El Nuevo Hombre

Feliz día del hombre, escuché decir a una mujer que este mensaje va dirigido a quienes merecen llamarse hombres, pero este artículo también extiende la felicitación a quienes dicen que no lo merecen, porque todos hacemos parte de algo mayor, solo que a veces no lo entendemos, simplemente asumimos nuestro rol o nos confundimos por su complejidad, pero la naturaleza sigue su cauce como un rio, no para, entiéndase o no el avatar del destino, el curso de la vida sigue hacia adelante inexorable.

Representar la fertilidad, la protección y la producción no es tan fácil, en un mundo donde ser fértil ya no interesa mucho porque hay sobrepoblación, proteger tampoco es importante porque se ha reemplazado el ser con consciencia colectiva por “sálvese quien pueda” y por otro lado, producir se convirtió en un privilegio limitado por las exigencias del estado y el mercado.

Sin embargo, muchos de estos nuevos hombres con algo de soledad en su corazón, tienen el valor de ser papás o de asumir la cabeza de una familia, en un mundo de mujeres valientes que también luchan a la par y a veces con mayor ahínco cuando son ellas esa cabeza visible.

Otros hombres y otras mujeres logran alternar esos papeles o complementarse haciendo equipo para remar juntos, aunque a veces no se entienda lo que sostiene estos barcos en el mar agitado, cada uno pone su riqueza, su amor y su luz al servicio de una familia, una unidad que busca el bien común y ser parte de la construcción de una sociedad, no pierdo la oportunidad aunque me excuso por mi grosería de llamarle una zoociedad, me excuso por los humanos que tienen humanismo en su corazón y por los animales que tienen comportamientos más amorosos y racionales que muchas personas a quienes en su guerra interna el cerebro central ha colonizado la razón y la trascendencia.

Este masculino que por las situaciones históricas también se está redefiniendo. El nuevo hombre que debe reconocer los límites del respeto entiende que no es dueño de los sentimientos, emociones y acciones de las demás personas, aunque compartan con él, conoce los límites de su fuerza y el poder de la conexión con su Dios y con la naturaleza de lo masculino, aporta parte de la creación de vida, esa que abre puertas y caminos donde no los hay, aunque sienta miedo y aunque no lo pueda decir. Este nuevo hombre puede combinar la fuerza mental, con la razón y la esperanza.

Este hombre nuevo, edifica confianza solo con un abrazo, con una palabra, inspira tranquilidad, pareciese escaso y de” colección limitada» y me perdonan la objetivación del sujeto que es solo una figura literaria para ilustrar el valor que tiene el hombre que asume con plenitud esa gran responsabilidad de ser el que representa al sol para las comunidades ancestrales porque con su calor y luz abraza y protege la vida.

Pero no todo es tan bonito para el masculino, hay hombres abusadores y abusados y ya que mucho se ha hablado del abusador, hay que hablar del abusado. El hombre aparte de los conflictos sociales y de seguridad pública, también puede ser violentado en sus relaciones afectivas, sin que se note mucho, sin que se hable mucho de ello, de hecho, porque poco se queja y aunque pareciera escasa la violencia física que también la hay, es mayor la violencia psicológica, simbólica y económica que tiene mucho de complicidad de la sociedad que conserva el estereotipo machista aún hasta para la protección del mismo hombre, quien por definición pareciera que no requiere protección de las instituciones, lo que en ocasiones contrasta con la sobreprotección de la madre y/o con el abandono del padre y esto pareciera aplicar desde la infancia hasta la adultez, grave error porque en lugar de hombres con mente y corazón sanos, produce hombres lastimados, confundidos y hombres que han llegado a la locura sin que la sociedad lo note mucho.

Así como el hombre debe respetar a la mujer, él tuvo una Mamá, una hija, una mujer amada en su corazón a quien le tendrá gratitud de sus manos calorosas que le abrazaron en su infancia, así mismo toda mujer tuvo un hombre que en algún momento de la vida le dio protección y apoyo, aunque lo primero que hay que entrar a redefinir en esta sociedad es precisamente el amor propio, porque vamos a valorar al otro solo cuando nos amamos a nosotros mismos y hallamos valor en nuestro interior. Afortunadamente esta nueva sociedad se preocupa por las emociones porque ya sintió la afectación del encierro de la pandemia y la asfixia de tanta emoción con tan poco control en medio de tantas personas que se ven tan frecuentemente y que comparten los mismos espacios y objetos.

Los jóvenes y los niños están ahora mismo en una confusa situación, en algunos se ha desatado la intolerancia, en otros él no asumir el rol y en otros la aparición de nuevos roles de las llamadas nuevas masculinidades, las cuales con mucha vergüenza de quienes quisieran leer al respecto, me atrevo a dejar por fuera hasta otro texto, ya que deben asumirse con mucho tino porque aunque mucho se habla de ellas, se ha construido poco conocimiento al respecto y son tendencias de mucha importancia que vienen en aumento en esta nueva sociedad.

Entonces el homenaje de hoy será al hombre entendido ampliamente, aquel que observa y escucha en silencio, al que analiza si es prudente y adecuado hablar o si se guarda por un tiempo sus percepciones pensamientos y sentimientos dependiendo del impacto que puedan tener sobre las relaciones, sobre lo que se construye, sobre sus obras porque siente la responsabilidad de aportar a la construcción y no contribuir a la destrucción.

Este hombre que también puede tener una visión espiritual trascendental de la vida y a pesar de lo que le enseñaron expresa su afecto cariño y admiración a otros seres humanos y que ha encontrado el equilibrio y la justa medida entre un actuar con prudencia, amor y justicia, entre amor y control, entre razón, espiritualidad y pasión.

Feliz día del hombre, amigos, hermanos, humanos.

Gracias Mujeres, sin Ustedes no existiríamos

y sin la ternura de sus manos no existiría calor en nuestro espíritu.

Gracias Dios, sin tu concepto no existiría la idea de poder amoroso.

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