé un hueco como pude y la enterré.  El jardín floreció.

 

Acechantes, Magia, Mía, y tú, desparpajado e indomable Billy, esperaban la oportunidad de salir al afuera, al alba, al alba, corrían como faunos deslumbrados  por las praderas al amanecer. Siempre desde un lugar fronterizo, invocando el riesgo de un mundo indefinible, incorregible y salvaje. Me regalaban una energía adicional, como agua cristalina que se precipita por una cascada. Tal vez eso sea la felicidad.

 

 

Todo es ausencia en este espacio

Sin el vigor y la agilidad de sus cuerpos

Mía

Todo es ausencia

Sin tus piruetas rebeldes, pilatúnicas, obstinadas y audaces

Sin tus orejas largas y tus ojos tristes

Billy

Todo es ausencia

Sin tu pelambre amarillo como un incendio

Sin tus orejas diminutas y elevadas

Sin el verde olivo de tus ojazos alucinados

 

Un ramaje arborescente desprende ininterrumpidos movimientos, que atrapan de nuevo mi sentir. Una libélula vuela con sus alas de cristal estremecidas y busca una salida. Una mariposa cárdena, de visos transparentes bebe el néctar de una flor amarilla. Una muchedumbre de moscas se posa sobre el blanco velo. Un pájaro vestido de rojo viene a visitarme. Las salpicadas manchas de sol me adormecen y envuelven mis pensamientos en un caleidoscopio sosegado, mientras Magia, quebradiza, derrengada, ciega y vetusta se enrosca en su ternura y fidelidad, debajo de mi mesa, regalándome sus cumbres de amor a la manera del Flush, de la dama inglesa, Virginia Woolf.

 

Un pájaro bebe agua, de una hoja de un mandarino. Vuelvo a un momento luminoso, breve. Danzo en la penumbra cuando nadie me ve. Me repongo. Me invento. Me duelo. Me conmuevo. Me inquieto. Me resuelvo. Me transformo. Recupero mis pellejos. Mi piel de foca.

 

 

Febrero 1 de 2025

Aleida Tabares Montes

1 COMENTARIO

  1. Querida maestra que sublimación tan grande, que amor incondicional para unas maravillosas criaturas que ha acompañado tu devenir por este camino de abrojos. Ahora sin alguno de ellos te sientes impulsada a escribir este hermoso artículo que refleja un interior nostálgico pero a la vez fuerte. Te saludo con admiración y respeto amiga.

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