- Su innovación consiste en vincular la tecnología, la ciencia y la producción agroindustrial
- Visitamos la Institución Educativa Núcleo Escolar Rural en Quinchía donde los estudiantes aprenden haciendo
Con cara amable y sencilla y una luz de esperanza en el rostro, Luz Stella de los Ríos Zapata, la Mujer Cafam 2025 recibió la caravana en las puertas de la Institución Educativa Núcleo Escolar Rural en Quinchía.
Un bus de turismo y varias camionetas trasladaron al grupo de personas que desde Pereira nos desplazamos a Quinchía, invitados por Comfamiliar Risaralda, para conocer la obra que le mereció a Luz Stella el máximo reconocimiento nacional al liderazgo femenino.
Las cámaras y los dispositivos móviles disparaban sus ráfagas para captar su expresión, mientras algunos no disimulábamos la alegría por tomarnos un selfie al lado de ella, que durante la semana que concluyó fue portada en los medios tan importantes como El Tiempo, las revistas Cambio y Semana, Noticias 360, Caracol y RCN, la W y CNN.
Veinte años atrás, solo un concurso de belleza como el Reinado Nacional de Cartagena celebrado los días 11 de Noviembre habría atrapado de igual manera la atención de los colombianos. Hoy, por fortuna, son la inteligencia y la capacidad de gestión las cualidades que le merecen a la agraciada el despertar este tipo de pasión.
Y es que en Quinchía en los primeros días de marzo no se ha hablado de otra cosa que no sea el premio, considerado por sus organizadores, Cafam de la capital de la república, como un gran impulso para el reconocimiento y la valoración de los proyectos de las mujeres colombianas.
La noche de la transmisión en vivo por televisión nacional, en las aulas de la institución educativa, estudiantes, profesores, personal administrativo y padres de familia, se agolpaban nerviosos esperando conocer el nombre de la ganadora.
Meses atrás en el hotel Movich, de Pereira, otro jurado, con el mayor rigor e independencia, y luego de un arduo proceso por todos los municipios risaraldenses, la había encontrado ganadora del Premio Mujer Comfamiliar, paso imprescindible para ser postulada a Mujer Cafam, una presea que sólo una vez en 36 años de existencia del premio había logrado ganar una mujer risaraldense.
Las expectativas eran altas en Quinchía, porque la nominada había logrado superar el primer filtro entre 200 concursantes, y su rostro y proyectos habían sido grabados en un video que se proyectaría en la ceremonia. Eso significa que como mínimo, sería una de las diez finalistas.
Luis Fernando Acosta, director administrativo de Comfamiliar Risaralda, viajó a Bogotá con el pálpito de traerse el galardón, pero consciente del alto grado de dificultad. Por ello, cuando el presentador pronunció el nombre de Luz Stella, Acosta Sánz celebró con un grito tan atronador que aún no entiende cómo se salvó de ser retirado del escenario.
Entre tanto, en Quinchía, población tristemente célebre por la llamada Operación Libertad, un falso positivo que se llevó injustamente a la cárcel a más de 150 personalidades de la localidad, comenzando por el alcalde de entonces, el presidente del concejo y autoridades civiles, acusados de ser auxiliadores de la guerrilla, lágrimas brotaron de los ojos de los alumnos de Luz Stella y su equipo de trabajo.
El premio a la Muer Cafam, es el reconocimiento a 36 años de lucha de una docente por sacer adelante a la niñez y conquistar la paz por medio de la educación.
El modelo académico que le mereció a Luz Stella el reconocimiento es ahora referente nacional de buena práctica para las directivas docentes de instituciones rurales en todo el país.
Se trata de garantizar acceso a una formación completa, desde la primera infancia hasta la media técnica, además de desarrollar programas para adultos y jóvenes en extraedad, contribuyendo así a la educación de calidad en el departamento.
Concretamente, desde el 2013, Luz Stella, en su institución educativa ha trabajado en la implementación de estrategias innovadoras que vinculan la tecnología, la ciencia y la producción agroindustrial, buscando incorporar proyectos que articulen a los jóvenes con el entorno rural por medio de la aplicación de la mecatrónica para automatizar procesos, con el objetivo de fomentar la participación de los estudiantes en el crecimiento y sostenibilidad del sector agrícola.
El Opinadero tuvo el privilegio de conocer el interior de este plantel, donde los niños lucen uniformes de trabajo, cultivan huertas, cuidan gallinas y cerdos, y enjambres de abejas, siembran alevinos en lagos artificiales, toman clases de electricidad, electrónica, mecatrónica, fabrican junto con sus profesores sensores y redes para medir, entre otros la velocidad del viento y la acidez de la tierra o la potabilidad del agua, o visten trajes típicos para danzar mientras sus compañeros tocan instrumentos de cuerda, vientos y percusión y un profesor canta a dúo con una estudiante, en una simbiosis de arte y ciencia, que nos llevan a pensar que con la educación es posible construir la paz.
En distintas piezas comunicacionales en próximos días entregaremos a nuestros lectores y seguidores algunos fragmentos de lo que pudimos captar de esa nueva Quinchía, la que construye con su liderazgo la profesora Luz Estella de los Ríos Zapata, en la Institución Educativa Núcleo Escolar Rural de Quinchía, que nos cautivó con su amor por la ciencia y la tecnología y su fe en que es posible transfomar a través de la gestión incansable, jalonando recursos de todos los ministerios y entes gubernamentales para convertirlos en proyectos que se plasman en las aulas de su colegio.
Si usted tiene una propuesta sobre una u otra actividad a través de las cuales podría llevarle progreso a Quinchía, lo más seguro es que Luz Stella de los Ríos le responderá con serenidad y certeza: se le tiene. Y describirá cómo viene formulando el proyecto en su colegio para también en satisfacer esa necesidad