Por HENRY CARVAJAL CASTRO, Acord Risaralda.
Para acabar con un sueño sólo hace falta un engaño. Este, es el argumento de una película colombiana que habla de amores invadidos por el dolor y la eterna desigualdad que, en Colombia, hace fiesta todos los días. La misma tragedia, los mismos falsos positivos. La misma desigualdad, por la impotencia, hacen parte de una historia repetida, año por año, que ya no causa asombro, pero sí mantiene vivo el dolor. Esta, es la triste historia de un niño, que se hizo eterno fracaso, sin galardones de alegría, vetado por la gloria y repudiado por el podio de la consagración. La historia de un niño que se hizo viejo, sin estrellas en el horizonte y en su vitrina. Viejo, trasteando en una dolorosa y larga noche sin coronas y con una maleva carta de navegación, que siempre lo llevó hacia ninguna parte, lo obligó a empezar cada seis meses, para enriquecer a sus avivatos verdugos, sin que el hincha y la ciudad importen un carajo. DP, hijo de la tristeza de todos los días, pobre en gloria por todas alcanzada, propietario de sueños truncados, al que sólo capitanes sin graduación lo usaron a destajo con toda su perversa imaginación, hasta convertirlo en un saco roto, que siempre dio ganancias para las arcas personales, y hoy, con doble golpe de gracia, está bailando con La B, Dios no lo quiera, como La Casa del Caracol. Todos los equipos del mundo tienen derecho a cumplir sus sueños, menos nuestro DP. No mató a nadie, pero es el Caín del Fútbol Nal. Un Judío errante, que nos tiene a todos rezando para que no se vaya a La B, por la ambición de unos pocos y la complicidad de todos. O ¿quién dijo pio cuándo al equipo lo explotaron los cuatro carteles y una manada de vivos? Éste es el DP de los hinchas sin luces de Sol, la negra noche de los de sombra y la eterna parodia de los que se disfrazaron de Abel, -ahora de Jueces- ¿? para quedarse con él. Por lo menos la ya bien actuada parodia, ahora eternizada por un Juzgado -que maneja más de 30 mil millones de pesos por la venta de cuatro de sus jugadores- y, se amañó con él…así lo hace parecer. Primero fueron los 4 carteles. Después una camada de vivos y ahora hasta un Juzgado, hace y deshace con el Bicolor? ¿Hasta cuándo esta infamia, Sra. Jueza? ¿Hasta cuándo?
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Pereira es una ciudad de Primera Categoría, con dirigentes apenas de tercera.
Henry.
Me encanta su columna. Solo una precisión. El juzgado nada tiene que ver, ni quien lo representa. El juzgado tiene que obedecer al juego de ajedrez (por así llamarlo) de los abogados que son los que con sus mañas e intereses han dilatado el asunto y ponen al DP en estado de coma.
Esa es la radiografía de nuestro DP.