Respecto a la polémica sobre la atención en salud en el Hospital Militar de los desmovilizados de las ex farc, originada por exmilitares, el ministro de Defensa Iván Velásquez, dijo: “Las personas que efectivamente se reincorporan a la sociedad, que tuvieron algunas acciones en contra del Estado, en contra de la población, pero que, en virtud del acuerdo, ya deponen todo ese ánimo, todo ese propósito de afectación y quieren comportarse como ciudadanos, precisamente el camino de la reconciliación es considerar, en su condición actual, a personas como estas”.
Estas declaraciones humanitarias fueron respondidas por una de las principales exponentes de la ultra derecha, la senadora María Fernanda Cabal: “ministro, respete a las fuerzas armadas de este país. Usted parece no entender la palabra Honor”
En relación con esta polémica alrededor de que tipo de personas pueden o no ser atendidas en el Hospital Militar, es bueno reflexionar sobre el carácter de bien público del Hospital Militar: “Mediante ley 352 de 1997, según su naturaleza jurídica, el Hospital Militar está organizado como establecimiento público del orden nacional, adscrito al Ministerio de Defensa Nacional, con personería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa, que se denominará Hospital Militar Central, con domicilio en la ciudad de Bogotá”.
Siendo el Hospital Militar, una entidad de carácter público no puede restringir sus servicios de prestador de salud a ningún colombiano, ni a ninguna empresa promotora de salud. Reza el artículo 42 de la ley 352 de 1997, en el literal b: “Prestar servicios médico-asistenciales a personas naturales y jurídicas que lo requieran” Los excombatientes desmovilizados gozan como cualquier otro ciudadano de a pie de ser atendido sin ninguna discriminación en cualquiera de las organizaciones del Estado colombiano. Restringir un servicio a un colombiano, por haber pertenecido a alguna organización ilegal, debe ser considerada como falta gravísima por ser contraria a la constitución y a la ley.
De otra parte, el terrorismo y la violencia, no solo se manifiesta con bombas y fusiles; la palabra alentadora a actos de discriminación, como el propuesto por la senadora Cabal, también lo son. El ministro de Defensa Iván Velásquez no solo es un funcionario que acata la ley y el orden, sino que en lo personal es un ser humanitario, un demócrata que considera que cualquier colombiano que esté dentro del orden constitucional debe gozar de todos los servicios que brinda el Estado. Y el de salud está en primer orden, así la senadora Cabal, discrimine a los colombianos desmovilizados y reinsertados. Senadora Cabal: Desde el desayuno se sabe que será el almuerzo.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Agosto 2024
Bien Jairo,así se habla.
Me gusta leer a un amigo de mi adolescencia ,que siga siendo liberal, y no se haya dejado contagiar de la nueva política sucia de Pereira. Abrazos fraterno .