Ximena Norato Palomeque. Directora, gencia PANDI
“Equimosis rojiza de 10 por 7 cm, que dibuja la forma de una palma de la mano y los dedos del 2 al 5, ubicada en región escapular lateral izquierda en sentido transverso, con las digitaciones apuntando a la línea media posterior”. Concepto de Medicinal Legal.
Eso se traduce como: palmada tan violenta que queda marcada. Si esa marca se la deja su cónyuge, profesor, jefe, vecino ¿Le parece a usted que es normal y que no es violencia?
Pues esta semana la Corte Suprema de justicia, dijo que eso es “derecho de corrección” de un padre a un hijo y, pasando por encima de los derechos consagrados para proteger a la niñez, agregó que ese golpe no afectaba la armonía familiar y que no era violencia intrafamiliar.
Hoy, el Pleno de la Cámara tiene en sus manos la posibilidad de aprobar que en Colombia se dé un paso importante para la paz. Dar trámite positivo al proyecto de ley que prohíbe el uso del castigo físico, los tratos crueles, humillantes o degradantes y cualquier tipo de violencia como método de corrección contra niñas, niños y adolescentes.
No es un debate fácil, los niños, a pesar de ser sujetos de derechos, se siguen viendo y tratando como propiedad de los padres, lo explico de manera familiar: “Es mi hijo y lo crio como se me la gana… así que no se meta”.
Tampoco es fácil criar. La justificación de muchos padres es que cuando le pegan a sus hijos o los meten a la regadera dejan de realizar la conducta no deseada. Y ¡por supuesto! Son inteligentes y quieren evitar el dolor y el sufrimiento. Pero el castigo físico rompe la armonía familiar, la confianza, los lazos de apego. Los niños podrían empezar a evitar a sus padres, a tener miedo de sus errores por miedo a la represalia, aprenden a mentir.
Los congresistas tienen la oportunidad de saldar una deuda histórica con la niñez, a través de la aprobación de este proyecto de ley. Tiene la posibilidad de dignificar a 16 millones de colombianos menores de edad, y de honrar los tratados en derechos humanos, y las leyes de protección a la niñez que han aprobado en ese mismo recinto.
Los representantes a la Cámara podrán dar una lección de humanidad a la Corte Suprema de Justicia que en suprema injusticia, se atrevieron a enviar a la sociedad un mensaje tan violento, tan en contra de la ley, tan vulnerador de los niños y de las niñas. ¿Qué pensarán sus hijos?
Si hay una pandemia que debamos detener, se llama violencia contra la niñez, con su comorbilidad: indolencia social. Y si bien, una ley que prohíba el uso de la violencia para criar a los niños no es una vacuna, por lo menos, es el camino para iniciar todo un ejercicio pedagógico que nos transforme como sociedad, desde la misma cuna.
Los mejores países para ser niño o niña, coinciden con aquellos que tienen los mejores indicadores de bienestar social y ¡oh! Sorpresa, prohibieron el castigo físico y humillante hace más de 40 años. Hoy, 56 países han seguido ese camino. Si damos este importante paso, tal vez, y solo tal vez, en 40 años, por fin no seamos los primeros en: homicidio, corrupción, desapariciones. Todos los victimarios han sido niños, y apostaría que su crianza no se basó en el amor y el respeto profundo por su humanidad. Ellos hicieron lo propio.
Esperamos que la Cámara de Representantes, sí lo haga.
*Miembro: Alianza por la Niñez Colombiana.
Excelente,
Completamente de acuerdo con tu columna, ese castigo físico y sicológico, nos marca para toda la vida, nos hacer crecer como personas inseguras y llenas de miedos, en definitiva “la violencia genera màs violencia” y ese cuentico de que a mi me criaron a punta de chancleta y soy una persona de bien, està mandado a recoger, somos un país naturalmente violento Y eso tiene que cambiar.