No es fácil para un mandatario como el Gobernador del departamento de Risaralda, o para algún otro mandatario, tomar las medidas que se están anunciando. Y esa angustia se traslada al ciudadano en la calle, el común y corriente, que no entiende cómo va a hacer para quedarse en casa y no salir a buscar el sustento diario, como pasa en cientos de familias colombianas.
Cerrar establecimientos comerciales de toda índole, es una medida necesaria, pero muy caótica para la economía empresarial, esa misma que repite contra los trabajadores y se convierte todo en un muy conocido círculo vicioso.
Cuenta la historia que La Torre de Babel es una ilusión bíblica, pero constituye la fábula que relata el orgullo y soberbia del hombre, y de un dios iracundo, tal vez vengativo. Esta edificación clave en la Biblia, lo es también para el inicio de la difusión de lenguas en medio de un mar de confusión y el fenómeno llamado comunicación.
Otros, en cambio, se atreven a decir que es todo un juego de tronos entre potencias mundiales y nos despachamos en prosa para decir que eso es un invento de ellos para equilibrar economías.
Pero la realidad está y no hay vuelta atrás, si no se toman medidas llega la muerte a nuestras casas y si se toman, se salvan muchas vidas, qué difícil situación para los mandatarios y autoridades en general. Llegará el virus económico, tan letal como el Coronavirus, y ahí debemos tener plena conciencia de que está en juego la supervivencia y la calidad de vida de la humanidad.
Aquí los gobiernos se deberán volcar a salvar y rescatar una economía que va a quedar tan lastimada, como también quedarán muchas familias después de afrontar el paso de una pandemia que nos cobijo con su destrucción y el estreno de la gran vitrina, llamada redes sociales.