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SaludLa cosa es en serio

La cosa es en serio

Jaime Bedoya

*A propósito de la semblanza que hizo don Alfonso Gutiérrez sobre la emblemática figura del expresidente Alberto Lleras Camargo, que rebatí, en mi escrito pasado, me sorprendió el pronunciamiento elegante, respetuoso y gallardo que hizo el articulista Jaime Castaño Torres, con argumentos a favor del histórico personaje, contrarios a los míos. Pensé, este columnista es todo un señor con el cual se puede construir democracia porque honra el disenso. Le tributo mi respeto y admiración porque, como dice el adagio popular, a todo señor, todo honor.

En este orden de ideas, reafirmo que el pacto ese fue excluyente y antidemocrático. Claro, no había más partidos porque los comunistas estaban ilegalizados, hasta la llegada de Alfonso López Michelsen que les devolvió el derecho a participar en la vida política de la nación.

Aclaro que me referí a Gustavo Petro, no en forma apologética por haberse levantado en armas, sino por su brillante papel en el parlamento de donde salió para abrazar la aventura ejecutiva, que parece, no es lo suyo. Sin embargo, desde Santo Tomás de Aquino, se reconoce el derecho de los pueblos a levantarse contra la tiranía, la que en años idos era el santo y seña de Colombia, como la sufren hoy los desafortunados pueblos de Venezuela y Nicaragua. Más aún, Lleras no cogió armas pero armó bandas, en defensa del partido.

Y volviendo a Alfonso, el jueves le dio a Luis Carlos Galán brillante fisonomía. Entonces qué, era un hombre sin carisma o gran figura de la democracia. Para mí, con Rodrigo Lara y Enrique Parejo, unos titanes que remozaron los principios liberales aunque sus herederos hayan de nuevo olvidado tan profundo legado doctrinario: Justicia social, distribución de la riqueza, anticlericalismo e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Para qué más.

Y vean cómo, regreso al artículo de Alfonso, la nacionalización de la educación votada negativamente en el congreso de Medellín del año 1963, fue una equivocación y tuvieron que pasar treinta años para que apareciera la ley 115 de 1994 que nacionalizó la educación básica y media.

**El presidente consagró el país al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de Chiquinquirá. ¿De verdad, considera que así nos salvaremos del virus? No es más que una estrategia con la cual espera ganar el apoyo de las religiones a su pobre gestión, pues él sabe que por ahí no es la cosa.

Jaime Bedoya Medina.

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