PENSANDO EN VOZ ALTA.
La reforma Laboral. Parodiando la canción es como una espinita que se ha clavado en el corazón de todos: Para el gobierno, porque representa el cumplimiento de las promesas de campaña. Para los trabajadores, la conquista de sus aspiraciones a una vida digna que, parte del ingreso para sostener a sus familias y, para los empresarios, por el incremento de los costos laborales. Todos tienen razón y por lo mismo, todos tienen que ceder un poco y no establecer las odiosas líneas rojas. Las observaciones del partido liberal son muy sesudas y atinadas. Qué diferencia con las derechas de los otros partidos que vuelven por sus fueron de satanizar todo lo que represente valor agregado a la vida de los trabajadores. Modestamente, creo que el congreso tiene que negociar a favor de todos. Los trabajadores reclaman mejores condiciones, pero no se puede desdeñar que ellos, al menos están empleados, mientras que el 60% de los colombianos en edad productiva, viven de la informalidad; mejor dicho, del rebusque. Los empresarios tienen razón cuando afirman que encarecer los costos laborales, incidirá en que no se creen más puestos de trabajo. Claro, esto tiene mucha fuerza en referencia a la pequeña y mediana empresa, que son las que, en realidad más lo crean en Colombia. Alguien que monta una empresita en la que da trabajo a dos personas, no puede con más carga prestacional, pues tendrán que cerrarla y, al fin salimos perdiendo todos.
Propuestas: Que la jornada nocturna empiece a las 8 de la noche y no a las siete, pero tampoco a las 10, como la montó el expresidente Uribe, con un propósito noble: bajar costos para que las empresas crearan más empleo, pero que resultó una falacia: se enriquecieron los mismos y se empobrecieron los mismos; algo tendrán que decirnos los estudios de organismos multilaterales que señalan a Colombia como el país más desigual de América Latina. Cualquiera pensaría que es Ahití, El Salvador o Guatemala, unas insignificantes economías en el concierto americano y mundial. Pero no, es Colombia. Evaluar la medida y poco a poco, ir bajando la jornada nocturna a la hora astronómica. Hay que proteger al capital, porque si lo quebramos, quién va a generar trabajo. Otra medida, disminuir a la pequeña y mediana empresa, el valor de la seguridad social y subvencionarla por el Estado. Grabar las pensiones después de 10 millones neto para subsidiar a las empresas que generen trabajo. Más sugerencias, que los recargos dominicales, nocturnos y festivos se mantengan como están.
Todas las reformas están avaladas por la OCDE y por los poderosos organismos financieros del mundo, en especial por del Fondo Monetario Internacional. Así, que el gobierno de Petro va por la senda correcta. Entonces, a negociar porque el paso a una democracia plena requiere de paso firme pero pausado.
Jaime Bedoya Medina.