Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadLA INCERTIDUMBRE QUE NOS DEPARA EL FUTURO

LA INCERTIDUMBRE QUE NOS DEPARA EL FUTURO

 

 

Si algún bien público está unido entrañablemente al alma de los pereiranos ese es sin duda el Aeropuerto Internacional Matecaña, no solo por su incidencia en la competitividad de nuestra economía, sino por  los gratos recuerdos que afloran cuando se hace referencia a esa estructura cuya construcción, como las de casi todas sus grandes obras, es fruto de la visión y el amor por el terruño de nuestros antepasados que no escatimaron esfuerzos en hacer realidad el anhelo “sin fuerza extraña qué agradecer”, de contar con un aeródromo que nos conectara por vía aérea con el resto del país y el mundo.

 

El Aeropuerto Matecaña es el único de propiedad de la municipalidad en territorio colombiano.   Los demás pertenecen a la Aerocivil o han sido dados en generosa concesión a privados.  Pero esa fortaleza de ser propiedad de la municipalidad ha sido su maldición, en un país notoriamente centralista.

 

Mientras los demás aeropuertos han sido incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo  (como sucede a los aeropuertos El Edén de Armenia y Aerocafé de Manizales), a Pereira prácticamente la acorralaron sucesivos gobiernos nacionales para forzarla a concesionar su puerto aéreo, como condición sine qua non  para  financiar la ampliación de la pista.  Anecdóticamente, la transferencia de la nación se cayó, pero aún así el municipio se embarcó en la concesión a cambio de que el privado modernizara la terminal aérea.  Faltando cinco años para finalizar la concesión, Matecaña vuelve a las primeras planas de los medios locales y nacionales.

 

El diario local, junto con Ágora Cívica, Vigía Cívica y la Universidad del Área Andina llevaron a cabo un foro con destacados líderes para resolver un dilema crucial: ¿trasladarlo para tener pistas más largas o realizar una ampliación a la pista actual?

 

Dos ingenieros especializados en aeronáutica, uno de ellos poco conocido en nuestro medio pero con grandes pergaminos en universidades europeas, un economista y un ingeniero industrial, tomaron la palabra para exponer sus puntos de vista.

 

Mientras algunos, liderados por el economista Guillermo Botero, se sustentan en estudios económicos para manifestar que “en los próximos treinta años el Aeropuerto Internacional Matecaña, conservando el tamaño de pista que tiene no tiene amenazas significativas reales”.  Otros, sostienen que la pista se quedará corta frente a las aeronaves que surcarán nuestros cielos en los próximos años, hecho que lleva a considerar alternativas de ampliación de la pista o incluso, traslado a un lugar donde puedan despegar y aterrizar vuelos internacionales, sin incurrir en penalidades que hagan irrentables las operaciones.

El Aeropuerto Matecaña movilizó 2.479.644 pasajeros en 2024, de los cuales 2.625.000 fueron nacionales y 354.894 fueron internacionales y se estima que al finalizar el presente año la cifra será de 2.235.000 pasajeros, de ellos solamente 390.000 internacionales.

 

Los partidarios de la ampliación o traslado sostienen que las tendencias de la aviación internacional así lo demandan, y temen que las ciudades vecinas se están alistando de mejor manera para dicha evolución.

 

Consideran que los tipos de aviones que se imponen en el mercado requieren pistas de mayor tamaño para recorrer largas distancias a bajos costos, y temen que con el tiempo Matecaña llegue a perder su condición  de Aeropuerto Internacional.

 

Sin embargo, quienes se oponen argumentan que los viajeros habituales lo que más valoran es el tiempo , y eso es precisamente lo que más perdería  el viajero habitual trasladándose de Pinares de San Martín en Pereira  a un aeropuerto en Cartago o La Virginia, dificultad similar a la que se presentaría  en caso de dirigirse a Armenia o Palestina.  Así que, en su opinión, será poco lo que pierda Matecaña con sus competidores aún sin ampliar la pista.

 

Lo malo de las predicciones es que el mundo cambia más rápido de lo que alcanzamos a soñar.  Hace cuarenta años los estudios consideraban que nuestra pista debía ampliarse y que Matecaña tenían poco hacia dónde extenderse.

 

Pasó el tiempo y las falencias se han ido superando con avances tecnológicos.  Hoy, se cree que podemos y debemos ser el centro de operaciones aéreas internacionales, para lo cual se requiere mayor pista.

Pero un avance tecnológico futuro podría cambiar todo el horizonte.   Nada está escrito.  ¿Quién hubiera soñado a finales del siglo veinte, por ejemplo, que hoy todos los humanos cargaríamos un teléfono inteligente?  Y ¿quién sabe si mañana serán los drones y no el tamaño de la pista, lo que ahorre el tiempo y mejore las posibilidades de llegar al aeropuerto a los futuros pasajeros?

 

Como decía mi abuela:  “Ni poco que no lo alumbre ni mucho que queme el santo”.

LUIS FERNANDO CARDONA G.

1 COMENTARIO

  1. Buen día Don Luis Fernando. Gran escrito.

    En lo personal creo que predecir el futuro con los vértigos tecnológicos del presente se hace difícil pero los diseñadores deben contemplar la capacidad de ampliación y adecuación versátil de los cambios a este ritmo arritmico.

    La velocidad no permite mirar a los lados. Se debe analizar la capacidad para el futuro planeado y no el futuro impuesto porque ese es el caballo de batalla para la privatización.

    Gran escrito y espero no haberme salido del hilo conductor.

    Feliz día Don Luis Fernando

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