“Ante las presiones provenientes del campo, el gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo (1934-1938) promulgó la ley 200 de 1936 que buscaba instaurar un régimen adecuado de tenencia y explotación de tierras”
Art.1 Ley 200 de 1936: “Se presume que no son baldíos, sino de propiedad privada, los feudos poseídos por particulares, entendiéndose que dicha posesión consiste en la explotación económica del suelo por medio de hechos positivos propios del dueño, como las plantaciones o sementeras, la ocupación con ganados y otros de igual significación económica”.
Respecto al proceso de paz en Colombia, el primer punto acordado en La Habana señala: “El acceso y el uso de la tierra”. Este punto planteado en el 2012, lo que hace es recoger el espíritu de la ley 200 de 1936, cuyo objeto era el de volver más productivas las tierras, buscando mejorar la calidad de vida de los campesinos.
Esta ley, podría considerarse como el primer connato de reforma agraria en Colombia, donde sirvió como argumento para la primera Ley de Reforma Agraria , conocida como la Ley 135 de 1961, que creó el Instituto Colombiano para la Reforma Agraria – Incora-, adoptada por el frente nacional del liberal Alberto Lleras Camargo, con el respaldo de la Alianza para el Progreso. Aunque la lucha por la tierra no empezó en 1936, si fue la Ley 200 de 1936 la encargada de visualizar con mayor rigor todo el conflicto entre propietarios terratenientes, Estado y campesinos desposeídos de propiedad rural.
Uno de los argumentos más controvertidos y que causaban preocupación a los terratenientes que no explotaban económicamente la tierra, era que el Estado no se las fuera a identificar como baldíos: “Lo que promulgaba esta ley, era que la tierra era de aquello que la hacia productiva”. El propósito de la ley 200 de 1936, va encaminada a que no haya tierras improductivas, obligando a sus propietarios a su explotación económica.
Si le damos una mirada objetiva a lo que está pasando hoy en Colombia con la explotación de tierras, encontramos que es muy poco lo que ha avanzado para que el agro cumpla su verdadera función social y económica, y sus propietarios sean empresarios y campesinos que las conviertan en fuente de riqueza.
Nada de esto ha ocurrido en Colombia desde que se promulgó la ley 200 de 1936. El 53% de las familias que se dedican a la actividad agropecuaria no tienen tierra; el 70% de las tierras que están poniéndose a producir ocupan el 5% de toda el área productiva del país. El 0.1% de las tierras mayores de 2.000 hectáreas ocupan el 60% de la tierra.
Un millón de hogares campesinos continúa viviendo en menos especio del que tiene una vaca para pastar. Parecería que hoy estamos en las mismas condiciones de 1936 cuando se expidió la ley 200. Entonces los detractores del gobierno para que este compre tierras a los terratenientes para entregárselas a los campesinos ¿de qué se preocupan? ¿Qué es lo que les molesta?
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Junio 2024