Cristian Camilo Zuluaga Cardona
Alrededor del mundo varios gobiernos y alcaldes ven en la bicicleta un vehículo que puede salvar vidas, han habilitado ciclorrutas temporales como medida de contingencia en medio de la crisis que se ha originado por la COVID-19. Manizales y Pereira en el Eje Cafetero tomaron medidas en ese sentido. Sin embargo en la capital caldense la decisión generó una polémica o controversia, que en gran parte está auspiciada por querencias políticas y uno que otro argumento, documentado y técnico.
En Pereira la decisión del alcalde Carlos Maya fue permitir el uso de la bicicleta sin restricciones de horario ni pico y cédula, mientras que en Manizales el mandatario local, Carlos Mario Marín Correa, habilitó una ciclorruta por la Avenida Santander que funciona diariamente desde las 6:00 a.m. y tampoco tiene restricciones de pico y cédula.
El Foro Económico Mundial, importantes periódicos del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diferentes gobiernos en el planeta reconocen la importancia de este medio de transporte para prevenir contagios por el nuevo virus.
A finales de abril pasado la OMS emitió un comunicado sugiriendo a los gobiernos en el mundo promover el uso de la bicicleta como medio de transporte y argumentó que esta «ayudaba a cumplir con la distancia social y el requisito mínimo diario para la actividad física».
La OMS también dijo que el uso de la bicicleta ayuda a prevenir otras complicaciones de salud que se derivan principalmente de la obesidad y reconoció bondades cómo un riesgo inmensamente menor de contagio de la COVID-19, frente al uso del transporte público masivo como metros, buses, colectivos, articulados, cables aéreos, entre otros.
Mientras alrededor del mundo, a la bici le reconocen ventajas y beneficios para la salud y la preservación de la vida, en Manizales se discute si darle prelación a este vehículo es una idea loca, improvisada o un capricho del mandatario actual. Parece que quienes se disgustan por abrirle espacios a la bici desconocen que este vehículo, que fue creado hace poco más de dos siglos, en 1817 por el alemán Karl Christian Ludwig Daris Von Sauerbronn, se está perfilando para ser el medio de transporte del futuro.
Berlín, México, Budapest, Vancouver, Bogotá, Quito, entre otras ciudades del mundo, tomaron la decisión de habilitar ciclorrutas temporales. Se atrevieron a quitarles espacios a los carros y motocicletas, es decir a usar el urbanismo táctico para favorecer y promover el transporte en bicicletas.
Carlos Ballesteros, gerente general de Bike House, le dijo recientemente al diario económico La República que la bicicleta es un arma fundamental para la lucha contra la propagación del coronavirus y agregó que «gran parte de la fuerza laboral se moviliza en transporte público», por lo que sugirió que si lo hacen en los caballitos de acero van a estar menos expuestos a los focos de contagio y transitarán más seguros por sus ciudades. Argumento principal para entender que, ante la crisis, el peatón y el ciclista deben ser los actores principales de la movilidad.
Pero mirando hacia el futuro, las bicicletas también prometen tener mucho protagonismo, al igual que medios de transporte alternativos y vehículos que funcionen con energías amigables con el medio ambiente y el cambio climático.
El coronavirus nos está dejando una enseñanza, aunque mucho no han caído en la cuenta, y es que el mundo tiene que cambiar su forma de pensar. No podemos seguir teniendo actitudes reactivas sino preventivas. Hoy, un microscópico enemigo paralizó la economía mundial y nos sumergió en una crisis sin precedentes, ya que ningún gobierno en el planeta preparó a su población para enfrentar una pandemia.
Si tuviéramos una crisis desatada por el cambio climático las acciones para combatirla serian prácticamente nulas, pues ni el encierro total nos serviría para capotear los estragos. Por eso hay que prevenir desde ya la tragedia.
Estudios científicos y cambios propios de la Tierra nos han demostrado la urgencia de hacerle frente al cambio climático. Los combustibles fósiles son altamente contaminantes e impactan negativamente en la salud del hombre.
Antonio Guterres, secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) señaló recientemente que este 2020 debe ser un año decisivo para que los gobiernos en el mundo adopten medidas contra el cambio climático y agregó que se espera que en por lo menos 196 países se presenten nuevos y ambiciosos planes para cumplir con las metas de reducción de emisiones de gases.
El mundo tiene que luchar contra la emisión de dióxido de nitrógeno, que es el gas nocivo que emiten los motores de los carros, las plantas de energía y los complejos industriales. Es por esto que muchos países toman como medidas principales para hacerle frente a este mal, la habilitación de kilómetros de vías exclusivas para bicicletas, patinetas, monopatines, sillas de ruedas eléctricas, entre otros medios de transporte alternativos.
Sumado a esto, la crisis del petróleo también está impulsando cambios y allí vuelve a aparecer la bicicleta, pues como funciona con la fuerza de las piernas del ciclista o con motores eléctricos de bajo consumo de energía, se convierte en una principal alternativa.
En el mundo, la bici también se está tomando un espacio importante en el mercado laboral. El portal mundobici.co publicó que en el mundo se está registrando un aumento en la compra de nuevos modelos, ya que muchas personas utilizan para emplearse como domiciliarios. Incluso la agencia internacional de noticias AFP publicó una entrevista con un ciudadano jamaiquino, Oliver Bucknor, quien perdió su trabajo como chofer a causa de la crisis del coronavirus y tuvo que comprar una bicicleta para trabajar como domicilio.
Sin lugar a dudas un pequeño, pero vital aporte a la salud del planeta es aplicar la frase de la canción La Bicicleta del cantautor colombiano Carlos Vives, que dice: «en una bici que me lleve a todos lados».
Que bien, traer a colación el uso cotidiano de la bicicleta.
Álternativa.saludable y de gran impacto ambiental.
Lastima el monopolio que se maneja,en las ciudades, con el transporte publico: busetas, buses, colectivos, taxis.
El transporte publico , en manos de políticos, familias adineradas( en Manizales) impiden la apertura hacia la bici, como medio de movilización, pues las ganancias, que este genera’ ( transporte publico) lesiona sus intereses.
Las buenas intenciones del mandatario de Manizales, para incorporar el uso de la bicicleta, se paralizan por este gremio .