Olga Caro
El pasado martes 19 de mayo el presidente Iván Duque anunció la ampliación del confinamiento para los adultos mayores de 70 años, quienes estarían hasta el 30 de junio, un mes más de la fecha inicial, situación que ha generado voces de rechazo, algunos incluso se atreven comparar su situación con la de niños o hasta perros que pueden pasear cierta cantidad de horas al día.
En países como Francia estas medidas fueron retiradas por su propio mandatario ya que esta población adujo que el trato que estaban recibiendo era discriminatorio y que a su edad podían tomar sus propias decisiones y que pese a ser los más vulnerables, no debían ser tratados como un peligro para los demás.
En Colombia, voces como la de Rudolf Hommes, quien fue ministro en el gabinete del expresidente Cesar Gaviria, a través de Twitter pidió la unión de todos los afectados en contra de estas medidas, rechazando a su vez la expresión “abuelitos” usadas en varias oportunidades para describirlos.
Pero ahora hay otra preocupación, la salud mental de estos hombres y mujeres acostumbrados en muchas ocasiones a recibir visitas constantes de sus familiares y que ahora se encuentran envueltos en soledad, o peor aún, aquellos que tienen que trabajar para conseguir su sustento diario y que ahora tendrán que estar otro mes más en sus viviendas.
El llamado a una cuarentena inteligente deja a su vez a varios grupos por fuera, como son los niños y los adolescentes, quienes tampoco tienen claro el panorama para el regreso a clases y cuyos padres están volviendo a sus trabajos y no tienen quien se pueda quedar en casa con los más pequeños.
La propuesta de los más de 2 millones de ciudadanos con más de 70 años es que tal como ha ocurrido en otros lugares del mundo, se piense en medidas de respiro o desconfinamiento ordenado para esta población, permitiéndoles así realizar algunas actividades comprometidos con el autocuidado.
La verdad es que estamos cayendo en un juego de palabras y un juego de interpretaciones. Ya hasta tenemos que tener cuidado con el uso de la palabra «abuelitos» o «ancianos» ¿entonces cómo podemos mencionar a nuestros adultos mayores para que no suene a discriminación?… ¿será que decir «adultos mayores» también está mal?…. en mi opinión cada quien le da su propia connotación a las palabras de acuerdo a su propia conveniencia, miles de adultos mayores pueden sentirse honrados con la medida porque se sienten protegidos, otros pueden sentirse vulnerados en sus derechos porque tienen una situación diferente. Lo cierto del caso es que si se miran las estadísticas de mortalidad por el covid-19, la gran mayoría de víctimas son adultos mayores, lo cual infiere que son la población más vulnerable ante la pandemia y también es cierto que no se pueden dictar medidas particulares para la satisfacción de cada quien.