«Quidam suscepit sacro de fonte puellam,
Cui dedit et tunicam rubicundo uellere textam.
Quinquagesima sancta fuit babtismatis huius,
Egberto de Lieja
FRAGMENTO DEL POEMA
DE PUELLA A LUPELLIS SERVATA[I]
El cuento de Caperucita Roja, la niña de caperuza escarlata, a la que su madre envía a la casa de su abuelita en el bosque para llevarle unos pasteles y se encuentra a mitad de camino con un lobo, que la engaña, haciéndola ir por el camino largo y difícil del bosque enmarañado, mientras este se adelanta por el camino corto, llega a la casa, devora de un bocado a la abuela y después de una serie de preguntas de la niña al llegar a su casa, también se engulle a ésta, y a quien después un cazador mata, abre su barriga y del vientre salen anciana y niña; este cuento simple y corto, que han contado de generación en generación de manera arquetípica en la literatura y desde la invención del cine y la televisión en otro sinfín de producciones, ha sido montado al teatro por el grupo teatral pereirano Tropa Teatro.
Las versiones que nos han llegado a nosotros y las demás generaciones anteriores, son: la recogida por Charles Perrault (París 1628-1703) y posteriormente la de los hermanos Grimm, (Alemania 1785-1863) Son recopilaciones sacadas de la tradición oral europea, cuyo propósito era educar moralmente a los niños a través de historias fantásticas, herederas de la tradición fabulística griega, y contados de generación en generación por campesinos y aldeanos.
Tropa teatro Pereira, los días 14-15 y 16 de julio, está en función de estreno de Caperucita Roja, en el teatro del Colombo Americano, carrera 6a. calle 23, una obra de teatro para niños, debo decirlo y me perdonaran la frase barata de cajón, de 0 a 99 años. Una joya de belleza exquisita, que hace devolver al público adulto a la infancia, llevándole a recordar el universo de los cuentos de hadas y animales parlantes y que en los niños enriquece la historia, a la cual Tropa teatro llena de detalles como un Armadillo, (gurre) amigo de la niña, que le ayuda cuando está en problemas, una bruja, Urganda que la hechiza y la hace perder y sucumbir al verbo del lobo, y un universo onírico rico en imágenes teatrales y poéticas que hacen vivenciar lo que su director Alonso Mejía dijese al presentar la obra, con el teatro se vive una increíble suspensión de la incredulidad, es decir, es un detener el tiempo para entrar en el universo de lo mágico, de lo fantaseado, de lo propio de la imaginación y la ensoñación, donde el reloj se para y sucede lo impensable.
Con la técnica ya muy depurada de manipulación de muñecos al aire libre, en la que un actor que todo el público ve, lo único que hace es prestar su cuerpo y su voz para manejar el muñeco, que se convierte en el centro de la acción teatral y hace olvidar al público del actor que lo maneja. Este termina siendo una suerte de médium entre el muñeco y público, y logra un efecto mágico y un despliegue en la acción teatral que le da un dinamismo inmenso a la obra teatral. Otras obras del grupo, Quijote Espejo del Hombre y La vida es Sueño, acuden a la misma técnica, logrando una capacidad de belleza y un goce estético en el espectador que los reactualiza con los clásicos de la literatura y el teatro, textos siempre difíciles de abordar, pero que a través de estas propuestas se vuelven camino para su lectura y conocimiento
En caperucita roja, versión del grupo de TROPA TEATRO, confluyen el cuento tradicional de Perrault, que tiene en si mismo una malicia sexual velada, con la técnica cuentística de los hermanos Grimm, donde ya el conflicto se resuelve a favor de la niña y la abuelita, cuando aparece el héroe cazador y las saca del vientre del feroz canino, pero esta bella pieza se adoba con elementos de la fantasía como brujas, animales que inciden en el relato, el sueño de la niña que cae dormida en el bosque y las canciones de autoría propia del grupo, que le dan un sustrato de diálogo con cuentos de la época de la tradición medieval y diesochesca europea.
Una obra para ver en familia, para llevar a los niños, o para volver a ser niño, si te dejas llevar por la increíble suspensión de la incredulidad.
MIGUEL ÁNGEL RUBIO OSPINA
@Rubio_miguel
[i] Poema en latín escrito por el clérigo Egeberto de Lieja, S XI- titulado La niña salvada por los lobos, primera alusión literaria donde aparece una niña de caperuza roja. Alguien levantó la niña de la pila bautismal/
y le dio a ella una capa con capucha roja tejida de lana /[Porque] el santo Pentecostés fue el día de su bautismo.