Fernando VII rey de España en 1808 y obligado a abdicar, asume nuevamente en 1813 hasta su muerte en 1833. Considerado el peor rey de España por su carácter y su incapacidad para gobernar, en 1820 un pronunciamiento militar restableció la Constitución, declarándose defensor de ella. Rodeado de una camarilla de aduladores, sin escrúpulos gobernó de manera traicionera y vengativa, no dejando de conspirar para restablecer el absolutismo. Esta manera de ser, terminó perfilando su imagen de rey felón, como fue llamado por sus súbditos. La Real Academia de la Lengua Española, tiene como acepciones de la palabra felón, (traidor-desleal-aleve-alevoso-pérfido-bellaco-infame-indigno-falso-engañoso-perverso). Y sin estar hablando de Petro, pareciera ser la más perfecta radiografía de quien hoy gobierna al país. Habiendo alcanzado la más alta dignidad que la democracia otorga, y luego de prestar juramento de respetar y defender la Constitución, desde su posesión el 7 de agosto de 2022 no ha hecho cosa distinta a atacarla y violentarla. En campaña se comprometió a no gravar con nuevos impuestos y ya va en la tercera reforma tributaria. El liderazgo ético y político al que se comprometió para luchar contra la corrupción, fue una total mentira, pues este “Gobierno del Cambio” pasará a la historia como el más corrupto de los últimos 50 años, dando fe de su incumplimiento, entre otras, las investigaciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), adelantadas por su fiscal de bolsillo que, igual, tiene en veremos las investigaciones contra su hijo; Nicolás Petro. El estilo de confrontación de este Gobierno, que no busca consensuar sino imponer, enfrentándose a sectores políticos, gremiales y sociales, evidenciado en proyectos como el de la Reforma a la Salud, ha dificultado visiblemente su gestión. La inestabilidad política es, tal vez, la mayor característica de este Gobierno, pues ninguna otra cabeza del Ejecutivo ha hecho tantos cambios en los últimos 35 años, tiempo que lleva la Constitución de 1991, habiendo completado ya 62 ministros y anunciado el próximo remezón ministerial. Ante el anuncio de los cinco principales alcaldes del país de viajar a Washington para pedirle a las autoridades de EE.UU. no descertificar a Colombia, por significar duro golpe a la política contra las drogas, Petro arremetió contra ellos, tildándolos de usurpadores y de quedar incursos en el delito de suplantación, pues solo él está autorizado por la Constitución. Falsa interpretación, pues no están suplantando la autoridad del “emperadorcito”, solo están sacando la cara por el país, que en ultimas, es la sumatoria de las ciudades de Colombia, de la cual son sus autorizados voceros. ¿Quién en problemas, no agradece la intervención de terceros? Solo un traidor como Petro, quien con su actitud, desnuda su franco querer de que el país sea descertificado para cobrar ante “su pueblo” la presunta persecución de los “gringos”. Petro no da puntada sin dedal. Todo lo de él, es fríamente calculado. Lo que parecen torpezas, son actos premeditados que le sirven para poner cortinas de humo sobre los problemas del momento. Su estruendoso fracaso con la elección del magistrado en la Corte Constitucional, trató de taparlo con la exagerada cifra de diez mil toneladas de lechona vendidas en Japón. Y el país le come cuento, pues todavía seguimos discutiendo sobre su “brutalidad”, sin caer en cuenta que es la reencarnación del “rey felón”.
Alberto Zuluaga Trujillo. Alzutru45@hotmail.com