Confieso, no es el género cinematográfico que me mata, perdón, que me atraiga. Como en la vida real, le temo a lo que cuenta. Me da escosor. Pero es un Género Cinematográfico al fin de las cuentas.
Mucho se especula con él. Que son premonitorias esas películas, que lo advierten todo, que se anticipan a los hechos, que hay que ponerles cuidado, etc etc. Casi que puede decirse (porque eso dicen), que se anticipant días, meses o años, a la realidad que va a suceder. Igual, sea verdad o no, se han hecho cosas muy raras. Como lo son los virus.
Los virus y las bacterias como villanos de películas han dado buena taquilla a lo largo de la historia. Un tópico reiterado y reciclado bajo distintas formas narrativas y estéticas en la historia de la producción cinematográfica global que, no por eso y en cualquier momento, despierta interés, genera morbo o en momentos como éste, potencia un interés escabroso. TIENE muy altas probabilidades de generar rédito.
Según la firma de inversión e investigaciones económicas MKM Partners, en un reciente estudio publicado sobre un índice bautizado “stay at home” (quedarse en casa), plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime y YouTube, podrían tener una tendencia positiva de sus acciones en medio de una caída generalizada. “Intentamos identificar qué productos, servicios o empresas se beneficiarían potencialmente en un mundo de personas en cuarentena. ¿Qué haría la gente si se quedara encerrada todo el día?”, dijo un ejecutivo de la compañía. Y eso los puso a pensar en que porqué no, pone ren la cartelera de esos circuitos, películas como “La peste”, “Ceguera” del 2008, de Fernando Meirelles, ese que hiciera “Ciudad de Dios”; “Exterminio” del 2003, hecha por Danny Boyle, “Epidemia”, de 1995, protagonizada magistralmente por Don Dustin Hoffman; “La amenaza de Andrómeda” de 1971, de Michael Crichton, o la Alfonso Cuarón, autor de “Roma”, su famosa “Los niños del hombre”(2006); o “12 Monos”, de Terry Gilliam, con un excelente Brad Pitt de manicomio; o ese “Contagio” hecha en el 2011, de Steven Soderberg, realizador que hiciera esas monumentales “CHE” con Benicio del Toro en su papel o “Aislados”, del 2011, realizada por Carl Tibbetts, o si se quiere, esa desempolvada cinta de 1950 hecha por el mago de la dirección cinematográfica Elia Kazan, maestro que hiciera a actores como Marlon Brando en el Actor Studio, denominada “Pánico en las calles”, pero si quieren que les recomiende una, amables lectores, no dudaría en proponerles “La peste”(1992) por más de una razón.
Basada en la novela de Albert Camus, publicada en 1947 -y que vive un resurgir de ventas en Europa en este momento-, cuya versión cinematográfica se hizo bajo la dirección del actual presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Luis Puenzo. Protagonizada por William Hurt, Sandrine Bonnaire, Robert Duvall y Raúl Juliá, que cuenta la vida del médico Bernard Rieux, durante una epidemia de cólera en la entonces colonia francesa Orán (Argelia). Anidaba allí la alegoría de Camus: a partir de las limitaciones impuestas por las autoridades a la gente del pueblo, exponía a los gobiernos autoritarios y sus métodos de opresión. De tono sombrío (y solemne en exceso, según unas cuantas críticas de la época), la película apunta a concretar una metáfora sobre el progresivo estado de sitio en que se encierra, desesperada, la existencia contemporánea.
Ustedes verán si se animan a verla.