Por JORGE EDUARDO MURILLO MEJIA
Las noticias en las tres últimas décadas en el tema del cambio climático se refieren primero a todos los desastres que está ocasionando; si es en el trópico en las temporadas de viento, este ya no sopla, si es en verano a mediados del año caen aguaceros torrenciales, si es en la temporada de lluvias, hace un calor terrible; si se trata de países con estaciones, en el invierno caen nevadas con desastres o hay veces que no cae nieve, en la estación de verano las temperaturas superan los 50 grados o a veces llueve. El reloj de las temperaturas se enloquece cada vez más. En épocas de invierno una nube se postra en un sitio y caen miles de metros cúbicos que hacen desastres; en las playas olas gigantes acaban con todo y que decir de los ríos y quebradas que arrastran caudales inmanejables. Las noticias dan cuenta de millones de euros, dólares y pesos en pérdidas; los cultivos se pierden, la infraestructura vial desaparece, las laderas se derriten, las viviendas son arrasadas y las muertes de humanos, fauna y flora cada vez es mayor. Eso lo sabemos todos, lo peor del caso es que no terminamos de hacer diagnósticos a lo sucedido; la corrupción mundial en hacer estudios crece patrocinada por grandes universidades, entidades estatales y organizaciones ambientales mundiales; todo el planeta sabe cuales son las causas, entonces nos empezamos a reunir para buscar las soluciones y comienza otra desbandada de corrupción para hacer congresos, seminarios, eventos, foros y los famosísimos acuerdos mundiales para preservar el medio ambiente.
De todo lo anterior no queda nada, todo el mundo se lucra en medio de los desastres ambientales y las frases son que debemos trabajar por el futuro de nuestros hijos y nietos cuidando el medio ambiente. Entonces no busquemos el ahogado rio arriba haciendo estudios, diagnósticos y desarrollando puras teorías y retórica, que no sale de los anaqueles. Pongámosle el cascabel al gato: la globalización, el capitalismo salvaje, el inmediatismo por enriquecernos sin importar los efectos y la corrupción pública-privada no son la solución a los diagnósticos. Cada país con su estado de leyes, cada organización mundial, cada industria, cada comercio, cada universidad y demás, debemos colocarnos la mano en el pecho y contribuir a colocar el grano de arena pero con ejecutorias a las reales soluciones. Finalmente es la autoridad de los organismos de control que debe ser la gran solución a los pactos mundiales: esa autoridad la ejercen muchos y todos unidos debemos exigirles. Exijamos, pero sin carreta, denunciemos y hagámonos sentir.
Muy válido su comentario señor Luis Fernando Mejia Gonzalez
No hay peor ciego que el que no quiere ver la realidad de una depredación galopante en contra de los recursos naturales y del medio ambiente, se asesina la naturaleza con la deforestación y la explotación minera sin que exista por parte de entidades reguladoras una política real y de compromiso más allá de los intereses económicos de quienes obtienen sus recursos o ingresos por encima de no entender que están acabando con la casa donde habitamos.
No hay peor ciego que el que no quiere ver la realidad de una depredación galopante en contra de los recursos naturales y del medio ambiente, se asesina la naturaleza con la deforestación y la explotación minera sin que exista por parte de entidades reguladoras una política real y de compromiso más allá de los intereses económicos de quienes obtienen sus recursos o ingresos por encima de no entender que están acabando con la casa donde habitamos.
Tema muy importante, pero hay que tener en cuenta que el principal causante es el hombre, por lo tanto hay que educarlo desde el jardín, colegio, universidad, trabajo barrio, etc, todo escenario es propicio, en unos de estos es reeducar lo, aprovechar todos los medios de comunicación y todas las estrategias posibles. Los días están contados, se acerca la hecatombe
La responsabilidad es de cada uno de nosotros