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LUIS FERNANDO CARDONA
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ActualidadÉtica animalística

Ética animalística

El novelista Ernst Hemingway afirmaba que el carácter hispánico no admite término medio entre el amor y el odio. Quizás por ello se cuentan más de tres siglos de polémicas sobre la presunta inmoralidad de la «fiesta brava»; que ha sido enjuiciada por sus adversarios como el más notorio atavismo de nuestra herencia peninsular. Hoy, especialistas en ética como P. Singer y J.Harris proponen terminar con los sufrimientos ocasionados a los animales, por considerar, entre otras razones, que obedecen a dudosísimos intereses construidos en nuestra condición de ser los mayores depredadores existentes sobre globo terráqueo.
La diferencia entre el «antropos» (hombre) con el «zoon» (animal), viene desde los griegos y consiste en crear distancias cualitativas entre las especies. Sin embargo, el deontólogo agnóstico P. Singer y el teólogo católico A. Linzey aceptan, con Darwin, que el sistema nervioso central humano denota continuidad con el de los animales superiores; estos, no solo sienten dolor sino que poseen cierto nivel de pensamiento; aunque los humanos gocemos de un mayor desarrollo cerebral que permite controlarlos, dominarlos ¡Y hasta exterminarlos!
Los humanos trasformamos el mundo, cambiando nuestros modos de producción. Y ello crea enormes intereses. A juicio de los filósofos éticos esos intereses se extienden solo a los requerimientos más justificables de la especie humana, como la necesidad de ingerir proteínas de origen animal provenientes de pollos, cerdos o vacunos. Sin embargo, no podríamos subsistir sin un altísimo grado de respeto por aquellos intereses que atañen al medio donde habitamos, incluyendo los animales, por ello, al sacrificarlos, no deberíamos hacerles sentir dolor, tal como lo prescribe el más reciente catecismo católico.
Científicos y filósofos, ateos, agnósticos y católicos, coinciden en que animales como el toro de lidia o los llamados «gallos de pelea» no deben ser objeto de maltratos solo para complacer a minorías que se autolegitiman en el aspecto más cruel de nuestra tradición hispánica. Estas son algunas de las razones que el suscrito ha tenido en cuenta para dejar de lado una complejísima adicción que lo empujó, casi desde niño, hacia las plazas de toros. 

AGM/13/06/2023 

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