Escribir no es fácil, unir palabras y ponerle sentido, tampoco.
Por eso, escribir esta columna, más que un desafío periodístico es algo que genera mayor responsabilidad con una audiencia más exigente: mis familiares.
Por eso expresar la gratitud que siento por alguien que te inspiró a ser una persona de principios o una aventurera (en estos tiempos emprendedora) es realmente emocionante pero a la vez confrontante, porque requiere exactitud, precisión y adrenalina.
Ya sé. Muchos ya están ansiosos por saber quién fue o más bien, qué hizo ese personaje que marcó mi vida y también la de muchos en Dosquebradas y Risaralda, con un tono de voz grueso y que se escuchaba a la distancia.
Se trata de un Señor, que a la edad de 14 años llegó a la ciudad de Pereira, luego de su viaje sin retorno emprendido desde Quibdó (Chocó) de donde son sus raíces.
En esta hermosa ciudad, arrancó su propia empresa en la carrera 10 entre calles 19 y 20 (donde actualmente está ubicado el edificio El Diario del Otún) de muebles metálicos que bautizó con un nombre muy particular: Taller Colón.
Gracias a su ímpetu, su liderazgo lo hizo trasladar al naciente municipio industrial de Risaralda, donde amplió su capacidad instalada para generar 40 empleos directos, lo que catapultó como un referente en los gremios económicos como: Acopi (Asociación Colombiana para Industriales, ANDI (Asociación Nacional de Industriales), entre otros.
Allí en el municipio incursionó en el mundo político, donde fue elegido por más de 20 años como Concejal de la ciudad y 10 años como Diputado del Departamento, escenarios que le permitieron impulsar proyectos de vivienda como el barrio Divino Niño o Frayles, de educación como la Universidad Católica Popular del Risaralda y algunas sedes educativas en el sector rural y sociales como la Cruz Roja, la Defensa Civil y el Club de Leones 4 de Julio.
¡Oh! Se me había olvidado algo muy importante, pues este ciudadano empresario y político tenía una familia, numerosa por cierto, de donde salieron 4 mujeres y 6 hombres (sin contar con 3 que me reservo mencionarlos por respeto a ellos y que no cause afectaciones en los afectos).
De esta camada salieron nietos y bisnietos que casi a diario escuchan de un ser extraordinario que dejo huella en muchas personas y que les hace hinchar el corazón con un solo sentimiento y es precisamente hacer las cosas bien y entregar un legado de bondad y justicia con el otro.
Por eso, hoy 15 de marzo y gracias a mi amigo Luis Fernando Cardona Gutiérrez, director de El Opinadero, puedo publicar un pequeño resumen de la memoria de mi abuelo: Héctor El Negro Allan, un hombre con carácter, con visión y con un legado que sigue dando de qué hablar hoy, pues si existiera en este mundo natural, estaría cumpliendo 100 años de vida.
A él quiero honrarlo con este pequeño escrito (poco para lo mucho que hay por escribir) y quiero decirles a todos, que si hay una enseñanza de vida en estos tiempos diría que fue explotación laboral infantil; pero gracias a lo que me dijo… me enseñó a trabajar y a ganarme las cosas de manera honrosa y honorable.
Así mismo, les puedo decir que ese ‘Negro’, como cariñosamente le expresaban podemos aprender de su vida que la determinación y el carácter son dos ingredientes fundamentales para avanzar, crecer y no detenerse.
Finalmente, y hasta creo que muchos se sorprenderán o se preguntarán cómo un nieto sale blanco o varios que somos… la respuesta tampoco la tengo exacta: solo sé que un sirio libanés aterrizó en el Chocó, tuvo una relación con una chocoana, salió mi abuelo. De ahí se unió con Doña Sobeida, tuvieron a Martha Cecilia y de ahí salí yo: su nieto blanco y bien parecido (jejejejejeje).
Claro está, mi hermano es como yo y tiene dos hijos negritos, es decir, que soy negro y no me da pena decirlo y que me siento orgulloso de mi familia que está en Dosquebradas, de los que viven en el Chocó y de los que emigraron a Inglaterra, España y Argentina.
Por eso, nosotros como su familia tenemos el reto de conservar su legado y dar lo mejor para que la sociedad sea mejor cada día.
Hacer memoria de una persona que marcó un destino para una familia es también una forma de honrar. Felicidades Sebas.
Sebas un abrazo y que buena publicación.
También soy Allan y me siento igual de orgusa de mi padre con mucho amor y respeto felicitaciones Sebastián
Excelente homenaje, los legados y huellas de principios y valores que dejan nuestros familiares se deben seguir cultivando a través de las generaciones.
Tantos y tan bonitos legados de nuestros ancestros. Es un orgullo poderlos recordar y contarle a nuestros hijos y nietos los tiempos maravillosos que compartimos con ellos. Muy lindo tu homenaje para el abuelo. Un abrazo
No sólo fue un gran ser nos dejó grandes enseñanzas y recuerdos difíciles de olvidar con un basio inmenso el negro allan como le conocían un ser de respeto y con orgullo digo que bueno fue pertenecer a esa familia blanquito como tu dices primo pero mi corazón siempre pertenece a mi familia negra
Me honra saber que tengo la oportunidad de conocer parte de la las buenas semillas que dejo ese gran hombre, un fuerte abrazo a mi amigo Martín Allan y mis mejores reconocimientos a Sebastián por la entereza de rendirle este bello homenaje al abuelo.
Hector que agradable y que orgullo se siente con unos ansestros y una raices sublimales como las de tu familia.Que felicidad se siente poder decir parte de esas raices soy yo orgullosamente.Un abrazo Hector y que bien pir tu abuelo digno ser humano de admirar e imitar.
Qué bien saber que mi padre dejó un buen ejemplo de vida hasta para los nietos porque es muy cierto todos los nietos lo siguen admirando y recordando sus enseñanzas;bravo por eso Sebastián