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CulturaSaigón 1975, Kabul 2021, ¿dos golpes a la arrogancia gringa?

Saigón 1975, Kabul 2021, ¿dos golpes a la arrogancia gringa?

Por ONÉSIMO VÁSQUEZ POSADA

En  Saigón (actual Ciudad Ho Chi Minh) el 30 de abril de 1975, una multitud de vietnamitas desesperados escaló los muros de la embajada estadounidense, con la esperanza de llegar a cualquier helicóptero que los llevara a un lugar seguro.

En Kabul, agosto de 2021, afganos igualmente desesperados subieron los muros del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai y llenaron las pistas, también con la esperanza de encontrar un escape.

Los paralelismos entre las horas finales de dos guerras que se prolongaron durante años a un costo enorme y una gran pérdida de vidas sorprendieron a muchos observadores.

La lógica de esa comparación podría no estar clara para millones de personas en el mundo que aún no habían nacido cuando cayó Saigón.

Los hilos comunes son la derrota, un gran costo humano y financiero y aliados abandonados.

Pero como no hay dos guerras idénticas, existen similitudes y diferencias importantes en cómo terminaron.

a) el trasfondo de los dos conflictos

Las dos guerras surgieron de contextos geopolíticos diferentes, incluso así sus fines fueron similares.

La Guerra de Vietnam fue un punto álgido de la Guerra Fría, la lucha global posterior a la Segunda Guerra Mundial entre el Estados Unidos y la Unión Soviética por el dominio mundial.

Vietnam se había dividido entre el norte y el sur desde 1954, cuando los combatientes del Vietcong con Ho Chi Minh a la cabeza derrotaron a los franceses, que habían colonizado el país durante un siglo.

Mientras tanto los gringos urdían planes para las elecciones electorales en Vietnam, asumiendo una futura reunificación respaldando un gobierno en el sur; lógica imperialista que los atrapó durante mas de 10 años en el extremo asiático, en una guerra perdida desde el principio.

Por lo contrario, la reciente participación de Estados Unidos en Afganistán siguió a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos. Los ataques habían sido posibles gracias al uso de Afganistán como base por parte de Al Qaeda. Después de los ataques, Estados Unidos se asoció con aliados afganos para derrocar a los talibanes gobernantes alineados con Al Qaeda y, finalmente, defender lo que se pretendía que fuera un gobierno más inclusivo.

b) ¿Afganistán el cementerio de los imperios?

Debemos recordar que Afganistán fue invadida por el Imperio Británico en el siglo XIX, cuando era la superpotencia del mundo, pero en 1919 tuvo que abandonarlo derrotado y otorgarles su independencia.

Luego llego la Unión Soviética en 1979, tardaron 10 años en darse cuenta de que no ganarían esa guerra.

Los británicos y soviéticos tienen en común que al invadir Afganistán contaban con imperios de primer orden, que poco después comenzaron a desmoronarse.

A veinte años de la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, y un conflicto que ha causado cientos de miles de víctimas fatales, el gobierno de Joe Biden decidió retirar las tropas de su país de Afganistán en abril de este año.

No olvidemos que en la antigüedad el mismo Alejandro de Macedonia fracasó en el intento de invadir esa tierra.

Todos estos imperios dominados por una especie de patología imperial que los llevó a su perdición; con derrotas desastrosas para su futuro geopolítico como potencias globales.

c) La arrogancia que enceguece

Durante 15 años, el establishment de la política exterior estadounidense luchó por superar lo que llamó el » síndrome de Vietnam «: la reticencia racional del pueblo estadounidense a invadir y tratar de rehacer otro país.

La arrogancia estadounidense resurgió, esta vez como » la guerra global contra el terrorismo «. Afganistán era entonces el símbolo de la sensación de que Estados Unidos podía rehacer el mundo como un nuevo policía global.

En Afganistán;  la arrogancia gringa,  su capacidad para el autoengaño y  la mentira oficial, ha sobrevenido una vez más, como lo ha hecho repetidamente durante los últimos 60 años.

Esta debilidad disfrazada de fortaleza ha llevado repetidamente a los norteamericanos a intervenciones extranjeras fallidas. El patrón quedó claro por primera vez cuando  el 11 de noviembre de 1963 la CIA  estuvo directamente involucrada en la planificación de un golpe para deponer al presidente de Vietnam del Sur Ngô Đình Diệm (1955-1963) y su hermano, lo que condujo a sus ejecuciones. Hecho que fue el preámbulo a una tragedia que llevó a occidente en su soberbia neocolonial a un teatro tan alejado territorialmente; con consecuencias políticas de gran alcance; comienzo quizá de la decadencia occidental que ahora se hace palpable con su derrota en Afganistán.

Por cierto, en el asesinato del presidente surcoreano, al pueblo estadounidense se le mintió y se le dijo que la CIA no tenía nada que ver en ese golpe. Se sabría la verdad hasta que  The New York Times y Washington Post publicaron los Papeles del Pentágono en 1971 . Para entonces,  habían muerto 58.000 estadounidenses y posiblemente hasta 3,5 millones de soldados y civiles vietnamitas , y el objetivo de evitar la unificación de Vietnam bajo su dominio también había muerto.

Cabe recordar que la inteligencia norteamericana ha estado involucrado en muchos atentados y muertes de altos funcionarios en todo el mundo; a través de nuestra historia reciente, especialmente aquí en Latinoamérica con infaustos recuerdos como el atentado y muerte a Omar Torrijos en 1981 presidente de Panamá o la muerte de Jaime Roldós Aguilera, presidente de Ecuador ese mismo año.

Osama Bin Laden les dio argumentos a los intervencionistas estadounidenses, los llamados “halcones” ansiosos por la próxima pelea: un ataque a los Estados Unidos el 11 se septiembre de 2001, arrasó con el “síndrome de Vietnam” en un mar de una supuesta “guerra justa” contra Al Qaeda.

El ataque de Al Qaeda al World Trade Center y al Pentágono también dio a los intervencionistas la oportunidad de invadir Irak , como una extensión de la guerra contra el terrorismo. Por ciento la Invasión a Irak se justificó en una mentira: La verdad Saddam, Hussein no era amigo de los terroristas del 11 de septiembre , además se argumentaba mentirosamente que tenía armas de destrucción masiva, todo un invento de la inteligencia gringa encabezada por la CIA.

La arrogancia estadounidense siguió su curso cuando invadió este país, derrocando a su gobierno y ajusticiando a su presidente, pretendiendo construir una nueva nación; por lo cual ha mantenido a las tropas estadounidenses en un Irak disfuncional durante 18 años .

El engaño estadounidense siguió su paso,  la guerra significó  la muerte de 8.500 soldados y civiles estadounidenses y al menos 300.000 iraquíes, la verdad no ha surgido ninguna nación iraquí moderna y reconstruida.

Y ahora  se enfrentan a la oscuridad al final del túnel en Afganistán,  donde la mentira y el autoengaño han continuado durante 20 años .

Una misión inicial destinada a  eliminar a los talibanes y cerrar los campos de entrenamiento de al-Qaida tuvo éxito, aunque Osama Bin Laden se escapó durante otros 10 años. Pero la  arrogancia impidió que Estados Unidos se detuviera allí .

La misión se expandió : crear una democracia moderna, una sociedad moderna y,  sobre todo, un ejército moderno  en un  país con poca historia de cualquiera  de esas cosas.

d) La fuerza de una mentira

Una nueva generación de burócratas gringos en trajes y vestidos de uniforme militar revestidos de autoridad, con misión de engañar al pueblo estadounidense y al mundo;  y talvez el engañarse a ellos mismos en  su montaje demencial del absurdo.  

En realidad, el fracaso estaba ahí a la vuelta de la esquina, esta vez los burocratas del imperio y los medios de comunicación compraron esas “verdades”,  dando voz a las mentiras de las bocas de los funcionarios más visibles creando un entarimado de mentira, muy acorde con la decadencia de los imperios.

El precio humano de la arrogancia es  6.300 muertes de militares y civiles estadounidenses y una  estimación subestimada de 100.000 muertes de ciudadanos afganos.

Las recriminaciones vuelan de un lado a otro: quién perdió Afganistán es la última versión de quién perdió Vietnam, Irak y, para quienes tienen una larga memoria, se remonta a 1949 y » quién perdió China «. Lo que Estados Unidos ha perdido es, creo, la capacidad de aprender, de aprender de la historia y de su propia historia.

Yo diría que nadie que estuviera prestando atención debería  sorprenderse de que los talibanes regresaran a Kabul en un instante o que una  empresa fallida como el ejército nacional afgano se derrumbara en un nanosegundo.

Los instructores del Ejército y los contratistas (léase mercenarios) ya lo sabían y el  desdén de las autoridades políticas corruptas en ese ejército lo anunciaban a voces; por cierto, muchos afganos luchaban al lado de los gringos y ahora son traicionados vilmente.

Por lo contrario,  los talibanes estaban bien organizados, eran coherentes en su hacer y en su territorio, estaban armados y entrenados para el combate real que tenía lugar, no para la guerra de tanques y trincheras al estilo europeo.

Los talibanes claramente tenían un plan que funcionaba para ese país, como muestra la velocidad en su éxito en la toma de posesión del gobierno de Afganistán.

Estados Unidos y el régimen de Kabul fracasaron en esta guerra mal planeada, lo que se convirtió para ellos en una misión imposible.

La caída de Kabul fue inevitable. Washington, una vez más, se engañó a sí mismo pensando de otra manera.

El secretario de estado Antony Blinken dijo: » Esto no es Saigón «.

La verdad es todo lo contrario; es Saigón, es Vietnam, es Bagdad.

Y es Kabul y Afganistán todos juntos; en una política fracasada que seguramente los llevara a su ruina geopolítica como potencia global.

2 COMENTARIOS

  1. Muchas gracias Danilo, El capitalismo y su hijo dilecto el neo-colonialismo están en crisis y franca retirada, la crisis climática se le debe en gran parte a este sistema egoísta y depredador. Esperemos que el punto de regreso no halla sido cruzado y de puede revertir esta profunda crisis que amenaza el futuro mismo del genero humano.

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