Medir en el tiempo lo que se demoró en llegar una alternativa política al poder público en Colombia es muy difícil, algunos pensarán que son más de 32 años si tenemos como referencia la firma del proceso de paz, que se inició con los diálogos en el gobierno de Virgilio Barco y culminó con su firma final en Marzo de 1990. Pero eso sería excluyente porque el sueño de un gobierno para los pueblos sufridos y víctimas de la violencia, lleva más de 200 años, porque desde la independencia de España, una clase dirigente siempre ha gobernado para su propio beneficio olvidándose de la otra Colombia que está en las barriadas, las selvas, los lugares más alejados del desarrollo y el gobierno central.
El desarrollo del país se concentra en las ciudades capitales y deja en el olvido a las regiones de los alrededores del país, que para asombro de todos son las que tienen mayor diversidad y riqueza natural de gran importancia para nuestra patria y para el mundo, esas zonas habitadas por indígenas, negritudes, mestizos y victimas de todas las violencias llevan más de 500 años esperando el cambio, un gobierno que se acuerde de todos los colombianos que estamos en el olvido, que ni siquiera aparecen en el mapa, que no son ni siquiera una estadística, pero que respiran amor por esta patria y se sienten tan colombianos como los que están en el Congreso , los ministerios o los diferentes ejecutivos del gobierno.
Los resultados del 19 de Junio de 2022, hicieron un llamado a todos los ciudadanos, simpatizantes, militantes y pensadores de un nuevo país, porque hay que trabajar el doble de lo que hacíamos en los tiempos donde los gobiernos oficialistas tenían el poder, porque nos escondía la disculpa de que ellos eran gobierno y todos los errores eran culpa de la violencia de la derecha, de su capacidad de manipular los contratos y desviar los recursos para otras inversiones, muy diferentes a las que el pueblo desea. Ya no hay disculpas, ahora nos toca levantar las banderas del cambio y a trabajar.
Lo primero que tenemos que hacer es participar en nuestro barrio, en las administraciones territoriales, con el fin de vigilar que los planes de ordenamiento territorial y los planes de gobierno respeten el medio ambiente y los principios de movilidad sostenible que tenemos planteado en nuestros sueños desde hace muchos años.
Juntas de acción comunal, sindicatos, cooperativas y demás organizaciones: tenemos que empezar a salir de nuestras organizaciones y apoyar nuestras comunidades, para empoderarlas y motivarlas a liderar el cambio, que debe empezar desde nuestra casa, salir a la cuadra, tomarse el barrio, la comuna y el municipio.
No podemos quedarnos en el discurso, tenemos que trabajar el doble, bajar lo nacional, trabajar en nuestro municipio y enriquecer nuestro departamento.
Invitamos a nuestros empresarios demócratas a seguir trabajando por el cambio, apoyando a nuestros empleados, a sus familias, aportando con la ética y la producción, al progreso y crecimiento de todos.
A la ciudadanía en general, les recordamos que el cambio, debe incluir la prevención y seguridad vial, no podemos continuar con la cifra del año 2021, donde pasamos la barrera de los 7 mil muertos, recordemos que la seguridad vial es compromiso de todos.