🔅 Desnudo por fuera del clóset, el establecimiento no tiene cómo tapar su realidad y pide terror gringo para arrinconar al enemigo interno.
🔅 Más de diez millones de víctimas sobrevivientes de la violencia las siete décadas del miti miti, tienen la palabra en la decisión 2026 para enrutar a Colombia e impedir la reversa de impunidad que claman victimarios enmascarados de salvadores.
Los operadores del saqueo negocio electoral vicio desde la ley del embudo del miti miti, régimen del llerismo instaurado después de «Gurropin», virus que permanece aún en sus mañas y estertores en este tiempo, en lo mismo, saben que su única opción de supervivencia y retorno a controlar la marrana del erario, es el terror. Ese viejo país patalea, revuelca sus hieles, bilis y hedores y van a hacer lo que sea por no soltar lo único que les funciona. Para eso invocan la locura armada en el Caribe del régimen MAGA. Volver al imperio de la violencia y sometimiento en el sur del río bravo.
«No conozco fortuna de supuestos grandes ricos en Colombia que no haya salido del Estado», expresión atribuida a López Michelsen que tendría por qué decirlo, como último impune del Frente Nacional, premisa síntesis del modus vivendi de la «oligarquía» feudal colombiana, dinastías feudales de pensamiento colonial que luchan con sus clientelas de cuello blanco por recuperar el erario que los amamantó toda su vida. De ese tamaño es la disputa. Los descamisados ya les quitaron la ubre pública y buscan repetir lo impensado hasta 2022.
Las recientes cuatro décadas marcadas desde noviembre trágico de 1985 hasta el número cuarenta en 2025, contienen el paso a paso de los avances en derechos, emancipación y transformación de sociedad que ha desatado la fuerza política que hoy asusta a los determinadores de todos los abusos de Estado e impunidad en el saqueo de lo público y despojo de lo arrebatado a las vulnerabilidades arrasadas, desplazadas y golpeadas durante los dos siglos de exclusión, inequidad y violencia ejercida por quienes se aferran a privilegios desde y durante todo el curso de la historia.
«Los que no tienen nada que perder son el mayor peligro. No tienen miedo», es el estribillo de la cobardía usada para manipular el miedo de quienes han conseguido sus logros y bienes sin actuar criminal. Detrás de la gente que ha luchado lo que tiene, se atrincheran los parásitos de la abusada democracia manipulada. «Nos tenemos que ir del país», decía una señora estrato sin garantías sociales a quien le dijeron que perdería su casa, en junio 20 de 2022. La cobardía de directorio compra venta de votos y elecciones, le metió ese miedo que sigue repitiendo en el mismo punto.
Los abusos cometidos en la impunidad derivada de noviembre 1985, no han sido contados y tienen impunidad garantizada en el establecimiento del saqueo que no quieren dejar morir. La democracia electoral representativa desde 1988 con la elección popular de alcaldes y gobernadores en 1992, agudizó feudos territoriales y corrupción saqueo público. La ciudadanía paso a paso ha ido abriendo espacios y ha transformado perspectiva política. Corrupción e impunidad siamesas permanecen enraizadas. Hambre e ignorancia siguen dañando el voto de la gente por cualquier migaja. En eso confían los criminales electorales. La única dimensión de democracia que les cabe en su normalidad venal.
¿Quiénes van a decidir el siguiente paso en la transformación de sociedad y democracia con todas las interferencias y terror amplificado que hará en su estallido la tribu del miti miti en su deriva?. Todo colombiano que haya renunciado a no querer ver, ni oír, ni entender, que ha asumido la realidad con toda la evidencia en escena, expuesta ante todos en el mundo. La consciencia que debe resistir a toda la barbarie genocida y la autocracia, todos los crímenes de cada régimen que daña y vulnera humanidad, desde la sociopatía del poder para eliminar, suprimir y propagar la doctrina de prescindencia de seres humanos descartados y desterrados de sus vidas.
Después de cuarenta años de lo revivido en la memoria este noviembre, la consciencia de no violencia, no impunidad, no repetición ni revictimización, alcanzaría para tomar decisiones que impidan el reverzaso al horror. Ésa consciencia limpia, autónoma, sin precio ni fanatismo, tiene el único bando irreductible para la humanidad, el bando de vida digna en autodeterminación. Cero amos, cero jefes, cero engaño. Alcanzar ése estado de consciencia es el único blindaje seguro para no ser objeto, instrumento de ningún poder ajeno a la voluntad política propia. Elegirse para decidir en consciencia limpia sin interferencia es el paz y salvo para seguir adelante el paso a paso que nadie puede hacer por nadie. Cuidar cada ser humano libre su integridad.
Reflexión de un ciudadano raso a pie por la vida en la calle.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista colombiano autónomo Mail disnnet@gmail.com


