Por: Blanca Ossa
Cada día en la mayoría de los hogares a la hora de ingresar a la escuela virtual, niños y niñas argumentan que no entienden, no les gusta la materia, no son buenos para eso, o ese no es su fuerte. Al mismo tiempo, Padres madres y/o tutores tratan de convencerlos por todos los medios. Y mientras esto sucede, los padres ruegan para que todo termine, que los niños puedan regresar a la escuela y que al fin los procesos de enseñanza – aprendizaje, sean normales.
Hace algunos años, normal era que los niños y niñas hasta los 7 años estuvieran en casa acompañados de sus padres; que fuera la familia la encargada de programar la red neuronal (con la disciplina, el amor y la constancia, se formaban hábitos comportamentales, intelectuales y relacionales) Es decir, se desarrollaban los procesos lógicos, emocionales y operacionales, pero nadie en ese entonces era consciente de lo que sucedía.
Hoy, los descubrimientos de la Neuro ciencia, ponen de manifiesto que lo que educamos es el cerebro, enseña cómo educarlo (como enseñar de acuerdo a las necesidades de cada uno), y permite desarrollar en cada niño la coherencia entre su pensar, su sentir y su actuar.
Aprovechar este conocimiento, permitirá a cada padre esculpir en la vida de sus hijos las bases de una educación integral y en contexto. Pero esta importante misión, ha sido delegada en manos de docentes y madres sustitutas.
Ahora la vida nos brinda la valiosa oportunidad de Sensibilizar a los padres y madres sobre su importancia en el proceso de programación de la red neuronal, la cual se da entre 0 y 7 años.
La programación de la red neuronal y el desarrollo de sus procesos determina: inteligencias y formas de aprendizaje, capacidad de investigación y análisis, manejo de relaciones socio afectivas, capacidad de trabajo en equipo, relación pasado presente -futuro, capacidad para lograr las metas propuestas, control de emociones y sentimientos, aptitudes, actitudes, habilidades, destrezas, competencias, carácter y personalidad.
El cerebro además de regular las funciones homeostáticas, coordinar el movimiento y procesar la información sensorial, es también responsable de la memoria y el aprendizaje.
Cada cerebro aprende y enseña de formas diferentes; Creer que todos los cerebros deben establecer las mismas relaciones y buscar las mismas estrategias, puede anular todo acto creativo y obstaculizar las posibilidades del que aprende.
El estar en casa es una oportunidad inigualable, para programar, reprogramar y/o reestructurar el Cerebro de nuestros hijos, para evaluar sus tendencias e inteligencias y utilizar el modelo didáctico apropiado que facilite a cada niño los procesos de aprendizaje.
Eduquemos en contexto y ayudemos a los niños y niñas a convertirse en seres direccionadores, solidarios y productivos.
El reto para los educadores, llámese padre o maestro, es “educar desde con y para los diferentes tipos de desarrollo cerebral”.