Del Capitalismo al “Tecnofeudalismo”
El mundo atraviesa una transformación profunda en su estructura económica y política.
Yanis Varoufakis, economista y exministro de Finanzas de Grecia, ha acuñado el término «Tecnofeudalismo» para describir el dominio de las grandes corporaciones tecnológicas sobre los mercados y la sociedad.
Empresas como Google, Amazon, Meta y X (antes Twitter) han consolidado su poder a través de la extracción de datos y el control de infraestructuras digitales, desplazando el modelo tradicional de libre competencia.
A diferencia del capitalismo industrial, basado en la competencia, el “Tecnofeudalismo” se caracteriza por ecosistemas cerrados donde los usuarios generan datos monetizados sin compensación.
Estas plataformas influyen en la opinión pública, las decisiones políticas y las regulaciones estatales, lo que genera conflictos con Gobiernos, como en los casos recientes de Brasil y Estados Unidos.
Conflicto entre Elon Musk y el Gobierno Brasileño
En agosto de 2024, la plataforma X fue suspendida en Brasil por orden del juez Alexandre de Moraes del Supremo Tribunal Federal.
La medida respondió a la negativa de Elon Musk de cumplir con regulaciones sobre la difusión de desinformación y su falta de representación legal en el país.
Musk criticó la decisión y calificó al juez de «pseudo-juez no electo».
En respuesta, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió la soberanía judicial de Brasil y reafirmó el estado de derecho.
Estados Unidos vs. TikTok: Seguridad Nacional y Control Digital
El 19 de enero de 2025, Estados Unidos prohibió TikTok, retirándola de las tiendas de aplicaciones. La medida se justificó por preocupaciones de seguridad nacional, vinculadas a la propiedad china de la plataforma y la posible recopilación de datos por parte del Gobierno chino. El Tribunal Supremo ratificó la prohibición, y la administración de Donald Trump estudia una alternativa para restablecer el servicio bajo condiciones específicas.
La Alianza Trump-Musk y la Consolidación del “Tecnofeudalismo”
La toma de posesión de Donald Trump contó con el respaldo financiero de gigantes tecnológicos como Amazon, Meta, Google y Microsoft, consolidando la fusión entre el poder político y corporativo.
Este modelo refleja el feudalismo clásico, donde una élite controla los recursos y estructuras, relegando a la sociedad a una nueva forma de servidumbre digital.
El paralelismo con regímenes autoritarios del pasado es evidente: al igual que las élites económicas respaldaron a líderes como Hitler por conveniencia; las grandes tecnológicas apoyan a Trump para garantizar su dominio. La digitalización de la política y el control de la información limitan la capacidad de resistencia y restringen el acceso a fuentes de información diversas.
Principales Políticas del Segundo Mandato de Trump
El nuevo gobierno de Trump refuerza el avance del Tecnofeudalismo con medidas estratégicas:
- Inmigración: Endurecimiento de políticas migratorias y restricción del derecho a la ciudadanía por nacimiento.
- Economía: Reducción del costo de vida y estímulos al consumo.
- Energía: Declaración de emergencia energética y expansión de la infraestructura petrolera y gasífera.
- Seguridad: Clasificación de cárteles como organizaciones terroristas y aplicación de penas severas.
- Criptomonedas: Críticas a los criptoactivos tradicionales, pero lanzamiento de sus propias criptomonedas, $TRUMP y $MELANIA.
- Relaciones con China: Mantenimiento de la interdependencia económica con tensiones estratégicas.
- Desregulación: Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, con políticas de desregulación en plataformas digitales.
- Carrera espacial: Colaboración con SpaceX para futuras misiones a Marte.
- Cambio climático y salud pública: Retiro de EE.UU. del Acuerdo de París y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El “Tecnofeudalismo” redefine las dinámicas del poder, diluyendo las fronteras entre corporaciones y Gobiernos.
La reelección de Trump, con el apoyo de las grandes tecnológicas, demuestra cómo la economía digital desafía las estructuras democráticas tradicionales.
La desregulación de plataformas, la influencia en la economía global y la alianza entre poder político y corporativo consolidan un nuevo orden digital que demanda una respuesta de la sociedad y los legisladores para evitar un control absoluto de la información y los recursos digitales.