Tomás Rodaja es un humilde y perspicaz muchacho que es recogido por dos ilustres caballeros que le brindan apoyo para que pueda continuar con sus estudios. El estudioso joven logra impactar a sus benefactores al igual que a todas los que encuentra en su camino por su inteligencia, lo que le permite escalar rápidamente en los círculos sociales, viajar a muchas ciudades, además de relacionarse con otras nuevas e importantes personalidades que también se rinden ante la habilidad para disertar sobre variados temas. Una vez graduado de licenciado en leyes, se instala en la ciudad con el reconocimiento y admiración de sus amigos.
A la ciudad llega una influyente dama que queda encantada por la inteligencia del licenciado y termina perdidamente enamorada sin que él hubiera manifestado interés alguno por la mujer, a lo que ella, descorazonada, y buscando atraer al hombre, le da una pócima que debería producir su enamoramiento, lo que casi le provoca la muerte al licenciado Rodaja, obligándolo a permanecer algunos meses en la cama recuperándose físicamente, pero con la mente trastornada creyéndose de vidrio y no permitiendo ser tocado por nadie ante el horror de quebrarse en mil pedazos.
EL LICENCIADO VIDRIERA, como todos lo siguen llamando, se vuelve mucho más popular porque su demencia se complementa con el aumento de su inteligencia y habilidad para tener la respuesta adecuada a cada pregunta que le hacen. Sorprende a todas las personas que se asombran por su raciocinio que es diametralmente opuesta a la imagen suya que se va deteriorando con la forma de comportarse con gritos histéricos cada que alguien trata de tocarlo… El genial escritor MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, nos recrea en esta fabulosa narración de la NOVELA DEL LICENCIADO VIDRIERA.
La historia de Tomás Rodaja, convertido en EL LICENCIADO VIDRIERA, se parece de algún modo a la de un joven político pereirano, que ha sido víctima de un peligroso hechizo, no uno que le produjera locura que lo lleve a creerse de vidrio, sino otra peor que le abrió la ambición enfermiza de poder.
Sus orígenes son muy similares a los del Licenciado Vidriera: un mozalbete humilde que llega hasta la puerta de un aguerrido político de izquierda buscando oportunidades y es acogido con afecto. Recibe cartilla sobre política y filosofía, y el muchacho disciplinado avanza raudo por las autopistas de las aspiraciones políticas gracias a tres denuncias hechas contra dirigentes del departamento. Una vez elegido, se transforma cual EL LICENCIADO VIDRIERA, rodeado de guardaespaldas, no para evitar que rompan su humanidad de vidrio, sino para aislarse de todo lo que lo vincule a su pasado y aleje a los amigos que le brindaron apoyo en sus comienzos.
En el reconocido portal digital EL BLOG DEL MINISTRO, del día 9 de diciembre de 2020, se presenta los cuestionamientos hechos por el exconcejal de Pereira, César Gómez Betancur, a las actuaciones del moderno LICENCIADO VIDRIERA. Primero, discute el haber instalado millonarias vallas publicitarias en donde más que un saludo navideño, le hace culto a la personalidad con la fingida demostración de afecto del diputado, que más bien eran el anuncio de sus futuras aspiraciones políticas. El segundo cuestionamiento está relacionado con el uso de vehículos de alta gama, conductores, escoltas, consumo de combustible, seguros de los vehículos y mantenimiento de los mismos, todo pago por el Estado colombiano, ante las supuestas amenazas de muerte.
A propósito de esta afirmación por parte del exconcejal César Gómez, si bien es cierto que es muy lamentable que algunos políticos tengan que recurrir a esquemas de seguridad para proteger sus vidas, es necesario aclarar que, en Colombia, desde que se firmaron los Acuerdos de Paz, han asesinado a más de mil líderes sociales, defensores de los Derechos Humanos y firmantes de los Acuerdos, y en su gran mayoría no contaban con esquemas mínimos de seguridad para su protección, ni siquiera fueron provistos de chalecos antibalas, mientras que existen otros que han recibido de todo, y lo peor: han abusado de tales privilegios.
Yo voté por este remedo de LICENCIADO VIDRIERA, a la Asamblea de Risaralda, porque consideraba que el muchacho encarnaba esa necesidad de CAMBIO que reclamaba la sociedad hastiada de la corrupción, pero me pareció chocante y falta de objetividad que, como base de su campaña, hubiera puesto inmensas y costosas vallas que rezaban: «VOTEN POR EL QUE TUMBÓ A SOTO» (haciendo alusión a que fue él quien denunció al entonces senador Carlos Enrique Soto, quien perdió su curul en el Congreso). Luego del triunfo instaló otras vallas más grandes dando los agradecimientos a sus electores. Después, y como lo denunció el exconcejal Gómez, puso otras vallas en el mes de diciembre de 2020 –y no solamente cinco como afirma el exconcejal-, en todos los municipios de Risaralda deseando feliz navidad, mientras la mayoría de los risaraldenses se encontraban encerrados en sus casas sin nada que echarle a la olla por orden del gobernador Tamayo y azuzados por el arrecio de la pandemia.
El hombrecito, que descollaba energía y ganas para investigar y denunciar, desapareció de la vida política durante los tres años que lleva de diputado. No se dejó sentir frente a los atropellos contra los jóvenes marchantes durante el paro del año pasado, ni se pronunció frente a las arbitrariedades de los gobernantes durante ese mismo periodo. No dijo esta boca es mía cuando Carlos Maya, alcalde de Pereira, convocó a la conformación de un grupo de autodefensas para repeler a los que protestaban, se mantuvo mudo con el vil asesinato del estudiante LUCAS VILLA.
El paso del LICENCIADO VIDRIERA por la asamblea departamental ha sido intrascendente. Ni siquiera ha dicho nada sobre los contratos que se ejecutaron en Risaralda ilegalmente con dineros provenientes de los OCAP- PAZ, sin estar Risaralda ni ninguno de sus municipios incluidos entre los municipios PDET, lo que se constituye en prevaricato por omisión, inclusive el delito de peculado por aplicación oficial diferente de los recursos…
Hay un caso muy especial –que se entrelaza con lo que estoy comentando-, de esos nuevos «líderes» que aparecen de la noche a la mañana vendiendo humo y una imagen de rectitud o de haber hecho denuncias públicas o penales o de haber participado en operativos trascendentales como sucedió con el coronel Hugo Aguilar.
El coronel Aguilar se hizo famoso en la década de los 90 del siglo pasado por haber hecho parte del «Bloque de Búsqueda» y participar en el operativo que dio de baja a Pablo Escobar y quedarse con la pistola SIG SAUER 9 mm. que siempre acompañó al capo. Luego su nombre volvió a mojar prensa con su aspiración y triunfo en cargos de elección popular del departamento de Santander, después sus presuntos vínculos con paramilitares y lavado de activos, la conformación del Clan Aguilar rodeado de una inmensa corrupción en la que también están comprometidos sus hijos y la posterior condena del mismo coronel Aguilar…
El coronel Aguilar pasó de ser un héroe nacional –en un país acostumbrado a crear ídolos de barro-, a mostrarse tal y como lo fue siempre: ¡UN BANDIDO!
Está claro que la reaparición del LICENCIADO VIDRIERA en los medios de comunicación luego de su sepulcral silencio de tres años tiene un solo propósito: aspirar a la gobernación de Risaralda, y para eso tiene que llamar la atención de la opinión pública, ahora no con el cuentico de que voten por el que tumbó a Soto, sino del que denunció a Gallo y seguramente argumentará que necesita que le amplíen su esquema de seguridad, y poniendo cara de inocencia le dirá a los ingenuos electores que él es gobernante que nos merecemos porque va a combatir la corrupción. Aaah, pero que se fije más en la clase de las alianzas y de los nuevos amigos que se encuentra en el camino, porque puede tener un destino como el del coronel Aguilar.
Yo pensaba en la similitud de las historias con El Licenciado Vidriera, pero no. Su comportamiento mezquino lo acerca más a El Príncipe de Maquiavelo.
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«Son dos los que nunca se sacian: el que busca el dinero y el que busca el saber».
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«No puede el falso aspirar a tener amigos».
Tomado del libro CALILA Y DIMNA
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Los hombres que no obran bien siempre andan temiendo que otros les respondan con aquellas acciones que las suyas se merecen.
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El fin justifica los medios
NICOLÁS MAQUIAVELO
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Ningún camino hay malo, como se acabe, si no es el que va a la horca.
Tomado de la NOVELA DEL LICENCIADO VIDRIERA