Por OSCAR ALZATE GÓMEZ
La comunidad del fútbol colombiano todavía sigue en “shock” por la estocada mortal que le propinó la Asamblea de la Dimayor al Cúcuta Deportivo S.A. el 26 de noviembre de 2020, pero aun así hay aficionados o ciudadanos del común que todavía no alcanzan a comprender la dimensión de esta cuestionada decisión.
En otras palabras “El Glorioso Conjunto Motilón” con 96 años de tradición, campeón del Fútbol Profesional Colombiano en el 2006 y semifinalista de Copa Libertadores de América en el 2007, así suene inverosímil, desaparecerá como club de fútbol, no competirá más, y su “ficha” para actuar en el fútbol profesional la retomó la Dimayor.
El cupo quedó anclado en la 1B, pues los asambleístas decidieron descenderlo de oficio y su suerte dependerá de una eventual decisión que se tome en Asamblea de Dimayor, es decir, a quién se le entregará la denominada “ficha” cesante, siempre y cuando sean cancelados los 5500 SMLV, ($ 4.827.911.000), que tiene como valor según el estatuto de Dimayor.
Vale recordar que esta decisión fue el resultado de la suspensión del Reconocimiento Deportivo a órdenes del Ministerio del Deporte por el no pago a tiempo de algunas deudas vencidas, así como el fallo tajante de la Superintendencia de Sociedades que decretó el fracaso de la audiencia de no pago y sentenció finalmente la apertura de la Liquidación Judicial del Cúcuta Deportivo S.A., el 11 de noviembre de 2020.
La pregunta del millón que cualquier aficionado del Deportivo Pereira se hace es ¿si al Cúcuta Deportivo la Asamblea de la Dimayor decidió desafiliarlo, por qué al Deportivo Pereira le permitió seguir en competencia? Situación que lo llevó a conseguir su ascenso en el 2019, pese a que desde hace seis años y medio viene sometido a una Liquidación Judicial en el Juzgado Primero Civil Circuito de Pereira.
Antes de explicar, cabe reseñar que la Super posteriormente le otorgó cuatro meses de gracia al Cúcuta Deportivo para legalizar, por lo menos, lo del Reconocimiento Deportivo y buscar la forma de regresar a la competencia.
Como ya se dijo, Dimayor el 25 de noviembre no lo permitió y lo borró dentro de sus asociados, en una asamblea extraordinaria en la cual 31 de los 35 presidentes de los clubes vigentes afiliados de la 1A y a la 1B, votaron en contra de su permanencia. Lógico ni el señor Cadena-presidente destituido del Cúcuta, ni el recién nombrado Agente Liquidador Arturo Acosta Villaveces, lograron participar de la citada Asamblea.
También cabe aclarar que el nuevo presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo fue inaugurado con esta decisión de su Asamblea, pues él se opuso rotundamente a la misma, y quedará para la historia como uno de los “zares” del fútbol colombiano que no pudo hacer nada para evitar que el legendario Cúcuta desapareciera del rentado nacional.
Argumentos de la desafiliación
La Asamblea de Clubes Afiliados a Dimayor, según comunicado oficial, decidió que: “en el marco de las consecuencias jurídicas previstas en los estatutos de DIMAYOR, la reglamentación aplicable y en la Ley 49 de 1993, se ratificara la desafiliación del Cúcuta Deportivo F.C. S.A. en liquidación de la DIMAYOR.”.
Jurídicamente los presidentes asambleístas le aplicaron al Cúcuta S.A. el art. 17 del Estatuto de la Dimayor, que señala la pérdida de la afiliación, con estas causales: “Literal b) “Disolución o Liquidación, c) No participar de torneos sin justa causa”.
A su vez el Parágrafo Primero del art. 12 Requisitos de Afiliación, señala que en el evento en el que un club afiliado se extinga -perderá la calidad de afiliado- sea por incumplimiento del Proceso de Reestructuración-Reorganización o de una eventual Liquidación Judicial, tras la ejecutoria de la Super-Sociedades o decretada por un Juez de la República.
Ahora bien, el Parágrafo Segundo hace la salvedad que para que un club profesional no sea desafiliado en estado de Liquidación Judicial, siempre y cuando se celebre una subasta pública, conforme a la Ley 1116 de 2006; esta es la misma normativa con la que se está ejecutando la Liquidación Judicial de Corpereira y todo está programado para que termine así. Al Pereira no lo pueden vender como se dice popularmente en la calle, debe ser sometido a una Subasta, pues el mismo Estatuto Dimayor lo señala.
El Estatuto en mención, fue modificado en octubre de 2019, es decir, se denota que el parágrafo referido fue aprobado para beneficiar al Deportivo Pereira u otros clubes que estén en esta situación jurídica, siempre y cuando sigan en competencia y con el Reconocimiento Deportivo vigente. Condiciones que no cumplió el Cúcuta S.A.
¿Por qué no han desafiliado al Pereira?
De acuerdo a los argumentos esbozados, el “Grande Matecaña” se salvó, y se sigue salvando de ser desafiliado, ya que nunca dejó de competir, ni tampoco perdió el Reconocimiento Deportivo, y a su vez el Agente Liquidador –Jhon Omar Candamil- posesionado hace seis años y medio, supo vender el proyecto de salvación del equipo, la primera vez que se presentó a la Asamblea de Clubes.
Muchos se preguntan, el por qué no le permitieron al recién elegido Agente Liquidador del Cúcuta S.A. -Arturo Acosta Villaveces- acudir a la publicitada Asamblea en la que se votó la desafiliación del Club Deportivo.
El argumento jurídico está basado en no tener Reconocimiento Deportivo vigente-lo inhabilita- pero la verdad que se dice a gritos en silencio entre las entrañas del fútbol, es que la mayoría de los presidentes decidieron castigar al actual Alcalde de Cúcuta – Jairo Tomás Yáñez Rodríguez, por haber impulsado la Liquidación ante la Super.
Es decir, castigaron a la ciudad y a sus aficionados injustamente por el interés del burgomaestre de rescatar a la institución de manos del expresidente José Augusto Cadena, quien lo conservaba con un lastre de deudas hasta que se reventó, arrojando como resultado que la sufrida fanaticada pague “los platos rotos”, sin lugar a defenderse o devolver la película.
Ya no hay nada que hacer, Dimayor y sus hoy 35 presidentes de la 1A y de la 1B, pueden ser calificados como una logia, un club de amigos; en otras palabras, los presidentes con sus actuaciones envían el mensaje de que en el balompié profesional colombiano, se denominan como los patrones, colocan el billete y no aceptan intromisiones políticas. ¡Mejor dicho, el fútbol es privado¡
Me dicen desde Cúcuta, que se ha levantado un movimiento cívico protagonizado por varias personalidades del periodismo y de la dirigencia deportiva, quienes están tratando de mover cielo y tierra para reversar la medida de Dimayor, incluso se habla de que impugnarían la Asamblea en la cual se tomó la nefasta decisión.
Esta loable intención que se puede calificar como una cruzada titánica, la lideran el expresidente del Cúcuta-Germán Guerrero, su hija Andrea Guerrero de RCN TV, y otros periodistas connotados como Ricardo Orduz, Arnulfo Sánchez, presidente de Acord Norte de Santander y por supuesto el designado Agente Liquidador.
Lo cierto del caso es que en la ciudad de Cúcuta, culpan al Alcalde Jairo Yáñez, del descalabro por impulsar la Liquidación y no tener un plan b, para salvar la institución deportiva.
Es importante aclarar que el hecho de que el Cúcuta S.A., no actúe más como club de fútbol profesional, no quiere decir que la Liquidación Judicial se detenga; igual el Agente Liquidador Jairo Tomás Yáñez, debe hacer un inventario de activos y pasivos, fijar edictos para citar a asamblea de acreedores y seguir el normal curso de la Liquidación conforme a la Ley 1116 de 2006, todo a través de su juez natural la Supersociedades, ya que es una Sociedad Anónima y el procedimiento será más rápido.
Distinto al Deportivo Pereira que por ser una corporación-asociación le correspondió su proceso en un juzgado civil del circuito, en el que todo marcha más lento, por el cúmulo de procesos en estos despachos judiciales.
Para volver al Deportivo Pereira y graficar un ejemplo que cae como “anillo al dedo”, quiero citar este caso hipotético. Si eventualmente la Justicia Ordinaria le otorgara la razón a la Administración Municipal de Pereira, sobre la Acción Popular que viene en curso en otro juzgado desde el año 2017, reclamando la “ficha” para la Alcaldía, me atrevería a asegurar que la Asamblea-Dimayor no aceptaría esta orden judicial, ya que inicialmente dentro de la referida Acción Constitucional se cometió el error de no vincular a la Dimayor, y solo atacan a Corpereria.
Con base en la decisión tomada sobre el Cúcuta, estoy casi que seguro pasaría lo mismo con Corpereira, y la citada logia del fútbol no lo aceptaría como un asociado y hasta se correría el riesgo de desafiliación.
¿Para cuándo la Subasta?
Me parece pertinente aclarar el porqué la Liquidación Judicial de Corpereria se ha demorado tanto y para cuándo se materializaría la macartizada subasta.
La enorme demora obedece a que el Consejo Superior de la Judicatura destinó siete meses en definir a qué juez le correspondía el proceso, el mismo proceso ha rodado por tres juzgado (Tercero, Quinto y Primero), dado que inició la oralidad civil en Colombia y ha sido necesario casi que volver a comenzar en cada uno de ellos.
Otro punto que ha sido trascendental para la demora, radica en que un grupo mayoritario que posee el 62.1% de las acreencias, liderado por el expresidente “Matecaña” Álvaro López presentó todos los recursos posibles, incluida una tutela, a lo que se le puede adjudicar en demora, casi la mitad de estos seis años y medio.
Cuando ya está todo listo para materializar la esperada subasta, dado que ningún acreedor impugnó el avalúo de los bienes presentado, aparecen dentro del proceso varios requerimientos a saber:
Uno de Mindeportes, solicitando aclarar el informe contable conforme a las normas NIF, otro de la Alcaldía de Pereira pidiendo retirar la “ficha” del avalúo y uno del mismo Juzgado requiriendo al Club soportar en qué se gastó los 700 millones de pesos que le fueron aprobados para salir de la crisis.
Una vez queden las respuestas satisfechas y en firme el avalúo presentado por el valor de $ 31.190.547.822, el próximo año la jueza Olga Cristina García, podría fijar fecha para materializar la esperada subasta… ¡falta poco!
Bueno, ya para cerrar este escrito, quiero advertir que se viene una reforma muy drástica a la (Ley del Deporte 181 de 1995), con varios artículos destinados exclusivamente para colocar en cintura y retirar transitoriamente, si es del caso, a los dirigentes deportivos que están siendo investigados como ocurre con Ramón Jesurún y su corte, que parecen inamovibles de sus cargos.
Dicha reforma queda para el año venidero, se había anunciado su radicación en la presente anualidad, pero no fue así.
Es evidente el contrapunteo que se va a desatar entre el Ministerio del Deporte y los directivos de la denominada logia del fútbol profesional colombiano. Será una lucha de titanes en la que el Gobierno nacional tratará de demostrarle a los directivos que no pueden disponer del fútbol a su antojo, perjudicando una ciudad tradicional como lo es San José de Cúcuta.
¡Solidaridad para esa fanaticada que no tiene la culpa¡