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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Actualidad¿Cuánto valen un ser humano y una vaca? Masacre de Pueblo Bello.

¿Cuánto valen un ser humano y una vaca? Masacre de Pueblo Bello.

En memoria de las víctimas de la violencia colombiana.

 “Solo se muere cuando se olvida. Y yo nunca te olvido”. 

Frase de la película coco.

Se acerca el 9 de abril “Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas”, como docente siempre enseñé los episodios de violencia paramilitar y sus masacres, cometidas para instaurar su régimen de terror y facilitar el despojo de tierras a campesinos inermes e inocentes; enseñanzas que según algunos militantes del Centro Democrático son lecciones de adoctrinamiento ¡Qué tal caer en su juego fanático y ocultar los vergonzosos episodios de esta oscura época de la historia de Colombia ¡        

El domingo14 de enero de 1990, unos 60 tangueros (llamados así por provenir de Las Tangas, el cuartel general de Carlos Castaño), “De allí salieron las hordas de asesinos que entre 1998 y 1990 perpetraron una veintena de masacres con 200 víctimas fatales”. Llegaron a las 8:30 de la noche a Pueblo Bello corregimiento de Turbo, atravesaron un camión Dodge 600 sobre el puente del rio Mulato:” de casa en casa sacaron a empellones a los hombres y los amontonaron boca abajo en la plaza central. Algunos se tiraron al rio cuando cuando escucharon los alaridos de las primeras mujeres que se negaban a dejarlos salir de sus casas, pero pocos escaparon. Los paramilitares de Castaño les prendieron fuego a varias viviendas y a las 11:30 de la noche, una vez terminaron de amordazar a 43 campesinos, los montaron en camiones, los llevaron a Las Tangas y los torturaron a orillas del río Sinú mientras les preguntaban por las 43 vacas que la guerrilla le había robado a Castaño en diciembre de 1989, así como la muerte de Humberto Quijano, el capataz de Las Tangas. Los patearon, les cortaron las venas y las orejas. Los desaparecieron. Solo siete cuerpos fueron recuperados en abril de 1990, luego de una exhumación en Las Tangas” (Juan David Laverde, “El Espectador” domingo 18 de enero de 2015, páginas 12, 14 y 15).

En esa época, la tragedia no solo fue la muerte y desaparición de seres queridos, Virgelina Duarte de 75 años (Foto 1), cuenta que perdió dos de sus hijos, Juan Luis de 24 y José Leonel de 16; el cuerpo de Juan Luis sigue desaparecido, el de José Leonel se encontró en Las Tangas en abril de 1990, añade que su esposo Pedro Luis se enloqueció y cuatro meses después, en mayo del 90, luego de recibir los restos de su hijo, se suicidó; en el mismo artículo, la nuera de don Pedro Luis, Edilma Muñoz narró:” Ellos estaban en mi casa. Acababa de darles unas limonadas cuando comenzó el alboroto. No quisieron ni correr ni esconderse porque decían:” los que corren son porque la deben, nosotros no debemos nada”. Debieron haber corrido. De madrugada salimos a contarnos en el pueblo y ahí nos dimos cuenta de la tragedia” (Juan David Laverde, “El Espectador” domingo 18 de enero de 2015, páginas 12, 14 y 15).

En la conmemoración de los 25 años de este crimen impune, Aida Jiménez agarró el micrófono, conteniendo las lágrimas, reclamó con voz quebrada: “Los medios hicieron mucho eco de la muerte de los chigüiros en los Llanos el año pasado, y sí, son vida, pero nosotros qué, nos asesinaron 43 familiares y qué. Vamos a seguir luchando. Ya hemos recibido suficientes humillaciones, tenemos el corazón arrugado, ya nuestra mirada es gris, nos da miedo decir que somos víctimas de Pueblo Bello. Los invito a pedirle a Dios que nos dé más vida, que luchemos para que nosotros le contemos a esos hijos, a esos nietos, a esos vecinos, qué nos pasó el 14 de enero del 90, que les contemos a esos niños que están en las aulas. El día de los muertos, el primero de noviembre, uno ve esos cementerios llenos y ve uno a la gente llevando velas y flores, y nosotros a dónde vamos a llevar velas y flores. Basta ya: mañana queremos vernos sobándonos las cicatrices, no curándonos las heridas”. “José Daniel Álvarez, quien perdió a su papá José del Carmen Álvarez y a su tío Cristóbal Arroyo, tenía 18 años cuando los tangueros se tomaron Puerto Bello “Que por qué este caso no suscitó la misma indignación de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa? Hmm. La sociedad está en otro momento. México ha sido considerado cuna de intelectuales y, a pesar de la situación del país, hoy el mundo no está dispuesto a dejar pasar ese tipo de actos salvajes. En esos tiempos el terror del paramilitarismo acalló cualquier protesta social. Esos 43 desaparecidos no estaban organizados para hacerle daño a nadie. Hoy recordamos a Pueblo Bello, pero este ha sido un país de masacres y masacrados. Ahí están las de Currulao, Buenavista, Canalete, Punta Coquitos, Chengue” (Juan David Laverde, “El Espectador” domingo 18 de enero de 2015, páginas 12, 14 y 15).

Sobre las razones de este tipo de masacres el periodista Laverde explica:” El conflicto nunca se fue de la zona. La fértil frontera entre Córdoba y Antioquia, cruzada por el comercio bananero que en los años 70 impulsó la construcción de carreteras, la multiplicación de las ganaderías y las empresas aserradoras, derivó en enfrentamientos entre campesinos que fueron capitalizados por las guerrillas de las Farc y el Epl. La expansión de estos grupos ilegales y la súbita valorización que alcanzaron las tierras de la región fueron el germen del paramilitarismo que encarnaron Fidel Castaño, sus hermanos y los 60 tangueros con los que se inició la cruzada criminal en Urabá y el alto Sinú. La agitación social de esos turbulentos años 80 fue reprimida por los fusiles del paramilitarismo mientras el Estado creaba la Brigada XI en Montería y otra Brigada móvil en Urabá. Dos masacres más hubo en Pueblo Bello en los años que siguieron. En una de ellas cuatro mujeres fueron incineradas” (Juan David Laverde, “El Espectador” domingo 18 de enero de 2015, páginas 12, 14 y 15). 

En enero del año 2006, la Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló la responsabilidad internacional del Estado colombiano por la desaparición forzada y ejecucion extrajudicial de un grupo de habitantes de Pueblo Bello, Antioquia, por parte de un grupo paramilitar, así como la falta de investigación y sanción de los responsables. En la sentencia la corte destacó responsabilidad estatal por el incumplimiento de los deberes de prevención y protección, y violaciones de Derechos de Justicia. “La sentencia de la CDIH incluye seis aspectos para la reparación: la construcción de un monumento a las víctimas; garantía a la salud; indemnización económica; disculpas públicas por parte del Estado incluida una publicación de los hechos en un diario oficial; la búsqueda de los cuerpos desaparecidos y su entrega a los familiares y sanciones para los autores” (” El Colombiano” 14 de noviembre de 2022). (Foto 2).

Katy Milena Fuentes, una integrante del comité coordinador del caso Pueblo Bello, explica que de estas obligaciones se han cumplido tres; están pendientes la búsqueda y hallazgo de 35 de los desaparecidos, la sentencia es de hace 16 años y van 32 de ocurrido el caso; el segundo punto es la salud; y el tercer punto, tal vez, según ellos el más complicado, es la construcción del monumento. “Katy Milena añade que incluso hay militares implicados en el caso que han estado rindiendo cuentas ante la JEP por su supuesta negligencia para detener a los paramilitares y evitar los hechos. Algunas exhumaciones que se han hecho de cuerpos aún no arrojan resultados relacionados con las víctimas de la masacre y el tema sigue en espera” (” El Colombiano” 14 de noviembre de 2022).

Sobre los militares mencionados anteriormente, ver: (wradio.com.co 22/02/2023). De los autores de la masacre paramilitar en mención, muy pocos han sido capturados y juzgados (ver video Noticias Uno), al final del escrito.

“Y no se muere quien se va, solo se muere el que se olvida. Al fin y al cabo, la muerte va tan segura de ganar… que de ventaja te da una vida” (cortesía You Tube, subido el 20 de junio de 2016).       

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2 COMENTARIOS

  1. Hola apreciado Isdaen: contundente y maravilloso su comentario; en el mismo sentido un amigo ex- docente se cuestiona para que sirven esas condenas y esos murales. Igualmente pienso yo ¿ De que valen unos pocos pesos para compensar a una familia por un hijo o un padre de familia ? Finalmente los bandidos hacen el daño y se quedan sin castigo.Mil bendiciones.

  2. Saludos Danilo de Isdaèn.

    Espectacular crònica desde lo periodìstico pero desde lo humano aberrante lo contado.

    Lo que me saca la piedra es que los Derechos Humanos y la corte Internacional actùan muy tarde como si no se dieran cuenta de lo que està pasando. Ellos deberìan tener peso propio desde la inmediatez y no solamente del «despuès de «.

    Hasta acà llega mì comentario porque la verdad es un tema muy peligroso pero que se haga justicia y se aclare quienes fueron realmente los culpables en acciòn y los culpalbes en omisiòn en cuanto a nombres para poderlos particularizar y judicializar.

    Gracias Danilo y un feliz descanso le deseo.

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