EN BLANCO Y NEGRO
Cuando Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¡Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
…. Y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose lo adoraron, y abriendo sus tesoros le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Textos bíblicos del evangelio de San Mateo, capítulo dos, versículos 1 y 2. Y versos 9 al 11.
Se ha llegado al fin y comienzo de un año, y con ello las tradicionales fiestas navideñas, que al parecer deben concluirse en la fecha del 6 de enero; dada la consabida ley Emiliani que nos lleva a tener este cierre, con un puente que va de sábado a lunes, estamos con que la Navidad se concluye con la fiesta de llegada de los famosos Reyes Magos. Y es por ello que estamos dándole a este artículo, el primero de este año 2024 de mi autoría, un título que pareciera rebuscado y que, para algunos de los amables lectores, puede ser no apropiado para estos tiempos de estrenar el giro de 366 días alrededor del astro rey. Pero resulta que echándole un hojeada a lo que se ha vivido en estos días, si se puede darle un vistazo a esa siempre bien acogida y esperada Navidad y vacaciones de fin de año, puesto que estas líneas están viendo la luz de su creación en la clásica fiesta de la Epifanía.
Recordando que para quien escribe es motivo de celebración muy personal, dada que es mi fecha de onomástico, se consideró que bien podía escribirse sobre dicha semblanza de esta tradicional fiesta.
La epifanía es una festividad cristiana que conmemora la manifestación de Jesús como el Mesías y el Hijo de Dios al mundo. Es casi parte del folclor y la cultura de varias regiones de la tierra.
El término EPIFANIA proviene del griego e p i p h a n e i a, que significa manifestación o aparición, según el estudio semántico de la palabra. La tradición lleva a celebrarse doce días después de la Navidad, haciendo énfasis de la visita de tres personajes destacados precisamente en el primer evangelio con que se inicia el Nuevo Testamento, y de ahí el texto con que se dio comienzo a la presente colaboración para un medio que nos incluye a todos, sin distinción de pareceres ni pensamientos tan diversos, dada la calidad del grupo de escritores y periodistas que hacemos parte del OPINADERO.
Los regalos de estos hombres considerados como de una distinción tan particular como se les representa en laminas, estampas, fotografías y pesebres, tienen una connotación simbólica de alto grado, ya el oro es un presente para un rey, el incienso como a un dios, y la mirra como ser humano. Se especula en los muchos apuntes de aquí y de allá que representan las razas en que la humanidad se reconoce como tal: blanca, amarilla y negra, y que son el eco de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet. Pero recordemos que, si bien son protagonistas de un hecho muy particular en los diferentes pueblos de origen judeo cristiano, se reúne en ellos el contraste de la historia y la leyenda, y no se les puede pasar por alto.
Esta fiesta de los Reyes Magos, que se denomina Epifanía, puedo conceptuar sin ánimo artificioso, que no fueron tres, ni eran reyes ni eran magos. Eran sabios estudiosos de la Cosmografía y las estrellas que, guiados por una espiritualidad de fina nobleza, los llevó a encontrarse para seguir detenidamente el paso de un suceso celeste que les atrajo poderosamente, dado su trayecto y su estelaridad en los cielos. A esto se daría paso al leer con detenimiento las primeras páginas de la obra titulada BEN HUR, donde su autor hace una narración espléndida de estos personajes, que hoy nos siguen impresionando por el misterio que encierra su visita a Jesús, y que la misma Biblia hace referencia única de su presencia en los tiempos de la llamada Natividad. Si toda esta mención les llama su atención, pues los invito a ver una nota investigativa en el canal de You Tube que tiene el historiador y periodista Néstor Armando Alzate y su programa YLOGICO.
La epifanía es una festividad importante en muchos países de habla hispana, como también en otros lugares del mundo.
En España y algunos países de América Latina, se celebra con la tradicional Cabalgata de Reyes, donde los actores que caracterizan con tremenda vestimenta y lujo estas figuras, desfilan en carrozas y reparten dulces y regalos a los niños que salen a ovacionarlos y a contemplar tamaña representación. En México se parte una Rosca de Reyes, que es un pan dulce el cual se comparte entre familiares y amigos.
Y todo esto es producto de celebrar la Navidad, y así las costumbres hayan cambiado en mas dos milenios, desde cuando se recrea de una forma y otra el nacimiento de Jesús, la tradición de reunirse en familia, continua vigente, así sea diferente en cada país.
Haciendo historia esta celebración navideña se originó a partir de una fiesta pagana que le daba la bienvenida al cambio de la estación. En el año 354, el obispo romano Liberio hizo coincidir en el calendario, el festejo del “nacimiento del sol invencible y su divinidad” (21 de diciembre) con la celebración del nacimiento de Jesús el día 25 de diciembre.
Por la influencia cultural de España, Latinoamérica comparte con Francia, Alemania, Checoslovaquia -hoy república Checa y Eslovaquia-Italia y Portugal, la tradición del pesebre, donde siempre están presentes los Reyes Magos.
Como parte de la tradición sociofamiliar se creó la práctica en 1843 de enviar unos cortos mensajes a familiares y amigos; Henry Cole, dio a esta conocida practica con un artista amigo recreó un dibujo que representara la festividad navideña. Por eso comparto con ustedes el reflejo del uso de las tarjetas para desear FELIZ NAVIDAD Y VENTUROSO AÑO NUEVO. Adpostal de ese entonces en Colombia era la encargada de la entrega de este tipo de sobres y tarjetas para impartir dicho saludo navideño. Y con este estilo de comunicación escrita, apareció también las estampillas, cuyo contenido precisaba la fecha que estábamos en fiestas, y hace alusión directa del nacimiento del Niño Jesús, la adoración de pastores y los ya reconocidos Reyes de Oriente que llegaron también a adorar a un infante que era mencionado en las Sagradas Escrituras. Admiren unas cuantas muestras filatélicas de estos hermosos sellos, que son tesoro apreciado por aquellos coleccionistas de estas estampillas que eran colocadas en los sobres, haciendo de esta manera pago por esa acostumbrada correspondencia, tan bien recibida en hogares y empresas, que manifestaban la estima y afecto que se daba por la celebración de la Navidad, con el mensaje de amor y paz.
Hoy, aquí tenemos a Baltazar, Gaspar y Melchor que nos hacen recordar que las festividades se cierran, para dar paso al trabajo diario de vivir, esperando una nueva visita de estos tiempos que recuerdan que el mundo, tiene al Salvador que recibió de estos sabios el postrarse ante EL, reconociendo que significaba su presencia del Dios Humanado.
CON USTEDES
AMPARO BUSTAMANTE OSORIO
PERIODISTA CONCEPTUAL