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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadReversazo en primera ... “mejor que el salto al vacío” 

Reversazo en primera … “mejor que el salto al vacío” 

  • Cuentos chimbos en la democracia electoral manipulada a punta de hambre, odio y miedo para seguir en lo mismo con las concesiones del analfabetismo político. El voto limpio quedó en deuda.
  • La democracia cangrejo se devuelve a la supuesta certidumbre de las formas con “los malos conocidos, así roben” frente a los improvisadores en su desidia e informalidad. Largo desierto para la izquierda se está fraguando con la decepción del cambio.

Coaliciones de todos los matices que reunieron vertientes con mezclas impensadas en todo el espectro ideológico  con el único propósito de atajar la gran coalición que alcanzó la presidencia de la república en 2022, son el fenómeno caracterizado en la democracia electoral y su mapa resultado de octubre 29 de 2023. “No podemos dejar el país en manos de esa gente” o “Imposible seguir dandos pasos en el salto al vacío”, fue el relato vendido por todo el aparato tradicional en el control del Estado. Si algo ha hecho mal el gobierno del cambio ha sido la displicencia negligencia con que ha facilitado la manipulación de la opinión mediática en esa venta de miedo equivalente al fenómeno del NO en 2016.

El bipartidismo rojo azul colombiano que impregnó el germen de la política rémora del erario, pasó de ser ése contubernio binario de años sesentas y setentas a una dispersión de personerías jurídicas de partidos, 36 en total reconocidas por el deleznable sistema electoral coptado en el aparato que gana elecciones con todas las maromas jurídicas posibles. Los caciques de este siglo se regocijaron con la recuperación de bastiones clave en gobiernos locales y territoriales para preparar el desalojo de los inquilinos ocupantes del timón nacional en 2026. 

Las cuentas del partido de gobierno que no existe no cuadran porque ni el mismo mandatario nacional pareciera reconocer que la totalidad de los once millones doscientos mil votos que lo eligieron, al menos un treinta por ciento de ese resultado no son de simpatizantes suyos, muchos de ellos arrepentidos. Recordar que su elección ocurrió por atajar al peor de la segunda vuelta presidencial.   El engaño del supuesto caudal electoral para las elecciones municipales y regionales comenzó por ese punto que se tradujo en una desidia proselitista esperando un falso arrastre que nunca tuvo el presidente con su desgaste mediático y que tampoco ha existido tradicionalmente en la dinámica de las maquinarias locales.

El resultado predecible ocurrió y ahora la cuestión es en qué va a quedar el cambio con el envalentonamiento de las gavillas tradicionales en el legislativo y en gobiernos locales y departamentales desde donde se emprende la campaña para volver a la presidencia en 2026 con una oposición sistemática coordinada a todo vapor durante los siguientes dos años. 

La impunidad del 94% en la politizada justicia colombiana, la mayoría en el legislativo van a hacer todo en sus cálculos y maniobras al alcance para desbaratar el mandato de transformación asignado al gobierno hasta el 2026. La terquedad del primer empleado mandatario y su improvisación que exacerba a sus opositores a mostrarlo como fuera de tono, será determinante en la suerte del proyecto contratado en las urnas bajo el mandato del cambio promovido por el llamado Pacto Histórico que agudiza su estigma publicado de incertidumbre y falta de solidez.

Si Colombia es un país distinto en democracia será posible verificarlo en 2026 cuando se vislumbra el inicio de un largo desierto para la izquierda y poco probable el retorno a la derecha de los pasados veinte años, para dar turno a una tercera opción que deberá vender una idea muy superior al gastado cuento del centro que ha resultado derechizado como en la experiencia verde.

El legado posible que podría aportar al proceso democratizador real en Colombia el gobierno del cambio para no quedar impune es el fortalecimiento efectivo de la democracia participativa ciudadana que debe estar por encima de la incidencia excluyente de la democracia representativa anclada en sus mañas tradicionales de connivencia y negocios privatizadores de lo público. Las formas directas de la democracia participativa tienen que dar paso a una cultura de transparencia, exigibilidad, control social efectivo para desmontar el feudalismo del empresarismo electoral “secuestres” de la chequera pública al servicio de sus conciertos para repartirse sin escrúpulos el erario.

Todo por ver, demostrar y verificar en gobiernos muy representativos del veredicto de las urnas en octubre 29 como Bogotá, Cali, Tunja, Bucaramanga, mandatarios inéditos comprometidos con coaliciones,  más los predecibles comportamientos de Medellín y Barranquilla, repitentes con antecedentes. Lo propio ocurrirá en las corporaciones de la democracia representativa con pleno examen al comportamiento de fenómenos como el youtuber mayor votación del país Concejal de Bogotá  y el pistolero de Cali con imputaciones. Los gestos de la democracia electoral colombiana indican que el voto limpio mayoría sigue en deuda por omisión dejando en manos del voto manipulado la democracia local y territorial.    

Opinión Acto Editorial Escrito por Hernando Ayala M. Periodista  Mail disnnet@gmail.com 

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1 COMENTARIO

  1. No es tan oscuro el panorama para el PROGRESISMO, está visión de desierto posible juega muy bien con los anhelos y esoectativad de la derecha viuda del poder , el gobierno de Petro está haciendo las cosas bien además de que su liderazgo mundial es incuestionable..por sus propuestas atinadas y muy bien fundamentadas, los únicos que no lo reconocen son las espureas derechas criollas permeadas de narcotráfico y mentiras…..Colombia establece día a día el mejor gobierno progresista del planeta así muchos ni lo crean y por supuesto no lo observen…..

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