El porqué en la provincia colombiana los periódicos independiente son «flor de un día»
De tiempo atrás venimos abogando porque el estado disponga políticas públicas que beneficien el libre ejercicio del periodismo como una apuesta real a la democracia, en tanto esta profesión está en la obligación de ejercer veeduría sobre el buen uso de los recursos públicos y denunciar las malas actuaciones de los servidores públicos en aras de contribuir, al menos, a la sanción social de los infractores.
Es un imperativo social la existencia de medios de comunicación y profesionales del periodismo con altos estándares de calidad que contribuyan a informar y a orientar opinión pública, libres de ataduras que comprometan su imparcialidad.
“Ojalá todos los ciudadanos colombianos fuéramos periodistas” digo yo, evocando al gran educador y abogado Juvenal Mejía Córdoba cuando defendía la afluencia masiva de estudiantes en las facultades de Derecho.
Ello significaría que, en esencia, todos estaríamos en la obligación de informarnos e informar en detalle sobre el diario acontecer con rigor investigativo y una alta dosis de veracidad e imparcialidad.
Inundados de periodistas
Pues bien, el sueño de una sociedad “inundada” de periodistas parece haberse hecho realidad particularmente en Pereira y Risaralda. Hay tantos colegas que la mayoría ni siquiera nos conocemos en los eventos sociales donde coincidimos.
Esto ha sido posible debido a la proliferación de escuelas de comunicación social de las cuales egresan con frecuencia cientos de colegas dispuestos a “comerse el mundo”.
Y lo complementan, otros tantos que sin título profesional pero apoyados en la proliferación de redes sociales y demás medios -nacidos de la revolución tecnológica- se han lanzado a la conquista del mercado informativo en forma de twiteros, youtubers, tictiqueros, pod cast…eros, etcétera etcétera.
Vale recordar que en 1998 la honorable Corte Constitucional “tumbó” la ley 51 de 1975 que reglamentaba la profesión de periodista en Colombia y todos quedamos nivelados por lo bajo.
La expresión periodista independiente tiene doble acepción. Para el común de los mortales podría llamarse así al periodista autónomo, que no se doblega ante presiones políticas o económicas. Pero en nuestro gremio se autodefine así el periodista que ha quedado desempleado, a quien no le queda otro camino que “emprender”, es decir vivir de su oficio fundando un nuevo medio informativo.
Salvo que tenga el privilegio de laborar en una de las pocas empresas periodísticas que sobreviven, librando una batalla desigual contra el poderoso Google que llega a todo el mundo y con el apoyo de la Inteligencia Artificial selecciona y segmenta los mercados haciendo más eficiente la inversión.
En un país con altos índices de desempleo y subempleo, los menos son los que encuentran una plaza laboral y la gran mayoría son o somos “independientes. Es decir, aquellos que afrontan ingentes dificultades para obtener el sustento para si y sus familias y tienen que conformarse con las migajas que caen de la torta publicitaria. La industria y el comercio no pautan en sus medios, porque los expertos en marketing digital les ofrecen mejores resultados y el sector oficial ve en ellos a una masa cada vez más voluminosa y difícil de absorber.
Los medios de periodistas “independientes” en Pereira y Risaralda son tan numerosos como limitados los recursos oficiales para apoyarlos en su labor. Los gobernantes ven con preocupación que nada pueden hacer, excepto llenarlos de exigencias que a su vez sirvan de cedazo para repartir indiscriminadamente entre ellos los recursos. Si no, contratando la pauta solo con quienes son de sus afectos políticos o personales.
La mano del Estado
Es en ese contexto donde se dan las famosas pautas oficiales, que proliferan en los últimos meses del año y en vísperas de contiendas electorales y que arrojan como resultado la contratación de periodistas y comunicadores para que publiquen en sus medios los relatos oficiales, restándole credibilidad a la profesión del periodismo. Y de encima, constituyéndolos en sus áulicos.
Círculo vicioso que en nada contribuye a la libertad de prensa y pone por el suelo el mayor patrimonio del periodista, su credibilidad y la confianza ciudadana.
Enorme reto para el gobierno del cambio. La búsqueda de mecanismos de transformación del comportamiento social por medio de políticas públicas que beneficien al periodismo libre, subsidiando ejercicio de la profesión, sin el compromiso del silencio cómplice con el gobernante corrupto y el contratista corruptor.
Recordando al pensador Luis A. de Bonald: «Un estado puede ser agitado y conmovido por lo que la prensa diga, pero ese mismo Estado puede morir por lo que la prensa calle. Para el primer mal hay un remedio en las leyes; para el segundo, ninguno. Escoged, pues, entre la libertad y la muerte».
Señores gobernadores y alcaldes que resulten elegidos el próximo 29 de octubre:
¿Son ustedes conscientes de esta cruda realidad y están dispuestos a adoptar los medios que garanticen el libre ejercicio del periodismo sin exigirle al periodista su complicidad o silencio por el beneficio recibido?
¿O seguiremos llamando “independientes” a los medios y periodistas que para no morir de inanición terminen vendiendo sus principios?
Ustedes tienen la palabra. Nos volveremos a leer el próximo 1 de noviembre.
Gracias por sus comentarios. Trataremos de socializar personalmente el tema con los nuevos gobernantes, especialmente si encontramos en ellos empatía con este bello oficio
Respetado Director:
Oportuno nombre para su columna:
» Sueños de libertad……..de prensa».
Da gusto encontrar en El Opinadero, un sueño convertido en realidad, variedad intelectual en sus columnistas, rigor investigativo, respeto por las ideologías variadas., temáticas que actualizan la cotidianidad : económica, política, social, espiritual, cultural, deportiva y espiritual.
En lo personal: escucho y veo RTVC,
Y por supuesto: El Opinadero
Medio al que accedemos en cualquier momento., para encontrar la mirada local, regional, nacional e internacional.
Gracias todos los columnistas, y su pertinente dirección.
Más claro no canta un gallo, o hay apoyo económico a los medios periodísticos para que hagan su trabajo de veeduria ciudadana y control político de manera objetiva e independiente, o se manosea a la prensa con contratos que sirvan para promover a los gobernantes, sin hacer ninguna denuncia y cuestionamiento, convirtiendo a los medios en cajas de resonancia de los dueños del poder y permitiéndoles hacer abusos, y aún más logrando que esos medios se vuelvan propagandistas de sus bestialidades y abusos. Mil saludos Fernando.
Muy bien dicho, Luis Fernando. Me gustó y lo ideal sería que su planteamiento no les llegue solo por este medio a los ganadores del 29-11 sino que les llegue en un acercamiento personal que los sensibilice aún más. Gracias 😊