Es un tema muy amplio, con una vasta literatura técnica que involucra modelos matemáticos, estadísticos, se requiere como insumo fundamental la información oportuna y confiable de los diferentes actores del mercado, la cual no es de fácil acceso para las autoridades regulatorias; por ello se debe recurrir en muchos casos a sistemas de información envolvente. La regulación debe tener un soporte jurídico muy robusto y blindado, acompañado de instituciones independientes, con independencia y alta capacidad técnica para determinar tarifas que se ajusten a la realidad económica de cada sector, pero requiere también de entidades con una amplia capacidad sancionatoria.
La regulación económica es una forma de intervención del Estado en sectores vitales como la energía eléctrica, telecomunicaciones, la salud, gas natural, en modos de transporte cuando no existen las condiciones de competencia. Para ello los gobiernos establecen condiciones técnicas, financieras, ambientales, de tecnología, sociales y jurídicas, que permitan a los diferentes actores acercarse a un modelo competencia de precios (tarifas) eficientes de mercado; con normas y/o contratos en donde se determinan condiciones que se aproximen a una competencia perfecta. Es una manera de coacción del sector público para lograr fines sociales, los que de otra manera resultaría imposible de alcanzar, evitando la captura de rentas por parte de grandes actores. Cuando se captan rentas de manera irregular son ingresos que pierden los usuarios, es decir, trasladan a grandes empresas parte de sus ingresos, dejándolos sin recursos para sus necesidades básicas de bienes y servicios.
En el cálculo de la tarifa que se autoriza a un sector que puede estar determinado a una región en razón de condiciones geográficas y sociales, tarifas que llevan a tener tal sensibilidad que tienen varios decimales. En los servicios de aseo, acueducto y alcantarillado de dos decimales; en energía eléctrica son cuatro decimales. Pero, ¿qué importancia tiene estar “pegados” de dos o cuatro decimales en una factura de $50.000, $100.000, o de más?
El consumo de energía eléctrica[1] en Colombia en 2023 fue de 79.985 Gw/h, una cifra muy grande. Para contextualizar un poco, tenemos que un Gw/h equivale a un millón de kilovatios/hora, es decir que el consumo en Colombia el año anterior fue de 79.985 millones de kilovatios/hora. El Costo Unitario – CU de un kilovatio/hora energía de junio de 2024 en la EEP fue de $936,1853 Kw/h. Si tomamos 79.985 millones de kilovatios/hora y lo multiplicamos solo por los decimales, de 0,1853, equivalen a $14.821 millones de pesos en el año. Es una cifra muy grande para unos decimales que poca atención les prestamos. Cualquier fracción de centavo multiplicado por millones de Kw/h son una fortuna, que resultan de los centavos que cada usuario paga en la factura. Hay que cuidar los centavos.
Si le pregunto a cualquier usuario y le planteo un incremento de un mes a otro de, por ejemplo, el 1%, es decir $9,361 por cada kilovatio que consume, nos arroja que todo el sistema de energía eléctrica en Colombia en todos los componentes del Costo Unitario (CU) durante un año, recibirían un valor cercano a $749.000 millones de pesos, mucho dinero. Lo anterior sin considerar casos de entrega de energía eléctrica en diferentes niveles de tensión a clientes industriales y comerciales, así como la generación que poseen empresas.
Haciendo un breve ejercicio aritmético con el precio de bolsa de energía eléctrica, con un incremento sin justificar, por supuestas prácticas que atentan contra la libre competencia, de solo $20/Kw/h en el año producto de presuntas conductas inadecuadas de Empresas Públicas de Medellín, Emgesa, Isagen, Celsia y Chivor quienes proveen cerca del 78% de la generación de energía eléctrica que se consume en Colombia, cerca de 62.000 G/Wh (62.000 millones de Kw/h). Al aplicar $20/Kw/h por 62.000 millones de kilovatios, tenemos que presuntamente estarían captando una renta de manera inadecuada de $1,2 billones de pesos en un año. En realidad desconocemos qué valor en el precio se alteró de manera contraria por estos agentes.
Las tarifas de energía en Colombia han estado en el ojo de huracán desde hace varios meses, quejas de los usuarios, el gobierno ha mostrado su preocupación, parece que hay razones de fondo para ello. Los abogados Jaime[2] Lombana Villalba y Mauricio Velandia Castro, en representación de un gran distribuidor han hecho una solicitud a la Superintendencia de Industria y Comercio, argumentando que Empresas Públicas de Medellín, Emgesa, Isagen, Celsia y Chivor, han incurrido en prácticas desleales con el fin de manipular los precios de la energía en la bolsa, poniendo como ejemplo que durante octubre de 2023 el valor tuvo un incremento de cerca del 400% comparado con el precio establecido durante el mismo periodo del año anterior.
También denunciaron el desperdició de agua en los departamentos de Magdalena y La Guajira, con lo que, según los abogados, las empresas generadoras de energía denunciadas justificaron el alza del precio durante dicho mes, argumentando una situación de escasez en los embalses que, según explicaron, dichas entidades estarían provocando; sin embargo, dicho panorama nunca se presentó. De demostrarse esta inapropiada conducta, esperamos los colombianos una sanción ejemplar y la devolución del mayor valor cobrado a los usuarios, así como una revisión de fondo de cómo y por qué se están presentando estas anomalías y formular propuestas que blinden a los usuarios de la especulación por parte de los grandes generadores de energía eléctrica. También se debería revisar en qué estarían fallando en su rol de control la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios y la Contraloría General de la República.
La EEP informó esta semana a la ciudadanía una disminución que el costo por kilovatio hora bajará un 11%, con relación al mes de mayo de 2024, lo que equivale a $104 menos por kW/h.[3] El factor principal que ha contribuido a la baja en la tarifa obedece a la presión realizada por los gremios, usuarios y Gobierno Nacional para que las generadoras hídricas disminuyeran sus precios de venta de energía en bolsa. Se tendrá un efecto positivo en los ingresos familiares. En un hogar que consume 200 Kw/h en el mes, la disminución esperada sería de $20.800, y si multiplicamos por 240.000 usuarios que tiene la EEP, el menor cobro es de miles de millones de pesos. Sin duda es una buena noticia.
En la gráfica se observa la gran volatilidad de los precios de energía en la bolsa, que aumenta cuando existen expectativas de disminución de los embalses. Peor cuando el agua no es empleada para generar energía eléctrica, creando condiciones artificiales para incrementar el precio en la bolsa.
De ahí que la Comisión de Regulación de Energía y Gas – CREG esté en la mira del gobierno y de los afectados por las altísimas tarifas de energía eléctrica en el país. Quedan inquietudes muy hondo calado, ¿ha ido perdiendo la independencia de la CREG? ¿también en la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios?
[1] https://www.larepublica.co/economia/consumo-de-energia-en-2023-3791958
[2] https://www.elnuevosiglo.com.co/economia/por-alza-en-tarifas-piden-investigar-generadoras-de-energia
[3] FUENTE: Empresa de Energía de Pereira – EEP
Como siempre bien documentado e ilustrativo
Muy ilustrativa tu columna. Gracias.
Álvaro, muchas gracias, excelente información.