Empecemos con la traducción más común a este término referido a tan bello día. El es conocido como el Día de Acción de Gracias, el cual se inició por parte de los peregrinos en Estados Unidos los que con ello quisieron darle gracias a Dios por haber sobrevivido a muchas situaciones difíciles. Es tan importante este día que hay gente que prefiere cancelar interesantes opciones de viaje por pasar reunidos con sus familias. La comida más importante es la del pavo, animalito que se sacrifica por millones, y el cual la gente devora con gran placer.
Retornando al concepto original concluiríamos que la congregación de entornos familiares, y la oración bendiciendo la mesa es una bella experiencia de tipo espiritual, quedando luego la ingestión de la cena como una celebración gastronómica deliciosa. Esto es para una buena parte de los Norteamericanos ya que otra, menor en número, mas no por esto poco significativa, denominan la fecha, no como está concebida sino como «El día del pavo».
Esto da risa pero no por ello hay que desconocer como los propósitos básicos a veces se pierden por frágiles necesidades mundanas. Esto me acuerda como en otras partes de Hispanoamérica, consideradas como muy religiosas y devotas, llaman con la misma frivolidad a la semana de pasión como «Parranda Santa» habiendo en ella muchísimo consumo de licor y jolgorio, y poco a casi ningún momento para orar. Pero bueno, vivamos y dejemos vivir, aunque todo ello creo es merecedor individualmente al menos de un mediano análisis.