La palabra «ojalá» es un término rico en significado y con una fascinante historia lingüística.
Originaria del árabe, «ojalá» tiene sus raíces en la expresión «in sha Allah,» que significa «si Dios quiere.»
A lo largo del tiempo, esta expresión se integró en diversas lenguas y culturas, adquiriendo matices únicos.
El filólogo español Ramón Menéndez Pidal, en su obra «Orígenes del Español,» destaca cómo el español medieval adoptó términos árabes, y «ojalá» es un ejemplo claro de esta influencia.
Sebastián de Covarrubias, en su «Tesoro de la lengua castellana o española,» publicado en 1611, define «ojalá» como «una voz morisca que significa ‘si Alá quiere’.»
Miguel de Cervantes, en su obra cumbre, «Don Quijote de la Mancha,» utiliza la palabra «ojalá» en varias ocasiones, evidenciando su arraigo en la lengua española del Siglo de Oro.
«OJALA» ha trascendido su origen árabe y se ha convertido en un elemento esencial del español, llevando consigo la carga semántica de deseo y esperanza.
Emilio Alarcos Llorach, en su «Gramática de la lengua española,» destaca cómo «ojalá» expresa un deseo que depende de circunstancias inciertas, encapsulando la complejidad de nuestras aspiraciones.
«OJALÁ » es más que una palabra; es un puente cultural que conecta diferentes épocas y civilizaciones.
Entonces con fundamento en lo anterior, para el año 2024 y posteriores :
OJALA terminen las guerras, los conflictos bélicos Rusia – Ucrania e Israel – Gaza y todas las tensiones entre países.
«OJALÁ» se terminen los regímenes totalitarios que en el mundo ocasionan hambrunas y migraciones poblacionales que se dispersan por todo el mundo.
«OJALÁ» la humanidad entera entienda, que el futuro de la VIDA en la tierra, depende de como la cuidamos, explorando, explotando y produciendo bienes y servicios en forma sostenida y sustentable.
«OJALÁ» todos avancemos en la comprensión, que la convivencia pacífica, armónica con el entorno y los seres humanos, podrían garantizar la vida tranquila aquí en la tierra y con la única vida que tenemos.
«OJALÁ» en Colombia, el gobierno pueda cumplir con las promesas hechas en campaña, baje la inflación a un dígito, la devaluación del peso se estabilice, haya crecimiento y desarrollo económico, el endeudamiento externo e interno se modere, las reservas internacionales aumenten, el precio de la gasolina baje o se estabilice, el valor de los salarios en términos reales alcance para vivir dignamente.
Y finalmente OJALÁ, que los Colombianos, podamos vivir como hermanos, en una Colombia segura y sin corrupción.
«OJALÁ» podamos ser FELICES en esta linda Colombia, que no es de nadie en particular, sino de TODOS.
Muy interesante el origen de la palabra Ojalá. Lástima que ese dios inmerso en el origen de la misma, no quiera nada de lo que sus mortales ingenuos añoran…
Muy buena columna, es una palabra llena de significados.